Jesús Rodriguez / Gregorio Verdugo | Guillermo Barbarov es un tipo que adora la tranquilidad. Este argentino, que lleva siete años en España y no duda al reconocer que vive aquí más tranquilo que en su país, envuelve con su hablar pausado y reflexivo, cadente como una melodía suave y enternecedora. Como si estuviera meciendo las palabras en vez de pronunciarlas.
Licenciado en Comunicación Audiovisual, se gana la vida sirviendo copas en un bar de la Alameda de Hércules y reparte el resto de su tiempo entre la producción audiovisual y el departir con los amigos. Guillermo difumina su mirada en el vacío cuando le preguntan por algo, como si sólo en la contemplación pausada de la nada se encontrase la respuesta adecuada. Además, tiene la fea costumbre de reflexionar antes de ofrecer una respuesta definitiva.
El día que quedamos para hacer la entrevista del reportaje “Miradas argentinas sobre la crisis española”, publicado en sevilla report, lo hicimos por la tarde, desafiando el impresionante calor de la siesta sevillana en el Habanilla, el mítico local de la Alameda. Allí, bajo las aspas agonizantes de un ventilador asmático, Guillermo fue desgranando una a una las respuestas sobre cuál había sido su experiencia durante la crisis del corralito en su tierra y cómo está viviendo la que actualmente padecemos en este país. La reproducimos aquí completa porque creemos que merece la perna.
¿Cómo describiría la crisis que padece España actualmente?
Vaya pregunta. Yo no tengo herramientas para describir una crisis. Sí para decir cómo la sufro, entonces la describo como una situación lamentable provocada por ineficiencia o tal vez voluntad y como toda crisis durísima y apenado, supongo.
¿Se parece a la que sufrió tu país en 2001?
Entre las dos crisis creo que sí se pueden establecer paralelismos desde el punto de vista de que las dos, a mi entender, son el resultado del agotamiento de un modelo económico, de un modelo de acumulación, que son bien diferentes pero que los dos en este punto han llegado a su culminación. Como ha sucedido históricamente, toda crisis es en definitiva el agotamiento de un modelo de acumulación. En qué se parecen; Argentina tuvo un proceso bastante parecido, a mi entender, al español en el sentido de que Argentina utilizó durante diez años una moneda muy devaluada con la que fue la culminación de un proceso de neoliberalismo en el que uno de los objetivos era someter la economía argentina a las imposiciones del crecimiento para hacer buenos negocios para el capital internacional. El paralelismo que veo con España es que después de pasar de la peseta al euro, España al perder su control de cambios y utilizar una moneda que está un poco por encima de la capacidad de producción del país, era un modelo que a largo plazo podía no funcionar y está visto que no funcionó tampoco. Por eso digo que si hay un paralelismo es que se aplicaron recetas similares con resultados similares.
Sigue leyendo “Donde no hay una experiencia social acumulada y compartida, están todos atomizados”