Una alfombra roja hacia el pasado

1992 era el futuro y cabía en una isla. Era el monorraíl, el telecabina y la pantalla gigante del Jumbotron. Las primeras pantallas táctiles, los prototipos de teléfonos móviles y el albor de las redes de datos de fibra óptica. La televisión por satélite, los vehículos eléctricos y las pérgolas con microclima. Un espectáculo audiovisual con láseres impresos sobre agua pulverizada y el cine en 3D con asientos móviles. La arquitectura más innovadora de la historia. La ciencia y el espacio. Era ser el centro del mundo, la ciudad donde la cultura, todas las culturas, se reunían en una explosión multicolor.

De aquello apenas quedan ruinas cubiertas de grafitis, hierba y herrumbre, algunos pabellones ―con dispar suerte― y un canal invadido por la maleza. Si la Híspalis colonial tardó 200 años en dejar de ser puerto y puerta de las Indias, a esta Sevilla que celebra ―con la boca chica― el V Centenario le ha bastado un par de décadas para volver a desviarse del camino de la modernidad, en el que, a juzgar por su efímero periplo, cayó más por casualidad que por empeño.

Superponer la imagen de las dos urbes nos da una idea del sendero transitado desde entonces. Donde una vez se halló una de las cuatro puertas que abrieron la hermética Sevilla al mundo, se yergue hoy un rascacielos como símbolo de una provinciana aspiración de modernidad. En la parcela contigua, en 1992, teníamos el único cine IMAX de España. Hoy hay un Primark y un hotel. Y así todo por igual (valientes).

Tampoco hay que asombrarse de este panorama, si se tiene en cuenta que el Ayuntamiento ha pasado ambicionar convertir a Sevilla en la cabeza de la vanguardia mundial a congratularse por reunir en un congreso a gerentes de cadenas hoteleras y empresas turísticas. Valga el testimonio de Juan Espadas, que considera que la cumbre mundial del turismo de esta semana “es el evento más importante que se ha celebrado en la ciudad desde la Expo 92”.

Barack Obama habla durante la conferencia inaugural del WTTC de Sevilla, el 2 de abril de 2019
Obama ha pronunciado la conferencia inaugural del WTTC por el módico precio de 400.000 dólares | Foto: Pepo Hernández

Es curioso comprobar cómo una década de crisis ha desnudado de pretensiones la política municipal española. En 2007, la mayor ambición de un alcalde, el culmen de su carrera política y casi la principal razón para pelear por ganar unas elecciones era legar a la ciudad un proyecto urbanístico megalómano en el que, de paso y como el que no quiere la cosa, dejar su nombre grabado per sæcula sæculorum. Hoy la máxima aspiración de un regidor es algo más modesta: inaugurar un congreso o posar sonriente en la apertura de una franquicia.

De golpe y porrazo, como traca final de un mandato insulso, a Espadas se le ha puesto cara de Juan Ignacio Zoido, que llegó a la Plaza Nueva como adalid de la micropolítica y acabó intentando dejar un legado magnífico ―material o no― a toda costa. Con esta coda, el regidor socialista ha dejado claro, como desde hace tiempo se sospechaba, que su modelo de ciudad es el mismo que el de su predecesor: ninguno, salvo apostar de forma desbocada por esta nueva tríada mediterránea compuesta por bares (de diseño), hoteles y centros comerciales.

Zoido solía proclamar que a las multinacionales extranjeras que querían instalarse en Sevilla había que ponerles por delante una alfombra roja. Suponemos que se refería a las facilidades de las que, por ejemplo, disfrutó el Brico Depôt, que abrió su tienda del Higuerón Sur sin contar aún con la obligatoria licencia de ocupación de Urbanismo.

Espadas, que ha aprendido tanto de su antiguo rival como para adoptar algunos de sus principales preceptos, no quiere quedarse atrás. Por eso ha ofrecido a los inversores extranjeros todo el suelo disponible para que construyan hoteles. No industrias, centros empresariales o infraestructuras que propicien la innovación o el empleo de calidad, sino hoteles, por si no hay suficientes.

Según estimaciones del INE, Sevilla ya acumulaba en febrero casi 23.000 plazas de hotel, 3.000 más que cuando el PSOE accedió a la alcaldía en 2015, y se prevé que en los próximos años haya al menos otras 1.000 merced a las nuevas licencias hoteleras que expide como churros la Gerencia Municipal de Urbanismo. Y eso sin contar los pisos turísticos que funcionan al margen de la ley. Pero dice el alcalde que “necesitamos dos o tres Alfonso XIII más”.

Con su all-in por el turismo, Espadas deja en pañales a Zoido, no sólo en grandilocuencia sino en su empeño por convertir la ciudad en un parque temático de cartón-piedra para guiris. Símbolo de esta escalada fue el destino del inmueble de la Plaza de la Encarnación 6, cuya compra y rehabilitación costó a todos los sevillanos varios millones de euros. El objetivo era dedicarlo a viviendas sociales, pero ha acabado alojando, cómo no, un hotel.

¿Y qué hay de los sevillanos? Que se impliquen en este modelo de turismo masivo, dice la ministra de Turismo. Que sonrían y acojan con alegría al turista, aunque sus casas terminen convertidas en apartamentos de AirBNB, los comercios de proximidad sustituidos por locales hipsters y tiendas de souvenirs, sus barrios gentrificados y los vecinos expulsados. Que no frene la sangría de sevillanos que emigran porque, sobre todo, el modelo económico de su ciudad no les ofrece un trabajo digno.

Protesta de vecinos de Sevilla contra el turismo masivo y la WTTC en la Giralda, el 2 de abril de 2019
Protesta de vecinos de Sevilla contra el turismo masivo y la WTTC en la Giralda

Al final, la alfombra roja llena de comodidades que Zoido abogaba por poner a los extranjeros ―con pasta― ha resultado ser para nosotros el camino de vuelta a los años 60. A una España transformada en patio de recreo de británicos y alemanes a los que los españoles servían sonrientes por un sueldo de miseria.

La estampa de estos días lo resume todo. Las autoridades locales, autonómicas y nacionales haciendo reverencias a Barack Obama, que ha venido a la WTTC como ése al que uno se arrima porque conoce a gente de dineros ―apadrina un tieso, decía el eslogan―; luego, de visita en el Alcázar, y al final de tapitas en el centro. Vendíamos “turismo de calidad”, pero acaso esto es todo lo que puede ofrecer Sevilla a los guiris: servilismo, restos de la urbe que dejó de ser hace 500 años y Cruzcampo con aceitunitas. Que no les falte de ná.

Zoido se va por las ramas

J. Cerero / J. Rodríguez / G. Verdugo | “En la Transición hubo que traer a un experto extranjero para que diera clases de poda a los jardineros municipales tras las protestas ciudadanas por las mutilaciones más que podas que practicaban a los árboles”. La anécdota la cuenta Manuel Jesús Florencio en uno de sus artículos y refleja a la perfección la caótica situación que ha atravesado desde siempre la conservación y mantenimiento de patrimonio verde de Sevilla.

Lo ocurrido en Almirante Lobo es sólo un ejemplo más. Muchos sevillanos desconocen que ésta no es la primera ni la segunda vez que ocurre algo así: desde el mes de noviembre pasado se han producido siete talas de este tipo en distintos barrios. Teniendo en cuenta que tanto los expertos en arbolado como los propios políticos dicen que cortar el árbol es siempre la última opción, esta forma de actuar, de “cortar por lo sano” —nunca mejor dicho—, es una prueba más de un problema que viene de lejos.

La privatización progresiva del servicio de Parques y Jardines en los últimos años, que comenzó Monteseirín y ha aumentado con Zoido, no ha supuesto una mejora en la calidad del servicio, sino más bien todo lo contrario. A raíz de la adjudicación del macrocontrato de 48 millones para el mantenimiento y conservación de las zonas verdes y el arbolado de la ciudad, adjudicado por el alcalde en septiembre de 2012, esta evidencia se hecho más patente todavía.

La llegada del Partido Popular ha supuesto una ampliación en las hectáreas mantenidas por el Ayuntamiento de Sevilla. Ahora son casi el doble que en la época de Monteseirín: 879,5 frente a 473. Sin embargo, el reparto de tareas entre las contratas y el personal propio de Parques y Jardines inclina aún más la balanza hacia el lado de la privatización. El porcentaje de zonas mantenidas por operarios municipales ha descendido del 17% al 11% —a pesar de que han rescatado el Parque de los Príncipes debido al calamitoso estado en que lo dejó la contrata responsable—, mientras que las gestionadas por las empresas concesionarias han pasado del 83% al 89%.

Las consecuencias de este “desmoche” del servicio municipal de Parques y Jardines se han visto reflejadas a nivel presupuestario. En el período comprendido entre 2011 y 2014 las partidas destinadas a dicho servicio se han incrementado un 123%, sobre todo por el aumento del 145% —de 5,4 a 13,2 millones— en el dinero disponible para externalizar este tipo de trabajos.

Estas decisiones han supuesto la disminución del personal dedicado al mantenimiento y cuidado de las zonas verdes, que ha sido cuantificada en un 40% por parte de los sindicatos. A ello hay que sumarle la falta de control sobre el trabajo que efectúan las contratas, algo de lo que ya informó sevilla report en noviembre de 2012 y que permitiría conocer si se cumplen las condiciones establecidas en los pliegos.

Además, se ha producido un incremento del malestar ciudadano provocado por las podas mal efectuadas y el mantenimiento insuficiente. Esta situación ha puesto en entredicho la profesionalidad de los técnicos responsables del servicio; los políticos han aprovechado la oportunidad para descargar en ellos la responsabilidad y evitar rendir cuentas ante los ciudadanos.

Lo que se ha hecho público hasta el momento del caso Madeja pone sobre la mesa una evidente contradicción: los técnicos que deben controlar el trabajo de las empresas privadas son, a su vez, los encargados de valorar las ofertas que se presentan, como reconoció en su día Maximiliano Vílchez. La jueza Alaya vio en esta contradicción la fuente de una posible connivencia entre ambos actores a cambio de dádivas en metálico o en especie. Para más inri, fuentes internas del servicio aseguraron a este medio que los inspectores están prácticamente relegados de sus tareas, lo que propicia que se den este tipo de situaciones anómalas.

Otro de los focos de debate es la idoneidad de usar plátanos de indias en una ciudad como Sevilla. Algunos expertos aprueban su uso, siempre que se les provea de un adecuado mantenimiento; otros, como José Elías, que ha estado 49 años al frente del servicio de Parques y Jardines, sostienen que esta especie es desaconsejable por su propensión a sufrir enfermedades y plagas que provocan el desprendimiento de ramas, así como a la suciedad que desprenden.

En declaraciones a El Correo de Andalucía, Elías apostó por sustituirlos por otras especies autóctonas como el almez. El ex responsable del servicio reconoció que un alto porcentaje de los plátanos de sombra de la ciudad “están enfermos”. Pero también lamentó la ausencia de una política municipal de cuidado del arbolado “desde siempre” y echó en falta la elaboración de un plan específico para ello, algo de lo que ya alertó en un informe emitido nada menos que en el año 2000.

El máximo responsable de todo este galimatías, al menos en la actualidad y en su calidad de Alcalde de la ciudad, es Zoido. En primer lugar porque aseguró que ese modelo de gestión —el macrocontrato con empresas privadas— era la solución a todos los males endémicos del mantenimiento de los jardines y árboles de una ciudad que tanto los necesita. Además, Zoido prometió en campaña electoral que no se talaría un solo árbol sin su permiso expreso y que se incrementaría el arbolado viario, se realizarían actuaciones de mejora de las zonas verdes.

Ramas abandonadas en la acera por operarios de una contrata tras una poda de árboles en Los Remedios
Ramas abandonadas en la acera por operarios de una contrata tras una poda de árboles en Los Remedios

Su respuesta ante la polémica suscitada por las diferentes talas de arbolado que se están llevando a cabo ha sido la de irse por las ramas. Si se repasan una a una las excusas esgrimidas para justificar lo ocurrido en Almirante Lobo se puede comprobar no sólo que ha ido cambiándolas a su antojo y sin criterio alguno, sino que son del todo absurdas.

Una de ellas es que los árboles imposibilitaban la visión de la Torre del Oro desde la Puerta de Jerez, razón por la cual se vería obligado a talar media Sevilla. Otra, que los ejemplares estaban enfermos y que eran insalvables para evitar caídas que pusieran en peligro la seguridad ciudadana. Como refleja la prensa local de estos días, diferentes expertos han manifestado que esta justificación no tiene base científica, ya que si el árbol se encuentra enfermo existen otros procedimientos antes de uno terminal como la tala. Alguno de ellos incluso ha reseñado que una poda de mantenimiento inadecuada puede ser la causa de enfermedades innecesarias en los árboles y que en el caso de los de sombra “se están maltratando de forma sistemática”.

Otra de las excusas esgrimidas ha sido que los ejemplares tenían las raíces enroscadas en las tuberías y canalizaciones, algo que cuesta creer cuando justo al lado se hizo un aparcamiento subterráneo y no se detectó ese problema ni se taló ningún árbol, siendo de la misma especie que los ejecutados en Almirante Lobo.

Ante la presión ciudadana, Zoido optó por poner la pelota en el tejado de los funcionarios de Parques y Jardines, afirmando que no ha hecho sino ejecutar lo que le dicen los técnicos en los informes. Y eso que dijo que iba contar con los funcionarios durante su campaña electoral. Los sindicatos no se han hecho esperar para criticar públicamente que el alcalde ponga en duda la profesionalidad de los funcionarios.

Además, fuentes internas del servicio aseguran a este medio que la orden proviene de Vílchez “como mínimo”, y que ningún técnico por su cuenta puede ordenar una tala en un informe “porque rodarían cabezas”. Dichas fuentes son tajantes al afirmar que tanto el jefe del servicio como el director de Medio Ambiente “cumplen órdenes” que vienen directamente de arriba y aseguran que “cortar un árbol siempre es la última solución; antes, hay otras”.

Elogio de la tramoya

[Artículo publicado en sevilla report]

Sevilla es un oasis en mitad del desierto de una provincia asolada por el paro. Los datos correspondientes al mes de junio, anunciados esta semana, evidencian que en el conjunto de los municipios hay 308 trabajadores más inscritos en las oficinas del SAE, mientras que en la capital hay 611 menos.

Las aguas de mayo de las fiestas primaverales han dejado el mejor dato de los últimos once años pero se han evaporado apenas un mes después. En la ciudad ha quedado un charquito del que algunos parados beben, aunque los sindicatos advierten del espejismo de la temporalidad de fiestas y eventos como la Semana Santa o la Feria. Una industria asentada es, en su opinión, el manantial más duradero.

Como si Sevilla fuera la árida Dorne de la Canción de Hielo y Fuego de George R. R. Martin, Zoido ha debido recibir cual caudaloso río el vaso de agua de los datos del paro. Han pasado tres años desde aquel 2011 triunfal y le queda poco tiempo para evitar pasar a la historia como el hombre que soñó ser el alcalde del empleo. Mal bagaje para afrontar una campaña electoral que se le viene encima y que le coge con el pie cambiado, sin apenas logros palpables que vender.

Escombros en el Puerto de Sevilla

Consciente de que el juego de tronos municipal se disputa en los barrios, Zoido ha salido a reencontrarse con unos vecinos de los que se rodeó como candidato y a los que ha abandonado como alcalde. Summer is coming, y el alcalde aprovecha los últimos meses de calma chicha estival antes de los próximos comicios para volver a levantar barrios enteros curiosamente, los mismos donde arrecian las protestas contra la zona azul con obras. La clásica estampa de muchos pueblos andaluces, ahora en versión de gran urbe.

El que iba a ser el alcalde de la micropolítica ha acabado como (otro) regidor de grandes proyectos. Ante el hecho de que el reloj suizo que iba a hacer de la ciudad está más bien parado y de que los acontecimientos rimbombantes han propiciado más problemas que cambio a mejor, lo único que queda es poner la ciudad bonita.

Por ello no es extraño, por poner un simple ejemplo, escuchar a Maximiliano Vílchez llenándose la boca con un montón de cifras sobre cuánto han aumentado las podas en la ciudad desde hace tres años. Aunque esas podas, que han costado casi 50 millones de euros, estén tan mal efectuadas que traigan como consecuencia la muerte de cientos de árboles, mientras los funcionarios de Parques y Jardines mantienen casi sin medios ni personal parques como los de Amate, Los Príncipes o incluso el centenario de María Luisa.

La crisis asola Los Pajaritos

Lo importante no es cómo ni para qué, sino hacer algo. En sentido absoluto. Que los sevillanos perciban que, aunque ninguno de los grandes problemas se haya solucionado —incluso se han agravado—, algo se mueve y escapa a la parálisis que desde hace tiempo, y más en verano, atenaza a la ciudad. Que el muerto luzca guapo, aunque se descomponga por dentro.

La Sevilla Eterna de los próceres hispalenses es un teatro de las apariencias donde la tramoya se yergue sin remedio para ocultar las grietas de su verdadero ser. En su empeñado camuflaje —una manera de negarse a sí misma—, Sevilla ya no será Sevilla, sino Dorne. Dicen que es el escenario soñado por los seguidores de Juego de Tronos. Quizá porque, como en el desierto de la saga fantástica, en la ciudad no faltan espejismos.

Zoido, como de costumbre, ha prometido miles de empleos y muchos millones a cuenta del rodaje. Ver a Sevilla en la pequeña pantalla no sólo satisfará al chovinismo local sino que atraerá a una avalancha de turistas interesados en conocer la localización de la quinta temporada de la serie, como en Malta, Irlanda o Croacia.

Vallas ante el puente del Alamillo en Sevilla

Sevilla es, en palabras del alcalde, “un plató ideal”. Una maqueta de madera con pequeños artificios que dan la ilusión de movimiento, como en la introducción de Juego de Tronos. Un decorado de cartón piedra que adorna un gigantesco parque temático para guiris con calcetines blancos bajo las sandalias.

Mientras presenta las 80 obras de su plan estrella de emergencia para el distrito Sur, el primer edil sonríe satisfecho por saberse ficticio rey de la árida Dorne. La invicta Sevilla abre sus puertas de par en par y se rinde ante todo forastero que, como el equipo de HBO, quiera venir a dejar su maná de ida y vuelta.

Zoido parece nadar distraído en el charquito de los datos del paro como si fuera una piscina, a la espera de miles de empleos que pasarán tan pronto como las lluvias de primavera. El agua de mayo brilla borrosa en el horizonte, como un espejismo. Por delante queda un invierno que se antoja largo y seco.

Zoido se mete en un jardín

El servicio de Parques y Jardines apenas recibe inversión y acumula ya 64 plazas sin cubrir mientras el Gobierno aumenta un 145% el presupuesto para privatizar las zonas verdes. Sin embargo, la gestión de las concesionarias siembra dudas sobre el control municipal del macrocontrato, sobre el que ya pesa la sombra de Fitonovo y el Caso Madeja.

J. Rodríguez / G. Verdugo | “Zoido vio un día un Central Park, casi lo tocó con sus manos, y se cayó del caballo al día siguiente de tomar posesión, como Saulo”. Con esta frase, el portavoz del Grupo Socialista en el Ayuntamiento de Sevilla, Juan Espadas, puso sobre la mesa en el Pleno ordinario celebrado el pasado viernes el incumplimiento de las promesas que, en materia de zonas verdes, realizó el alcalde Juan Ignacio Zoido en la campaña electoral para las elecciones de mayo 2011.

El Grupo Socialista presentó una propuesta para establecer un mayor control sobre el cumplimiento del macrocontrato de 48 millones por el que diez empresas privadas gestionan el mantenimiento y la poda de casi el 90% de las zonas verdes de la ciudad. Además, planteó una mayor inversión en el servicio municipal de Parques y Jardines y un análisis de la gestión del área, delegada en el concejal de Urbanismo, Vivienda y Medio Ambiente, Maximiliano Vílchez.

El portavoz del PSOE también hizo hincapié en la necesidad de cubrir las 64 plazas vacantes en Parques y Jardines —una situación provocada por la tasa de reposición cero—, así como de acometer inversiones en las zonas gestionadas con medios propios, con el fin de mantener con garantías el creciente número de hectáreas y de evitar la degradación que están sufriendo algunos espacios emblemáticos de la ciudad.

Pradera seca en el Parque Amate de Sevilla
Muchas praderas del Parque Amate están secas o sin vegetación alguna

Amate, el parque cenicienta

En 1984, justo hace treinta años, el Ayuntamiento decidió convertir una sombría escombrera ubicada entre Juan XXIII, Amate, Tres Barrios y Santa Aurelia en un parque de 34 hectáreas que los vecinos habían demandado durante años.

Hoy, el Parque Amate constituye el principal patrimonio de aquellas barriadas. A primera hora de la mañana, decenas de ancianos, madres, atletas y perros ya se adueñan de sus caminos pedregosos, duros como la roca. “No han visto albero en los últimos veinte años”, apenas “un matapolvos para callar al público”, explican los trabajadores de Parques y Jardines que lo gestionan.

Los efectos de la falta de personal en el servicio se dejan notar de manera especial en este parque. Los doce operarios destinados allí constituyen una dotación claramente insuficiente para cubrir las 34 hectáreas del recinto. “Según los estatutos europeos de jardinería, la ecuación lógica sería un trabajador por hectárea, y ya va cargado”, aseveran.

Papelera prohibida en el Parque Amate de Sevilla
Una de las papeleras prohibidas que pueden encontrarse en el Parque Amate o el de Los Príncipes

Hace casi tres años Parques y Jardines retomó el Parque de Los Príncipes de manos de una concesionaria privada, lo que ha supuesto un efecto dominó de bajas. “Como no está entrando personal, de cada sitio se han quitado dos o tres para poder tener ocho o diez compañeros allí”, afirman los trabajadores. A ello hay que sumar las jubilaciones. En Amate se han producido dos hace poco, algo que no es extraño si se tiene en cuenta que “la media de edad en el parque es de 60 años”.

Aunque los trabajadores de Parques y Jardines han denunciado durante meses el precario estado de sus instrumentos, en Amate aseguran que por fin “estamos bien de materiales” después de “una fuerte inversión en maquinaria”. Según los empleados, la jefatura del servicio sostiene que “hay un dinero para maquinaria que se va a emplear el año que viene”. Pero “ésa es la zanahoria que te ponen”.

Es el caso de la inversión de 300.000 euros para el riego automático que el pasado viernes prometió por tercera vez el delegado Vílchez. “El año que viene es mágico”, asegura con ironía un operario. “Lo de esa dotación presupuestaria lo dijo Antonio Rodríguez, que era jefe de servicio con Monteseirín, y aquí estamos”. Mientras el Gobierno municipal se decide a implantar la nueva instalación, los jardineros deben trasladar a pulso “cañones con mangas de 25 metros cargadas de agua” y las praderas de césped acaban agostadas.

La Asociación de Amigos del Parque Amate lleva a cabo numerosas protestas para denunciar el estado del recinto
La Asociación de Amigos del Parque Amate lleva a cabo numerosas protestas para denunciar el estado del recinto

Fuentes internas aseguran que el Parque Amate es “el gran olvidado de Parques y Jardines, la cenicienta”. La inversión prometida ya desde tiempos del PSOE, pero nunca ejecutada, deja una estela de aspectos mejorables, como bancos de madera, “papeleras que están prohibidas en toda Europa” o la necesidad de bordillos en los caminos para evitar que el albero mojado enfangue las praderas.

La dejadez a la que el Ayuntamiento somete al parque tiene como consecuencia el peor de los males: “la falta de comprensión del público”. El colmo para los operarios es que los usuarios, que están “muy indignados”, no pagan sus iras con los altos cargos del servicio o la administración sino con ellos, que mantienen el recinto con su esfuerzo diario. “Yo no sabía que se podían cagar en los muertos de una persona por venir a trabajar aquí”, asegura un trabajador. “Nos hacen auténticas perrerías, ya hemos tenido juicios y todo”.

Fuente destrozada en el Parque Amate de Sevilla
La hierba y la basura cubren el fondo de esta fuente medio derrumbada de la que en otro tiempo brotó incontenible el agua

El ánimo de los ciudadanos que disfrutan del Parque de los Príncipes, en Los Remedios, es opuesto al de los vecinos de Amate. El servicio de Parques y Jardines lo recuperó en 2011 tras quince años en manos de la empresa privada porque, cuentan los trabajadores, “ya eran insoportables las quejas del público de lo mal que estaba”. Hoy, los empleados destinados allí señalan la satisfacción de los visitantes con el recinto.

Cuando llegaron, el estado era “muy deficiente”. Los trabajadores municipales aseguran que “esto lo hemos tenido que levantar nosotros, el riego estaba casi todo perdido, no se sabía dónde estaban los aspersores; aquí estaban muy mermados de todo”. Aun así, reconocen que “hoy está rey comparado con cómo estaba”.

La mejoría se debe, en especial, a que ahora los jardineros son el doble que con la empresa privada. También explican que “tenemos coches en mejores condiciones y mejor maquinaria”. Sin embargo, persisten los problemas de que “las instalaciones son muy antiguas y precarias” y, sobre todo, el de que “hay menos gente” porque “la bolsa no anda y el personal se va jubilando”.

Galería en el Parque de María Luisa de Sevilla
Galería en el Parque de María Luisa de Sevilla

El Parque Central olvidado

En Parques y Jardines, como en la propia ciudad, todo gira en torno al Parque de María Luisa, el buque insignia de los parques de Sevilla y uno de los iconos de la urbe. El monumento verde de la Exposición Iberoamericana fue el protagonista de una de las promesas electorales más pomposas de Zoido: la creación de un Parque Central que incluyera los de María Luisa y Las Delicias, la Plaza de España y el entorno del 29, los jardines de Murillo y el Cristina y, por último, la peatonalizada calle San Fernando.

El regidor aseguró que lo inauguraría este mismo año pero, como en el caso de otros muchos compromisos, no se ha vuelto a saber nada. Fuentes internas de Parques y Jardines afirman que “el próximo movimiento es que el año que viene se gasten en el parque todo el dinero que están diciendo”, mientras que “el siguiente es que se lo den a una empresa privada”.

Un vehículo de Parques y Jardines de Sevilla que sobrepasa la edad estipulada para la flota del servicio
Hace muchos años que algunos vehículos de Parques y Jardines dejaron de ser nuevos

La plantilla municipal ha expresado en los últimos meses sus temores a que las concesionarias se hagan con la joya de la corona verde de Sevilla. Este medio informó en abril de la aprobación de un contrato menor por importe de 21.659 euros para la realización de trabajos concretos en los jardines históricos y parques mantenidos personal municipal.

Curiosamente, la jefatura del servicio justificó el nuevo contrato con la falta de “personal especialmente cualificado” que sufren los jardines mantenidos con medios propios. También hizo alusión al “parque de maquinaria muy limitado” con que cuentan los jardineros, que llevan meses denunciando que el Ayuntamiento no invierte en arreglar averías que, en bastantes ocasiones, “apenas suponen un par de euros”, según los empleados.

Mientras el servicio sigue recepcionando zonas verdes —este año se recepcionarán los 26.200 metros cuadrados del entorno del Pabellón de la Madrina, junto al Casino de la Exposición—, el número de jardineros continúa menguando.

Raíces de un ficus en el Parque de los Príncipes de Sevilla

La autopista de la privatización

La gestión de Juan Ignacio Zoido en Parques y Jardines tiene una seña de identidad clara: la privatización. Tal como explicó el delegado Vílchez el pasado viernes en el Pleno, el Ayuntamiento tiene recepcionadas más del doble de hectáreas (879,5 frente a 473) que antes de tomar posesión el actual Gobierno.

Sin embargo, la balanza se inclina sin paliativos hacia el lado de las empresas privadas. Si antes éstas mantenían 393 hectáreas (el 83%), ahora cuentan con 782 (el 89%). Por su parte, el servicio municipal aumenta su extensión de 80 a 97,5 hectáreas, pero el porcentaje respecto del total desciende del 20 al 11%.

Ante las críticas de la oposición por las 64 plazas vacantes que no se reponen en Parques y Jardines, Vílchez se escudó en la tasa de reposición cero, “una norma que nos impide contratar”. Sin embargo, la solución del Gobierno de Zoido al “problema endémico” de la falta de inversión en el servicio municipal es continuar y apuntalar la senda privatizadora que ya abrió Alfredo Sánchez Monteseirín. En 2012 se aprobó la concesión de un “macrocontrato” dividido en seis lotes que cuenta con un presupuesto de 48 millones para cuatro años más dos de prórroga. De esta manera, la partida para contratos con empresas privadas ha aumentado un 145% desde 2011.

Los empleados y sindicatos municipales sostienen que “el presupuesto para medios propios ha ido bajando mientras que ha subido, pero con demasía, la apuesta por la empresa privada”. Según ellos, con la dotación presupuestaria destinada a las concesionarias “el servicio público gestionaría de manera más eficiente las zonas verdes durante más tiempo, e incluso se podrían recepcionar más”.

Trabajos sin control

El delegado de Urbanismo y Medio Ambiente no dejó lugar a que se pusiera en duda el control del Ayuntamiento sobre los trabajos incluidos en el macrocontrato. De hecho, Zoido incluyó en su programa electoral la aspiración de “mantener una labor estricta de vigilancia en el cumplimiento de los contratos de mantenimiento de los parques. Tres años de gobierno después, existen no pocos indicios de que el seguimiento de los trabajos de las empresas privadas no se está realizando de manera adecuada.

El delegado Vílchez, a preguntas de Espadas, remitió a la inspección conjunta del servicio de Parques y Jardines y los distritos. “Cuando se advierten fallos se levantan amonestaciones”, aseguró. Sin embargo, sevilla report ya informó en noviembre de 2012 de la existencia de negligencias sistemáticas tanto en la realización de los trabajos como en la comprobación de éstos por parte de los técnicos municipales.

Altas fuentes de Parques y Jardines afirmaron entonces que “las empresas privadas hacen lo que les sale de la polla con los técnicos” encargados de la supervisión, porque “cuando llegan las navidades no les faltan los regalitos; llegan las fiestas, los regalitos; llegan los cursos que hay que hacer y viajar al quinto pino, te lo paga la empresa”.

Pabellón Marroquí, sede del servicio de Parques y Jardines de Sevilla
La sombra de la corrupción se cierne desde hace un año sobre el Pabellón Marroquí del 29, la sede de Parques y Jardines

Como consecuencia de la falta de control, se producen trabajos claramente deficitarios. En el caso de la poda, operarios tanto del servicio municipal como de las contratas aseguran que “lo que se hace es un desmoche”, una “poda de pasada”. Algo contraindicado, ya que en ese caso, insisten, “el árbol nunca vuelve a recuperar su forma y tiene mucha pudrición porque no cicatriza bien”.

Estas podas, unidas a la falta de mantenimiento y de prevención de enfermedades, desembocan en talas masivas de árboles. El pasado 19 de junio, el Ayuntamiento anunció que cortará un centenar de olmos junto al Real de la Feria, una zona gestionada por Valoriza y Cointer Concesiones, filiales de Sacyr y Azvi, respectivamente. El Consistorio ha explicado que los árboles están enfermos, algo que evidencia una falta de mantenimiento.

Otro caso reciente fue el de las palmeras de la Plaza del Duque, que debieron ser taladas en marzo tras haberlas carcomidas el picudo rojo. La lucha contra esta especie invasora está incluida en el macrocontrato, pero la muerte de estos ejemplares arroja dudas sobre el tratamiento preventivo aplicado por Valoriza y Cointer.

Juan El alcalde Zoido y el delegado Vílchez no han dado explicaciones acerca del incumplimiento de los contratos por parte de las concesionarias de Parques y Jardines

Aparte queda el Caso Madeja, que implica a Fitonovo, otra de las concesionarias, y a cargos públicos de Parques y Jardines y Medio Ambiente. Las dádivas que los administradores supuestamente concedían a los funcionarios a cambio de cuantiosos contratos públicos —la red societaria compuesta por Fitonovo, Conversa y Bremacons ha recibido más de 35 millones en la época de Zoido— ponen en cuestión la limpieza del contrato. Sobre todo si se tiene en cuenta el testimonio de sus trabajadores, que aseguran contar con menos medios y personal del establecido en los pliegos, además de cobrar menos de lo estipulado por el Ayuntamiento.

El Gobierno municipal rechazó la propuesta del PSOE en el pleno del viernes, alegando que “los ciudadanos están hartos de comisiones de control que no funcionan para nada”, en palabras de Vílchez. Sucede lo mismo con la comisión de investigación del Caso Madeja puesta en marcha por el alcalde en diciembre, y de la que nunca más se supo.

Un dragado a contracorriente

Artículo publicado en sevilla report

Puerto de Sevilla

Sevilla, en ocasiones, parece esforzarse por consumar esa cualidad de urbe eterna que el chovinismo local insiste en inculcarle. De ahí que en no pocos asuntos la principal y casi única noticia es, precisamente, que no hay noticia. Quizá por su vínculo de siglos con la ciudad, el Puerto de Sevilla se ve arrastrado sin remedio hacia esta tesitura estática. Su principal proyecto, el dragado de profundización del Guadalquivir, languidece varado en unas aguas estancadas en las que desde hace demasiado tiempo flotan intertes las mismas novedades.

Durante sus 16 largos años al frente de la Autoridad Portuaria, Manuel Fernández intentó persuadir a la opinión pública de la “necesidad” de dragar el estuario del río a golpe de declaraciones que, por conveniencia, reprodujo la prensa hispalense. Su discurso se tornó un bumerán y un torrente de voces discordantes barrió sus argumentos. Fernández se fue pero el ente portuario no deja de recibir buenas dosis de su misma medicina. Más que nada porque Carmen Castreño, la nueva presidenta y otrora compañera de su predecesor, se empeña en mantener esta obstinada cruzada contra el peor de los enemigos: la realidad.

Sigue leyendo Un dragado a contracorriente

Balance 2011-2013: Mareando al personal

Balance 2011-2013: dos años de Zoido

Juanjo Cerero / Jesús Rodríguez / Gregorio Verdugo | La gestión interna del Ayuntamiento de Sevilla consumió la mayor parte de los presupuestos municipales en los tres últimos años, en torno a 450 millones de euros para cada ejercicio. Las cantidades totales en este área son similares. El recorte entre 2011 y 2012 fue de 3,6 millones (un 0,8% menos), mientras que en 2013 hay una pequeña subida de 2 millones (un 0,4%) respecto al año anterior.

La clave de este capítulo está en dónde se gasta el dinero. A pesar del sostenimiento de las cuentas totales, numerosas partidas experimentan importantes incrementos y surgen otras tantas con una cuantiosa asignación. Otras, especialmente las empresas municipales o los recursos humanos, sufren severos recortes. Dentro de los sueldos del personal también se produce esta dinámica: unos ganan menos para pagar las subidas en las retribuciones de otros.

La austeridad es una constante en el programa electoral de Juan Ignacio Zoido. A ella dedica una de sus principales promesas durante toda la campaña: reducir el gasto municipal y la carga fiscal para el ciudadano. Los dos términos están incumplidos. Los presupuestos crecen de forma progresiva hasta alcanzar los 776 millones en 2013, un aumento del 11,3% frente a los 698 de 2013. Además, en 2013 un número superior a 20 tasas municipales subieron un 3% y otras lo hicieron aún más, como en el caso de los precios públicos de las instalaciones del IMD, un 7%, la grúa municipal y la zona azul, un 6%, y las tarifas de Tussam, una media del 5%.

Zoido también se comprometió a reducir el número de áreas de gobierno de once a ocho, algo que ha cumplido, aunque ha mantenido los mismos departamentos con una simple reordenación que ha conllevado que algunos delegados municipales, como Gregorio Serrano, titular de Economía, Empleo y Fiestas Mayores, ostenten una notable concentración de poder dentro de la corporación municipal.

El Ayuntamiento de Sevilla

También fue rotundo el regidor al asegurar que reduciría el número de cargos de confianza. En el pleno del 28 de junio de 2011, medio mes después de tomar posesión el nuevo gobierno, dijo que se aplicaría un recorte del 20%, de 81 a 58, con un ahorro de 1,2 millones. La página Sueldos Públicos ya informó el pasado 19 de diciembre de que en el Boletín Oficial de la Provincia de Sevilla de 10 de septiembre de 2012 se recogían 106 cargos de confianza.

El 7 de mayo, tras publicar la prensa local que Zoido supera a Alfredo Sánchez Monteseirín en el número de cargos de libre designación, el Ayuntamiento respondió que sólo hay 120, menos que entonces y con menos sueldo. De cualquier manera, los que ahora reconoce el gabinete de comunicación de Laredo son más del doble que los que el alcalde prometió hace dos años.

El caso más llamativo es el de Juan José Cortés, padre de Mari Luz Cortés y asesor municipal en la Delegación de Servicios Sociales, que fue imputado en marzo por delitos de tentativa de homicidio y tenencia ilícita de armas tras participar en un tiroteo en septiembre de 2011. Al PP no le bastan estos antecedentes y ha afirmado que no decidirá sobre la situación de Cortés hasta que la Justicia se pronuncie de manera definitiva.

En su obsesión teórica por mantener a raya el gasto municipal, Zoido llegó a calificar de “fundamental” la existencia de una Oficina de Control Presupuestario “que garantice que el dinero que está presupuestado se ejecute en su totalidad con un seguimiento semanal”. Dos años después, el control de las cuentas municipales sigue siendo brillando por su ausencia.

Los números que mecen la cuna

Un análisis pormenorizado de los distintos capítulos que componen Gobierno Interior muestra el mismo patrón que en el presupuesto general del área: las cantidades totales apenas se ven recortadas, pero es en el reparto y la cuantía de las partidas donde se producen los cambios estructurales más significativos. Como decía aquel viejo refrán, el diablo está en los detalles.

Un ejemplo ilustrativo es el apartado de Recursos Humanos, en el que se incluyen los sueldos del personal del Ayuntamiento de Sevilla. Entre 2011 y 2013, el presupuesto desciende más de 6 millones, un 2,34%. No obstante, lo interesante es comprobar que en los dos años de gobierno de Zoido, especialmente en 2013, los recortes se producen por sistema en los sueldos de funcionarios de la categoría C-2, la más baja, a la que se asigna a quienes sólo cuentan con el título de Secundaria. Estas bajadas, además de cumplir con la tasa de reposición cero, sirven para compensar subidas de sueldos para cargos directivos, algunos de nueva creación, y altos funcionarios.

Variaciones en los sueldos de los funcionarios y el personal del Ayuntamiento de Sevilla entre 2011 y 2013
Variaciones en los sueldos de los funcionarios y el personal del Ayuntamiento de Sevilla entre 2011 y 2013

Aunque durante la campaña electoral y en sus primeros meses de Gobierno el alcalde enarboló la bandera del recorte en puestos de confianza y altos cargos, la realidad que muestran los presupuestos municipales es que en estos dos años el gasto en personal directivo ha crecido más de un 36%, desde los 983.000 euros de 2011 hasta los 1.338.000 de este año.

Un ejemplo ilustrativo de lo anterior es lo ocurrido en la Administración General de Participación Ciudadana, donde el sueldo destinado a personal directivo se incrementa más del doble en 2013 con respecto a 2011, pasando de 70.324 a 152.690 euros. Otro detalle significativo es que en 2013 la partida para productividad del funcionariado alcanza los 17,6 millones de euros, cuando ese concepto no aparece en los dos años anteriores.

Por otro lado, en 2013 las asignaciones para las partidas de complementos y antigüedad se reubican en las catalogadas como “otras retribuciones”, que crecen hasta triplicarse en la mayoría de los grupos de funcionarios y de personal laboral. La práctica de aunar varias partidas detalladas en un solo e impreciso concepto, más difícil de escudriñar por el ojo público, se ha convertido en una práctica habitual en los presupuestos de esta Corporación. De hecho, la nota que Transparency International otorga al consistorio hispalense en transparencia económico-financiera en 2012 es de 21,4 sobre 100 frente al 79 de 2010.

La austeridad galopante impuesta por Juan Ignacio Zoido con el recorte de 6 millones de euros en los sueldos del Ayuntamiento responde al plan de ajuste impuesto por el Ministerio de Hacienda. Este plan también incluye una reestructuración del sector público que en los presupuestos de 2013 cuenta con una financiación de 7,2 millones en concepto de gastos diversos. Paradójicamente, la austeridad le cuesta a Sevilla 13 millones de euros.

En otros capítulos del área se producen bajadas significativas. Es el caso de Relaciones Institucionales, a las que en 2011 se asignaron 1,3 millones de euros y que en 2012 fueron eliminadas. Entre éstas se encontraban dos transferencias a la Agrupación de Interés Económico (ahora denominada Corporación de Empresas Municipales de Sevilla, un cambio de nombre que no afecta en nada a las funciones del ente) por valor de 940.000 euros y otros 184.320 dedicados a intervenciones relacionadas con la población inmigrante y otras minorías.

Entre las empresas municipales, Tussam percibe un 3,2% más en 2013 respecto a 2011, si bien en el último ejercicio la asignación baja un 1,2% frente a 2012. Lipasam corre peor suerte. Deja de recibir 18 millones de euros en los dos años de gobierno de Zoido, lo que supone un recorte del 17%.

En cambio, también hay notorios incrementos de presupuesto. El principal es el de 10,5 millones en Conservación de Edificios Municipales, un 117% más entre 2011 y 2013. Gran parte de este dinero se asigna a inversiones de reposición de edificios en colegios por valor de 3,2 y 4,3 millones en 2012 y 2013, respectivamente, mientras que otros 2,8 millones se destinan a inversión de rehabilitación de edificios y otras construcciones, dentro del apartado de Gestión del Patrimonio.

En este mismo capítulo hay otros cuantiosos gastos, todos en los presupuestos de 2013, como los 478.000 euros del Parque Infantil de Tráfico, los 150.000 euros de la rehabilitación del Convento de Santa Clara o las escandalosas subidas del gasto en la Administración General de Edificios Municipales. Entre 2011 y 2013, el suministro de luz sube un 50%, el de agua lo hace un 736,2% y el de gas asciende un 240%. Además, se abonan atrasos de luz y gas por valor de 519.000 y 153.000 euros, respectivamente.

Algunas partidas de Innovación Tecnológica también aumentan su asignación. El apartado de Desarrollo y Producción Informática recibe 1,2 millones de euros más en 2013, una subida del 181% respecto a 2011. Los dos conceptos que se reparten este incremento son los de mantenimiento de equipos informáticos, con 260.000 euros más en estos dos años, y la partida de aplicaciones informáticas y licencias de uso de programas, existente sólo en el último ejercicio y a la que se dedican 980.000 euros. Además, Desarrollo y Producción Informática, una sección de nueva creación con el actual gobierno, recibe en 2012 y 2013 sendas partidas de 590.312 y 1.110.000 euros.

Órganos de Gobierno, dentro del capítulo de Presidencia, experimenta un descenso de 700.000 euros menos, un 37%, en 2012 frente al año anterior, pero en 2013 vuelve a crecer un 82%, hasta los 2,2 millones. El motivo es que en 2013 se incluye una partida destinada a la Oficina de Relaciones Externas para la liquidación del millón de euros que costó a la ciudad la celebración de la final de la Copa Davis de 2011.

Otros gastos significativos, dentro del apartado de Gobierno Interior, son los del suministro de vestuario de la Policía Local, que asciende un 48% en los dos años del actual gobierno, y el de servicio de imprenta municipal, que duplica su asignación desde los 106.000 de 2011 hasta los 215.500 de dos años más tarde. Los grupos municipales no se quedan atrás y suben un 9% las transferencias por representación en el Ayuntamiento.

Dispendio y opacidad

Parafraseando a Zoido, en materia de austeridad “hay que predicar con el ejemplo”. Pero el alcalde no aplica esta máxima a su gestión, puesto que si no se imparte con criterios equitativo, pasa de ser una necesidad justificada a convertirse en una manifiesta injusticia. Una condena al pobre a ser cada vez más pobre.

A la tasa de reposición cero se suma una determinada manera de distribuir un presupuesto que se mantiene estable en su cuantía de forma que se encubre una estrategia de adelgazamiento y elitización del sector público bajo unos supuestos parámetro de profesionalidad y eficiencia que, hasta la fecha, son bastante cuestionables. Esto se ve favorecido por los constantes bailes de partidas y cambios de denominación sin otro objeto aparente que el de dificultar la fiscalización de las cuentas municipales.

La tan cacareada austeridad ha acabado suponiendo una ola de recortes por doquier que, sin embargo, no han impedido ciertos dispendios como el incremento del número de directivos y cargos de confianza y que el funcionariado de alta cualificación sea el que menos se vea afectado por los ajustes. En esto, como en la vida misma, la peor parte también se la lleva el más débil.

Balance 2011-2013: A vueltas con el lastre de la deuda

Balance 2011-2013: dos años de Zoido

Juanjo Cerero / Jesús Rodríguez / Gregorio Verdugo | El área de Hacienda es de las que mayor peso específico han adquirido desde que Juan Ignacio Zoido llegó a la Plaza Nueva. Su propósito de fiscalizar las cuentas municipales y de aplicar la austeridad ha coincidido con una subida del 57,73% en la asignación presupuestaria para este área entre 2011 y 2013, hasta llegar a 18,3 millones de euros.

El incremento del presupuesto en algunos capítulos es especialmente evidente. La dirección y administración recibe en 2013 3,2 millones de euros, un 329,4% más con respecto a 2011, mientras que el gasto en la Tesorería ha subido entre estos dos años un 174,3% hasta alcanzar los 1,8 millones. En cambio, la partida para la Agencia Tributaria desciende un 26,7% entre 2011 y 2013.

Una asignación que contribuye de forma notable a engrosar el presupuesto general de Hacienda son los 6,13 millones del Fondo de Contingencia, dentro del capítulo de Imprevistos y Funciones No Clasificadas. Esta partida, que sólo existe en 2013, tiene su origen en el Plan de Ajuste impuesto por el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas en mayo de 2012 y sustituye a las partidas destinadas a abono de sentencias.

El área de Hacienda del Ayuntamiento de Sevilla tuvo que hacer frente a una abultada deuda tras las elecciones de 2011
El área de Hacienda del Ayuntamiento de Sevilla tuvo que hacer frente a una abultada deuda tras las elecciones de 2011 | Foto: Avij / Wikimedia

En la memoria del Presupuesto Municipal para 2013 se explica que el fondo tiene como fin “atender necesidades de carácter no discrecional y no previstas en el presupuesto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 31 de la Ley Orgánica 2/2012 de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera”.

En el citado artículo se explica que “la cuantía y las condiciones de aplicación de dicha dotación será determinada por cada Administración Pública en el ámbito de sus respectivas competencias”. Que el Ayuntamiento y la normativa se pasen uno a otro la responsabilidad de establecer su aplicación implica que el fondo de contingencia no cuenta con un mecanismo de control establecido para su gestión.

El pago de la deuda es otro de los grandes aumentos presupuestarios durante los dos primeros años de gobierno de Zoido. En 2012, el incremento es del 190%, desde los 24 millones hasta los 89,6. En el capítulo dedicado al pago de intereses llama la atención la subida del 41% en 2012 debida, básicamente, al incremento de la refinanciación del préstamo contraído en 2008 con BBVA, Dexia-Sabadell y BCL.

En 2013 se produce otro incremento del 27% respecto al año anterior como consecuencia del abono de los intereses de los préstamos contraídos con el Instituto de Crédito Oficial (ICO) en 2012 dentro del plan de pago a proveedores del Gobierno central. El presupuesto total para este fin llega a los 4 millones de euros.

Por otro lado, en el capítulo de amortizaciones destaca el pago de varios préstamos invertidos en 2010, por importe de 15,1 millones de euros en 2012 y de 17 en el año siguiente. También se incluyen las retenciones de la Participación en los Ingresos del Estado que el Ministerio de Hacienda aplicó al Ayuntamiento en 2008 y 2009, y que supone que en 2012 y 2013 la ciudad ha perdido 22,3 y 6,4 millones, respectivamente, por este motivo.

Además, en 2013 existe una partida por la que se dedican al pago de la deuda 28,4 millones de euros excedentes del techo de gasto impuesto por el Ministerio de Hacienda a las administraciones locales, como se recoge en el apartado 5º del artículo 12 de la Ley 2/2012.

Mención aparte merece el capítulo de impuestos y tasas municipales. En los dos años de Gobierno de Juan Ignacio Zoido se aprecia una recaudación total menor a la de 2011. El año pasado se produjo un descenso del 31,7% respecto al anterior, mientras que en 2013 hay una subida de más del 30% frente al ejercicio previo.

Sin embargo, la evolución de los ingresos según su tipo no es homogénea. Mientras que los directos experimentan un crecimiento en los dos años hasta alcanzar un 5,9% más en 2013 respecto a 2011, los impuestos indirectos, entre los que se incluye el IVA, sufren un descenso continuo que en 2013 es del 22,81% respecto a dos años antes. Esta bajada es achacable a la persistencia de la crisis y el desplome del consumo, uno de sus síntomas más evidentes. Los ingresos por tasas municipales, por su parte, caen un 62% en 2012 pero vuelven a repuntar con una subida del 98% un año más tarde.

Zoido llegó a calificar de “obligación ineludible de cualquier gobernante responsable” la bajada de impuestos municipales. En las ordenanzas fiscales de 2013 quedaron congelados los cinco impuestos directos, pero más de 20 tasas se encarecieron en torno al 3%, mientras que otras lo hicieron aún más. Los casos más llamativos fueron los de los precios de las instalaciones del Instituto Municipal de Deportes (un 7% más), la zona azul y la grúa (aumento del 6%) o las tarifas de Tussam (subida media del 5%).

También en este área el alcalde de Sevilla ha faltado a su programa y a sus principios. Su pretensión de bajar los impuestos, aplicada durante el primer año de mandato, ha chocado con la cruda realidad de las cuentas municipales. De ahí que en el ejercicio siguiente se viera obligado a aparcar su ideología para cuadrar los presupuestos a golpe de tasas.

Además, la intención de reducir el gasto se ha visto truncada por la imposición del Gobierno de Rajoy a través del plan de ajuste de las administraciones públicas. De los alrededor de 80 millones de euros de incremento en el presupuesto de 2013 frente al de 2011, más de la mitad ha sido destinado al pago de deuda. Mientras que las partidas destinadas al pago de intereses crecen de forma escalonada, las de amortizaciones de créditos se disparan en los dos últimos años.

Balance 2011-2013: Las eternas lagunas de un modelo estancado

Balance 2011-2013: dos años de Zoido

Juanjo Cerero / Jesús Rodríguez / Gregorio Verdugo | El programa electoral de Juan Ignacio Zoido es profuso en materia de turismo. Las propuestas son numerosas, pero muchas no están explicadas o desarrolladas más allá del enunciado. De la misma manera que en el área de Movilidad, el alcalde prometió un gran plan para publicitar la ciudad y atraer visitantes. Como en tantos otros aspectos, hasta ahora no se ha producido ni una cosa ni la otra.

Junto a una estrategia de promoción turística revisada, que se refleja en un aumento del 42% en la asignación al Consorcio de Turismo entre 2011 y 2013, el programa recogía una rimbombante e incumplida promesa: un “gran pacto por el turismo de Sevilla” con el apoyo de todas las fuerzas políticas, agentes sociales y económicos, profesionales y entidades afectadas. El objetivo era favorecer el consenso político y la transparencia en la elección de los cargos directivos de entidades públicas relacionadas con el turismo y en la toma de decisiones.

Las iniciativas de Zoido para fomentar las visitas a la ciudad se caracterizan por su megalomanía. Prueba de ello es su intención de impulsar grandes eventos deportivos (torneo ATP, Open de Golf de Sevilla, Tour Red Bull, Challenge de Tenis). Fruto de esta apuesta fue la celebración de la final de la Copa Davis de 2011 en el Estadio Olímpico de La Cartuja, una competición que sirvió para poco más que la ciudad perdiese un millón de euros mientras el primer edil se exhibía, raqueta en ristre, frente a las cámaras.

Otra importante propuesta para conseguir más turistas era la de aumentar el número de conexiones y frecuencias de vuelo en el aeropuerto de Sevilla. La sangría anual de aviones (un descenso del 30,9% entre  2011 y 2013) y pasajeros que llegan a San Pablo deja en evidencia la inoperancia del regidor hispalense en este aspecto.

Su incesante empeño por sacar adelante el dragado del Guadalquivir sigue condenado al fracaso. La excusa de que con esta obra llegarían más cruceros al Muelle de Las Delicias ha quedado cuestionada ante el exiguo aumento del número de barcos (4 en 2011 y 5 en 2013) y pasajeros en los dos últimos años. Además ahora cuenta con la decidida oposición de la Unesco, que amenaza con incluir a Doñana en su lista negra de Patrimonio de la Humanidad en peligro a causa de este proyecto, entre otros. Lo del alcalde con el organismo de la ONU a este paso dará para todo un serial.

Donde no ha patinado el alcalde es en su estrategia de potenciar el turismo de congresos. Zoido ha hecho de la herencia recibida de FIBES una de las joyas de su corona. En 2013 dedica 8,4 millones de euros al Palacio de Congresos, mientras que en 2011 la asignación fue de 1,96 millones, lo que supone un aumento del 327%. Está claro que en esto no le interesa hablar demasiado sobre el pasado.

En cambio, nada se sabe del desarrollo turístico de la zona norte del casco histórico (a pesar de la ubicación de una parada de autobús turístico en la Torre de los Perdigones) o de otras propuestas de menor calibre, como el Programa Hospitality para que los extranjeros sean atendidos en otros idiomas en los comercios. Llama la atención la propuesta expresa de permitir que los turistas con vehículos privados puedan circular por el Casco Histórico.

Juan Ignacio Zoido juega al tenis en la presentación de la Copa Davis en el Estadio Olímpico de Sevilla dentro de su estrategia para el turismo local
Juan Ignacio Zoido se exhibió ante las cámaras durante la presentación de la final de la Copa Davis de 2011, en el Estadio Olímpico de Sevilla

También sorprende que en 2013 desaparezca la partida asignada a Moda de Sevilla (240.000 euros en 2011 y 132.500 en 2012) y que, sin embargo, la prensa local informara el pasado 8 de mayo de la apertura de un espacio para esta iniciativa en el Parque Arte Sacro con una dotación de 1,25 millones que no aparece en los presupuestos municipales.

En Fiestas Mayores, en cambio, apenas hay un puñado de propuestas entre las que destacan dos referidas a la Feria de Abril (ampliación y mejora del acceso al recinto ferial y una reforma de la ordenanza de la Feria), ambas sin cumplir. Además, Zoido propuso apoyar a instituciones relacionadas con la Semana Santa, como las hermandades, con varias propuestas dedicadas a “la salvaguarda de las tradiciones religiosas de nuestra ciudad”, y las bandas de música.

En los presupuestos de 2013 se aprecia un importante gasto en diversas partidas relacionadas con el mundo cofrade. Se asignan 12.000 euros para el frustrado Via Crucis del Año de la Fe, 20.000 para el Congreso Internacional de Bandas Procesionales y 75.000 para los locales de ensayo de las bandas. Esta última ha sido una de las acciones a las que el alcalde ha dado más bombo y platillo en su balance de dos años de Gobierno.

Detrás de la pompa del plan de la Corporación municipal para impulsar el turismo lo único que hay son pocas expectativas de cambio en el modelo, que sigue centrado en el “Spain is different”. El proyecto turístico del alcalde se caracteriza por ser excluyente y centrarse en una concepción de la ciudad y su cultura que ignora a las minorías y no busca la integración de toda la ciudadanía. La Sevilla cofrade se impone en una visión cortoplacista e interesada que deja fuera del modelo a un importante número de sevillanos.

Además, Zoido parece más preocupado de mantener contentos a los lobbies tradicionales de la ciudad, las denominadas “fuerzas vivas” ya de por sí enclaustradas en una visión anacrónica, que de promover una estrategia centrada en el visitante —algo que incluye en su programa como “elemento central”—. Además, esto impide la alianza con otros municipios que podría resultar beneficiosa para todos los agentes implicados, por lo que parece que los huecos y carencias de este modelo turístico no se cubrirán por el momento.

Balance 2011-2013: Marcha atrás y menos seguros

Balance 2011-2013: dos años de Zoido

Juanjo Cerero / Jesús Rodríguez / Gregorio Verdugo | Las promesas estrella en el apartado de movilidad del programa electoral de Juan Ignacio Zoido eran “lograr una completa red de Metro para Sevilla”, la derogación del Plan Centro, un ambicioso plan de aparcamientos, la puesta en marcha de negociaciones para unificar las tarjetas de transportes en el área metropolitana y la elaboración de un Plan de Movilidad Urbana en la ciudad.

Dos años después, sólo ha llevado a cabo la supresión del plan de tráfico en el Casco Antiguo. De la consecución del resto de propuestas no hay noticias o visos de que vaya a haberlas pronto. En líneas generales, la actuación de Zoido ha consistido en desmantelar el plan de movilidad urbana emprendido por Alfredo Sánchez Monteseirín entre 2005, con las primeras peatonalizaciones, y 2011.

Como consecuencia de ello, junto a la caída del Plan Centro, ha restituido el doble sentido en una de las vías principales de la ciudad, Luis Montoto, sucumbiendo a la presión del lobby de los comerciantes de Aprocom. Por el contrario, no se ha atrevido a tumbar otras actuaciones del Gobierno anterior, como el Metrocentro o los carriles-bici, a causa del mayoritario respaldo por parte de la ciudadanía.

Ello no impide que la infraestructura que sostiene esta modalidad de transporte, que recientemente ha sido alabada como una de las mejores del mundo, esté prácticamente en estado de abandono, como demuestran la desarticulación de la Oficina de la Bicicleta y el hecho de que no exista una sola partida presupuestaria dedicada al mantenimiento de la red ciclista en estos dos años.

Un autobús de Tussam, una de las claves de los presupuestos de Movilidad y Seguridad | Foto: Juan Blanco

El círculo de movilidad se cierra con la promesa de emprender un “plan viable” de nada menos que 28 aparcamientos subterráneos y en superficie por toda la ciudad —más otro número no determinado en el “perímetro del Casco Antiguo”—. Hasta el momento no se sabe nada de ninguno.

En cambio, el regidor no está escatimando esfuerzos para sacar adelante un aparcamiento soterrado en la Alameda de Hércules, iniciativa que, curiosamente, no se encuentra en su programa electoral y que además cuenta con la oposición frontal de los vecinos. En ningún momento el alcalde prometió construir aparcamiento alguno en el interior del centro de la ciudad.

Entre las propuestas de Zoido también había lugar para el transporte público, que quería potenciar con Guadalbús, un servicio de catamaranes para el traslado de viajeros a lo largo de la dársena de Alfonso XIII que tampoco se ha llevado a cabo.

Por otra parte, en el capítulo de la seguridad destaca la propuesta de constituir la policía de barrio, incumplida e inexplicada en al menos once ocasiones a lo largo del programa, una por cada distrito. En cambio, el gran caballo de batalla del Gobierno municipal ha sido la lucha contra los gorrillas, la prostitución callejera y el macrobotellón. Todas se han saldado con dudosos resultados más allá de la recaudación indiscriminada a costa de quienes, en muchos casos, no pueden afrontar la cuantía de estas sanciones.

Otras promesas incumplidas de Zoido han sido la Junta Operativa de Seguridad Ciudadana, la Oficina de Atención al Ciudadano fija y móvil y la construcción de un nuevo parque de bomberos en la avenida de Eduardo Dato.

Los presupuestos de Seguridad y Movilidad

Dentro de los distintos capítulos correspondientes a este área, llama la atención el baile de cifras en el apartado de Movilidad, con una subida del 91% en 2012 respecto a 2011 y un recorte del 25,5% en 2013 frente al año anterior. La principal causa del incremento del presupuesto en 2012 son las partidas de reconocimiento de crédito para conservación de maquinaria, instalaciones y utillaje (1.839.390,94 euros) y de adecuación de cruces y vías (2.619.056,80). Ambas partidas se suprimieron en el año siguiente.

A ello hay que sumar un aumento del gasto en rescate de licencias del taxi, que se ha incrementado en un 260% desde los 451.440 euros de 2011 hasta alcanzar 1.625.555 euros en 2013. Además, en los presupuestos de 2013 se incluyen dos importantes partidas de gasto en este apartado. Una va dedicada a la indemnización de 882.788 euros a Iniciativas Aparca S.L. por responsabilidad patrimonial derivada del conflicto de los aparcamientos generado por la Corporación anterior. La segunda de ellas corresponde a un reconocimiento de crédito para obras de emergencia en el aparcamiento de la Plaza Rafael Salgado, por importe de 367.595 euros.

Las inversiones en materia de seguridad, que incluye las partidas de Convivencia y Seguridad y de una parte de Gobierno Interior referida a los servicios generales de la Policía Local, sufren un descenso del 5,9% entre 2011 y 2013. Dentro del primero de los apartados, el recorte es del 7,4%, mientras que en el segundo se produce una subida del 13,9%.

A pesar del recorte en Convivencia y Seguridad en 2013, se incluyen cuantiosas inversiones como 1,5 millones de euros para el centro de control en la Jefatura de la Policía Local en La Ranilla destinado a Protección Civil y casi 500.000 euros de transferencia a la Gerencia de Urbanismo por la construcción de la comisaría de Bellavista.

También más de 400.000 euros en conceptos como maquinaria, instalaciones, utillajes, mobiliarios, enseres, equipos para procesos de información o rehabilitación de edificios. Este incremento del gasto contrasta con la eliminación del Instituto Municipal de Asistencia Sanitaria, al que en 2011 se le destinaron 3,9 millones de euros y otros 2,4 el año siguiente.

En lo relativo al gobierno interior de la Policía Local, la subida del 13,9% entre 2011 y 2013 es debida a un incremento de más de 260.000 euros en el suministro de vestuario del último año. Junto a todo esto, resulta llamativo que las productividades de los trabajadores de la Policía Local y del servicio de Bomberos se mantienen intocables en los tres años por un total de 10,7 millones de euros anuales.

Sin alternativa

Las actuaciones del Gobierno municipal en materia de movilidad y seguridad durante estos dos años podrían resumirse en derogar lo que estaba en funcionamiento sin disponer de una alternativa que ofrecer a la ciudadanía. De ahí que Sevilla no disponga del Plan de Movilidad Urbana que el alcalde prometió en su programa, a pesar del creciente problema que supone el tráfico aun con el descenso del número de vehículos en circulación como consecuencia de la crisis. El Barómetro de Opinión de la Fundación Antares refleja que el tráfico es una de las tres principales preocupaciones de los ciudadanos. La gestión municipal de la movilidad no recibe el aprobado y la nota que le otorgan los sevillanos apenas sube desde el 3,9 de junio de 2011 hasta el 4,4 de enero de 2013.

Parte de este descontento se podría achacar al enconado empeño del regidor hispalense por echar un pulso constante a la ciudadanía, siempre a lomos de los lobbies locales. Sucedió con la derogación del Plan Centro y la consiguiente demanda de una alternativa viable por parte de los vecinos, y también en las quejas de los usuarios de Sevici y la red de carriles para ciclistas ante el abandono de estas infraestructuras.

La respuesta del alcalde ha sido poner sobre la mesa apuestas que no figuraban en su propuesta electoral, caso del proyecto del parking en la Alameda de Hércules. Mientras, a los sevillanos que pagaron una fianza por una plaza en los aparcamientos proyectados por Monteseirín aún no se les ha devuelto su dinero, aunque Zoido ha prometido en innumerables ocasiones batallar por conseguirlo.

La apuesta de Zoido por la seguridad, a pesar de las diversas propuestas de su programa, se ha reducido a aumentar el número de agentes de Policía Local en la calle. A pesar de ello, la inseguridad ciudadana ha crecido como principal preocupación en un punto desde enero de 2012 a junio de 2013, sin importar la campaña económica y mediática de Zoido contra los gorrillas, la prostitución callejera, el macrobotellón y otras “amenazas para la seguridad ciudadana”.

Tampoco ha influido que cada vez se convoquen más plazas de agentes de Policía Local. La solución parece no pasar por un aumento cuantitativo, sino por ser más efectivos en su trabajo, tal y como recomendó el Defensor del Ciudadano de Sevilla, José Barranca, en la presentación de su informe de quejas en marzo de este año.

¿Cuánto sudan la camiseta los diputados de Sevilla en el Congreso?

sevilla report | Ahora que el descontento de los españoles con los políticos arrecia y se acrecienta avivado por los recortes, la crisis que sigue fagocitando el país sine die y, para colmo de males, con el bochornoso espectáculo que algunos representantes públicos dan en el Congreso, en sevilla report hemos estado reflexionando sobre todo ello y hemos acabado haciéndonos una pregunta que de seguro es tan vieja como extendida: ¿qué hacen los diputados que hemos elegido en las pasadas elecciones del 20 de noviembre en la provincia de Sevilla?

De este modo, ni cortos ni perezosos -hace falta no serlo para indagar sobre cuestiones así-, hemos armado un zafarrancho de búsqueda y hemos arramplado con todos los datos disponibles en la web del Congreso de los Diputados acerca de los doce representantes de nuestra provincia en la Cámara Baja.

Cuando uno se pregunta a qué se dedican los diputados, lo normal es que alguien responda lo -supuestamente- obvio: a representar al conjunto de los ciudadanos que los han votado (y, también supuestamente, a los que no) y a los intereses de dichos electores. Pero lo cierto es que de inmediato surge una nueva cuestión: cómo representan a los ciudadanos. En sevilla report no sólo hemos querido responder a esta pregunta fijándonos en cuál es la actividad de cada uno de los diputados sevillanos en el Congreso. También, especialmente, hemos querido saber cómo enfocan esa actividad para solucionar los problemas de la provincia que los ha enviado con sus votos a la Carrera de San Jerónimo de Madrid.

La respuesta completa a esta intrincada pregunta, cómo no, en sevilla report.