Manuel López Ogayar, candidato de UPyD al Congreso por Sevilla

Manuel López Ogayar nació en Madrid hace 53 años y volvió a Andalucía, donde vive y trabaja desde entonces, hace 25. Está casado y tiene dos hijos. Este ingeniero de minas de hablar pausado y dialogante es el cabeza de lista de la candidatura de UPyD al Congreso de los Diputados por la provincia de Sevilla.
Decidió adquirir el compromiso con su partido porque se identifica plenamente con su discurso y por la deriva del país. Su intención es cambiar las cosas y ser parte activa de ese proceso de cambio. Ha sido elegido candidato en el proceso de primarias de su partido en la provincia.
Esta entrevista se la hicimos Gregorio Verdugo y servidor hace unos días en la sede de UPyD en Sevilla.
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Agur

Estaba el pasado jueves en el estudio de radio grabando una edición de Sexy Music cuando Juanjo me miró con sorpresa y giró la pantalla de su portátil. En la web de EL PAÍS, a sangre, se leía la noticia que los españoles llevábamos más de 40 años esperando: «ETA anuncia el fin de la violencia».

Entre meter indicativos y ráfagas, dar paso a una y otra canción, buscar documentación sobre la marcha y hablar sobre los temas, no tuve tiempo de leer el cuerpo de la noticia, ni siquiera de pararme a pensar en lo que acababa de leer, de ir más allá del choque profundo que el título me había provocado.

Luego estuvimos con Gregorio, hablando de periodismo y de proyectos diverso que pondremos en marcha dentro de poco. Pero ninguno mencionó el acontecimiento mayúsculo de ese día. Hasta el punto de que, hasta que no llegué a mi casa y, más tarde de la medianoche, me senté en el ordenador y leer en el Twitter lo que decía la gente sobre el (casi) fin de ETA, no volví a acordarme de ello.

Repasando los tuiteos que publicaban muchos compañeros periodistas, tuve la repentina certeza de esta en un día en los que más conviene callar y leer y escuchar que decir cualquier cosa, no sólo porque lo que decían esos periodistas, con mil y un tiros dados y con muchos años de convivir con noticias sobre ETA, dejaba en pañales que cualquier cosa que pueda decir yo, sino porque en ese momento comprendí que dijera, tanto menos en 140 caracteres, podría dar testimonio de lo que significaba el acontecimiento que estábamos sucediendo y lo que para todos suponía.

Hacía bastantes años que ETA atentó por última vez en Sevilla. Casi siempre que había oído hablar de alguno de sus asesinatos, era lejos de mi ciudad, pero no siempre fue así. En un instante me vi sentado en el pupitre de la escuela, con 10 años, en una mañana de invierno de la que sólo recuerdo al compañero que se sentaba delante de mí hablándome de que «esta mañana han dicho que la ETA ha matado a dos personas». «Seguro que habrá sido por el País Vasco o por Madrid, por allí arriba; no creo que se atrevan a venir a Sevilla», le respondí.

No podía imaginar que las dos víctimas eran Alberto Jiménez-Becerril, concejal del PP en el Ayuntamiento de Sevilla, y su esposa Ascensión García Ortiz, como tampoco podía imaginar la rabia que me produjo enterarme de que habían sido ellos los asesinados. Rabia, acaso, contra mí mismo, mezclada por vergüenza, por haber pensado que no podrían haber atentado aquí, tan cerca.

Rabia y también miedo. Era la primera vez, desde que tenía conciencia, que veía que los etarras mataban en Sevilla, y de pronto entendí que mi padre, policía nacional, podría ser el siguiente, un día cualquiera. Desde entonces empecé a desear verlo sentado en el sillón al llegar a casa y empecé a odiar los turnos de noche, y no quería que dejara el ritual de llamar desde la comisaría, como siempre hacía.

Un día, años más tarde, mi padre llegó a casa con una foto en la que él posaba junto a Creta, una perra con la que rastreaban la plaza en la que se ubica la comisaría en busca de explosivos. En aquél tiempo, la ETA era ya ciertamente más débil, y yo, que tenía ya 18 años, había conseguido aplacar ese miedo de niño, pero no pude evitar sentir desasosiego ante aquello que mi padre, sin ánimo de asustarme, me contaba.

Acababa de casarse con mi madre y ya partió hacia la Academia, en Ávila. No tuvo tiempo de egresar y de pasar unos días en el pueblo cuando los dos pusieron rumbo a Pamplona, para luchar contra los terroristas. Allí permanecieron tres años, desde 1980 a 1982. Con el tiempo he ido conociendo historias de aquella época, de «los años malos de la ETA», como los llama mi madre. Mi propio padre me ha ido relatando las noches en que protegían centrales eléctricas contra los atentados; los atardeceres por campos en medio de ninguna parte, intentando captar las comunicaciones por radio de los etarras (al tiempo que los etarras podían interceptar las suyas, descubrir su posición y acribillarlos); las manifestaciones de abertzales en que los policías se veían obligados a salir corriendo porque los lapidaban a pedradas.

El año pasado diagnosticaron a mi padre cáncer de pulmón. Los médicos vieron en la intervención la única posibilidad de erradicarlo y que no supusiera un peligro mayor del que ya era. Finalmente, la operación fue un éxito. Le extirparon el pulmón derecho, le rasparon algunos pequeños restos cancerígenos en las costillas y no hubo más problemas. Ni siquiera tuvo que tratarse con quimioterapia. Un auténtico milagro (sobre todo para el que haya visto cuánto llegaba a fumar mi padre antes de operarse).

No le pregunté cómo se sentía tras la operación. Me conformé con poder preguntarle cualquier otra cosa. El otro día tampoco le hice un solo comentario sobre el fin de la violencia de ETA. Pero, aunque él no hable sobre ello, estoy seguro de que, una vez más, igual que tras su operación, por dentro mi padre se siente más liviano, carente de un nuevo peso que ha llevado con él mucho tiempo y que al final no ha conseguido ahogarlo, y sabedor de que, de nuevo, su lucha y su esfuerzo contra los asesinos, como la de muchos otros, algunos de los cuales dieron hasta su vida, no ha sido en vano.

Sevilla 15 de Octubre

El pasado sábado 15 de octubre se celebraron en ciudades de todo el mundo manifestaciones convocadas por Democracia Real Ya, para protestar contra la situación de la economía mundial y los recortes, reclamar los derechos sociales y «poner en marcha el cambio global». Este vídeo, realizado junto a Gregorio Verdugo, es un resumen de la marcha por las calles de Sevilla, donde se reunieron unas 30.000 personas.

Actualización [23.10.11]

Aquí podéis ver otros dos vídeos del propio Gregorio, uno con más imágenes del 15 de Octubre en Sevilla, y el otro con fotos de la manifestación.

El tópico de lo gracioso (o viceversa)

Escribe en su blog mi compañera María José Durán a colación de las declaraciones de José Antonio Durán i Lleida sobre el PER (sobre las cuales no aportaré nada porque me da pereza y ya bastante se ha dicho):

De ese sentido del humor del que hacemos gala los andaluces podríamos valernos en estas circunstancias para salir al paso sin darle publicidad gratuita a mi primo hermano. Al hilo de esto recuerdo una serie de sketchs que se emitieron en El Intermedio, parodiando una ETA sureña. Estamos Tan Agustito, banda de liberación andaluza. En este enlace os dejo uno de los vídeos, genial a mi humilde parecer. Lo mejor de todo, la bandera del Betis al fondo.

No sé si ustedes recuerdan el jaleo sobrevenido a la transmisión de estos gags, que también fue sonado. Sin embargo, eso mismo hacen Los Morancos, pero como ellos son andaluces, nadie se enfada. ¿No recomiendan acaso 8 de cada 10 psicólogos reírse de uno mismo como medicina preventiva para nuestra salud mental? ¿Y no somos los andaluces los propietarios de la felicidad en éste, nuestro país?

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A mi parecer, el problema sobre el humor acerca de los tópicos viene cuando no es uno mismo, sino el otro, el que se ríe de uno. Me remito a los sketchs de programas como Vaya Semanita (ETB) o Polònia (TV3). En ellos aparecen parodias de los vascos y de los catalanes, hechas por vascos y por catalanes, respectivamente. Lo mismo sucede con las geniales parodias de lo andaluz que hacían Los Morancos en Canal Sur. Se reían del topicazo, pero ellos son andaluces.

Que el hecho de que uno se ría de uno mismo sea simpático para uno y sus allegados, mientras que si la broma la hace un forastero ya resulta antipática, puede ser consecuencia de que la broma del forastero normalmente se hace con ánimo de mofa y de ridiculizar, y, aunque a veces no sea ésa la intención, siempre se percibe de igual forma. De todos modos, cuando un forastero se ríe de lo andaluz, aunque lo haga con acierto y sin mala baba, es cuando los andaluces más caemos en el topicazo, en ese orgullo chovinista y condescendiente que, al final, es lo que más mal nos trae y lo que nos hace anclarnos en nuestro renquear cultural tan típico de siglos, que poco tiene que ver con nuestra tradición, que debe preservarse sin complejos, pues poco tiene que ver con el estereotipo aunque éste se confunda con aquélla.

No es sólo que la parodia que uno hace de sí mismo sea más simpática que la que hace el otro, sino que el que se ríe de sí mismo demuestra la inteligencia de conocer y reconocer sus defectos (pues nadie puede conocer los defectos y el tópico del andaluz mejor que el mismo andaluz) y la madurez de saber tomárselos a broma, mas no de forma banal (como esos humoristas de medio pelo del Canal Sur), sino con esa cualidad que tiene el humor para pulir las imperfecciones de las personas y de las cosas a través de la ironía y la acidez.

Ya se sabe que emplear el humor es la forma más efectiva de luchar contra las dictaduras, y acaso también contra la mala fama del estereotipo, esa tiranía del topicazo que, más que los forasteros, nos imponemos nosotros mismos.

Hacienda reclama al Ayuntamiento de Almensilla el pago del IVA de dos promociones de VPO

El Ayuntamiento de Almensilla (Sevilla) ha recibido dos requerimientos de Hacienda como consecuencia de no haber declarado el IVA procedente de los pagos de dos promociones de VPO, construidas en los sectores de La Pierna y Majalcófar y entregadas en 2007 y 2009, respectivamente.

La Agencia Tributaria reclamó hace dos semanas el IVA procedente del pago de las dos promociones de viviendas. Según explicó el pasado martes 27 la concejal delegada de Hacienda de la localidad, Engracia Rivera, en el caso de las VPO de 2009 existe ya una sanción por demora que «puede ser del 50% en adelante», si bien en la de 2007 aún no existía esa sanción, por lo que, afirma Rivera, el delegado provincial de Hacienda «nos ha propuesto que presentemos la deuda de 2007 de forma voluntaria y cuanto antes para evitar más sanciones».

El pasado viernes se trasladó a la Delegación Provincial de Hacienda un informe referido a la deuda de las VPO de La Pierna, del 2007, en el que se calcula que la deuda del IVA asciende a algo más de 351.000 euros. El alcalde de Almensilla, José Carlos López, explicó que han solicitado un aplazamiento de la deuda a 60 meses con el fin de hacer más viable su pago.

Respecto a la deuda referente al IVA de la 295 VPO del sector de Majalcófar (2009), aún se desconoce la cantidad total, si bien el alcalde asegura que «estimamos que será de unos 2.500.000 euros, más o menos». El regidor pide «cautela» hasta que se conozca la cifra definitiva y «podamos dar datos objetivos», algo para lo que «estamos trabajando con la redacción de un informe», explica López.

Esta nueva deuda agrava la ya delicada situación económica del Ayuntamiento. En tres meses, desde que se constituyó la nueva corporación, con IU al frente, tras ocho años de gobierno de Carlos Ufano (PSOE), el consistorio ha tenido que lidiar con diversas deudas e imposibilidades económicas.

Precisamente, a los pocos días después de tomar posesión en el cargo, el nuevo alcalde tuvo que afrontar la decisión de suspender la feria, debido a las deudas existentes con Endesa (un problema común en multitud de municipios de la provincia, incluida la capital), otras facturas atrasadas, como las de los fuegos artificiales de años anteriores, y, en especial, por los problemas para pagar a los trabajadores la nómina de junio, para lo cual se habían reservado 300.000 euros que el gobierno saliente «gastó en pagar a proveedores desde el día después de las elecciones [del 22 de mayo] hasta el día de la toma de posesión, [el 11 de junio]», afirma López.

Por este motivo, la delegada de Hacienda hace hincapié en que «esto afecta en gran medida al funcionamiento del Ayuntamiento» y, en especial, «a la nómina de los trabajadores», con quien ha asegurado que tendrán una reunión para explicar la situación. Rivera considera que «éste es otro síntoma de una mala gestión y de la imprevisión del Gobierno anterior, de las que, al final, ha resultado este desastre económico».

El blanco y negro del Plan Centro de Sevilla

A Plan Centro puesto, Plan Centro muerto. Ya se ha cerrado el círculo, como estaba anunciado, desde antes del 22 de mayo, en el caso de que Zoido alcanzase la alcaldía de la ciudad. Que haya sido por decreto y no en el pleno, como bien dice Juan Carlos Blanco, es lo de menos. No por su abundancia, sino por su escasez, brillan el diálogo y el consenso políticos en estos tiempos.

La cuestión relevante no es la de las formas con las que el alcalde ha echado abajo el plan de restricción del tráfico en el centro, sino el mismo hecho de echarlo abajo y qué va a suponer, si el libre albedrío del vehículo privado o si esta derogación dará paso a un nuevo plan hecho sin prisas y con alternativas de transporte y de estacionamiento de vehículos en las zonas periféricas.

A falta de solventar esta duda, nos encontramos en el punto de tránsito del blanco de Monteseirín al negro de Zoido. O viceversa, que en este quita y pon de planes los colores son un tanto monta, monta tanto, Alfredito y Juan Ignacio. Uno impuso el plan casi a la fuerza, como medida disuasoria (más bien forzosa y sancionadora) contra el uso del vehículo privado en el centro, y el otro lo ha eliminado como el uno lo instauró, y aquí paz y después gloria, y Sevilla, como siempre, eterna por impasible, de estar igual que antes y de desandar lo andado.

Mientras tanto, el transporte público sigue muerto de risa esperando a que alguien le dé su sitio. Hemos pasado de la prohibición sin algo a cambio -con una línea 2 del Metro con la que la Junta le daba coba día sí y día también a los sevillanos, y con Tussam en una constante e incontrolada espiral de ruina- del plan de Monteseirín a la cerrazón de Zoido en querer coger por la calle de enmedio en lugar de reparar los desperfectos del sistema y suavizar las aristas, algo que sin duda hubiera sido más rápido, barato y eficaz, y además hubiera contentado a los grupos políticos y a la, por haber querido dar el gusto a unos pocos, hoy descontenta mayoría de colectivos.

Zoido ya anda prometiendo alternativas, entre ellas el refuerzo del transporte público con microbuses. Pero mientras esas medidas de impulso del transporte público llegan y no -amén de la construcción de la línea 2 del metro y de la recuperación de los servicios de Tussam suprimidos durantes el último año, dos acontecimientos que no se esperan sino con mucha fe-, quienes pierden son los sevillanos, que ven cómo cada día es más complicado no sólo llegar al centro de otro modo que no sea en vehículo privado, sino, ahora también, transitar por sus calles, convertidas, con cada nuevo despropósito del área de Movilidad, de laberinto bullicioso a un antipático decorado de cartón piedra en blanco y negro.

Demócratas convencidos

En la asignatura Información y Propaganda, el profesor Miguel Vázquez Liñán nos enseñó a mis compañeros y a mí la importancia del lenguaje para manipular la opinión pública mediante la propaganda. Ciertamente, la perversión de las palabras y de los conceptos es una de las técnicas más efectivas para construir una realidad al antojo de uno.

Como decía el eslogan de CNN+, está pasando y ustedes lo están viendo. Aunque no se den cuenta de ello. Hoy nos hemos levantado con la noticia de que los indignados (etiqueta inventada por los medios para identificar algo que no saben a ciencia cierta qué es o de dónde viene, porque no tienen ganas de esforzarse por saberlo) han montado el pollo delante del Palamento de Cataluña, en Barcelona.

Pero, ¿cuántos indignados? Sólo unos salvajes dentro del movimiento (o no). Aunque usted debe pensar que son el grupo, los indignadoslos violentos indignados«). Nada más que un contubernio de terroristas que acosan a los auténticos demócratas convencidos de los cuales la prensa es altavoz y garante. Kale borroka, una panda de salvajes delincuentes de extrema izquierda. Todos iguales, sin excepción. Si usted alguna vez sintió simpatía por el movimiento, siéntase culpable. Porque, además, usted es ciudadano. Ellos, además de violentos y todo lo demás, sólo indignados.

Y, a todo esto, ¿qué pollo es ése que se ha montado y que merece la más firme de las condenas ¿El de los sucesos violentos delante del Parlamento de Cataluña? No: ése y el de los sucesos no violentos, como la simple protesta contra el estatu quo. Esto no es menos que un «ataque a la democracia«, un acoso, un asedio, un asalto intolerable de peligrosos antisistemas que quieren derribar nuestra democracia perfecta del 78. No es permisible en grado alguno, pues son ilegales (no merecen la condición de ciudadanos, ni siquiera la de personas, y, por ende, no tienen derechos) y además son «una minoría (…) alentada por redes sociales marginales» (que sí, hombre, que son un cuatro gatos… ¡que te digo que sí!).

En propaganda siempre se recuerda la casi máxima de Goebbels: una mentira repetida mil veces se convierte en verdad. Será por eso que le gusta decir a mi padre (que no es Goebbels pero sabe más que él): que en toda mentira hay un poco de verdad. Que somos unos terroristas porque tenemos aterrorizados al stablishment. Que esto es una kale borroka (lit. «lucha callejera») no porque seamos violentos (aunque la violencia engendra violencia), sino porque tomamos las calles, que son nuestras, para defender nuestros derechos, porque los tenemos y no somos ilegales más que para el sistema contra el cual, es cierto, estamos en contra, porque nos ningunea y no nos da opciones para vivir dignamente.

Respecto a ese acoso, asedio, asalto y ataque a la democracia del cual nos acusan, respecto a los demócratas convencidos y nosotros, los antidemócratas, les remito a aquello que más de una vez nos dijo el profesor Vázquez Liñán: todo depende de qué entendamos por democracia. Ustedes piensen lo que quieran, que para eso son libres. O no.

Agripina Cabello: «Se dice que voy a gobernar igual que Carlos Ufano, pero siempre en sentido negativo»

Agripina Cabello, candidata del PSOE a la alcaldía de Almensilla, habla sobre el pueblo y sobre sus propuestas para gobernar su Ayuntamiento en esta entrevista, la última de la serie sobre las elecciones municipales del 22 de mayo.

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¿Necesita presentación Agripina Cabello?

Sí, claro, tengo que presnetarme. Ten en cuenta que Almensilla es un pueblo muy grande, aunque llevo ocho años trabajando en unas áreas específicas, con lo cual las personas que suelen venir a esas áreas sí me conocen, y soy muy conocida en ciertos sectores, pero hay otros muchos en las que no. De hecho, cuando el alcalde estuvo de vacaciones el verano pasado, venían vecinos a hablar con él para temas que nada tenían que ver con los míos, por lo cual había muchos vecinos que yo no conocía. Aparte, tengo que presentarme porque yo hasta ahora he sido concejala y así me han conocido, así que tengo que presentarme como alcaldesa, que nada tiene que ver.

¿Y qué les diría a esas personas sobre usted?

Yo me presentaría de una manera muy sencilla. Soy una vecina de Almensilla, vivo aquí, mis hijas están en el colegio, quiero construir una Almensilla cada vez mejor y estoy a disposición de mis vecinos. Ten en cuenta que la mejor actitud que un alcalde, concejal o cargo público cualquiera puede tener es la de servicio. A nosotros no se nos puede olvidar que estamos al servicio de los ciudadanos. Con lo cual, eso es lo que yo les diría: estoy a vuestro servicio.

En estos ocho años que lleva en el Ayuntamiento, ¿qué ha aprendido?

Muchísimo. Aparte de lo que se puede aprender a nivel técnico, he aprendido de la gente, relaciones sociales, cómo las personas pueden comportarse en circunstancias distintas de manera muy distinta. Y he aprendido cómo esas personas necesitan ser comprendidos. Los políticos no podamos ir imponiendo modelos ni diciendo “así se arregla Almensilla”. Nosotros debemos ir viendo y conociendo las necesidades de las personas y, sobre todo, ir viendo la actitud de las personas, por qué hoy te dicen blanco y mañana te dicen negro. Y si sigues observándolas y escuchándolas, las vas a entender, siempre, porque al final hay una coherencia, una necesidad de las personas, y las circunstancias en las que vive cada uno son las que justifican su actuación. Por tanto, aunque los políticos estamos acostumbrados a que nos digan guapos y feos y de todo, si intentas escuchar al ciudadano verás que siempre lleva su parte de razón, y explicándole bien las cosas y deteniéndote y dándole a cada uno el tiempo que se merece, al final acaban entendiéndolo.

Esa parte tópica de la política que quema mucho, es verdad que quema pero es que para eso estás, para escuchar a la gente y para recibir sus quejas, para intentar solucionárselas y, si no se las puedes solucionar, para decirles “hasta aquí puedo llegar, no puedo darte más, pero aquí estoy cada vez que quieras venir”. Y muchas veces somos psicólogos, entre comillas, de la desesperación de los ciudadanos, porque muchos, y sobre todo en esta época, vienen desesperados. Simplemente con que se te siente ahí y te diga: “Porque sois esto, porque sois lo otro, porque mira lo que me pasa…”, al final termina justificando por qué te ha dicho eso, porque me pasa esto y necesito decírtelo. Y una vez que te lo ha dicho y tú lo has escuchado, la persona se siente mejor, porque ya sabe que su frustración no queda en su casa, sino que el político ya lo ha escuchado. Otra cosa es que el problema se le pueda solucionar o no.

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José Carlos López: «Nunca ha entrado tanto dinero en Almensilla, pero no hemos avanzado en nada»

José Carlos López, candidato de Izquierda Unida a la alcaldía de Almensilla, habla sobre el pueblo y sobre sus propuestas para gobernar su Ayuntamiento en esta entrevista también publicada en Sevilla Actualidad.

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¿Cree que necesita presentación después de tres años como concejal?

Siempre necesita uno presentarse porque siempre hay gente que está menos en contacto con el pueblo y siempre hay gente que no te conoce, aunque yo creo que la mayoría de la gente me conoce.

Y a quien no le conoce, ¿qué le diría sobre usted?

Yo intentaría transmitir, más que sobre mí sobre las ideas que represento, que entraran con una visión más localista en estas elecciones, que se despojen un poquito del voto de las autonómicas y las generales y que concentren un poco más su voto en la realidad del pueblo. Ahí yo creo que nos la llevamos nosotros, porque hemos hecho una oposición buena, somos los únicos que damos publicidad e información de lo que pasa en nuestro Ayuntamiento y en nuestro municipio y creo que ahí la tendríamos ganada. Más, incluso, si se observan las propuestas que llevamos.

¿Qué ha aprendido durante estos tres años en el Ayuntamiento?

Que es un caos. Yo ya lo olía, porque llevo en política toda mi vida y aquí en el municipio más de 15 ó 20 años, pero jamás pensaba que fuera tal caos organizativo, una forma de hacer las cosas chapucera y cateta… Eso es lo que he aprendido en estos últimos tres años. Unas informalidades horrorosas, una poca democracia incluso como institución, y eso es lo que he aprendido.

Y para usted, ¿qué supone encabezar la lista de su partido en estos comicios?

Para mí, primero, y creo que esto lo diremos todos, supone una responsabilidad grande porque para mí es un honor que todos mis compañeros, nuevos y viejos, hayan confiado en mí para que lidere la lista. Por otra parte, me siento también afortunado de que haya muchísima gente con otras ideas y que, en las autonómicas y las generales, votan a otros partidos pero que me conocen, conocen nuestro trabajo, son amigos míos y confían en mí. De hecho, en la presentación de mi candidatura había gente del PP, que querían que dijera que eran del PP, y del PSOE, y eso me hace sentirme bien pero con una gran responsabilidad de no defraudarlos, evidentemente.

¿Por qué cree que sus compañeros y esas personas confían en usted?

Yo creo que es por mi trayectoria política de siempre. Llevo militando desde los 14 años, siempre en cosas de izquierdas. Participo en todo lo que se pueda participar en mi pueblo, porque me importa mi pueblo, mi gente y mis hijos: el APA, la Asociación de Reyes Magos, el Consejo Escolar… Y yo creo que por es por lo que confían en mí. No me he desviado nunca, he mantenido el mismo mensaje, evolucionando pero sin perder la línea de las ideas que hemos defendido siempre. Eso me da la sensación de que transmito seguridad y tranquilidad de que no los voy a defraudar. Otra cosa es la gestión posterior, aunque confío en que, menos aún, los vaya a defraudar.

¿Cómo ve Almensilla?

Lo veo muy desfasado. En pocos años, hemos crecido mucho en habitantes y nada en servicios. Seguimos teniendo servicios de cuando éramos 1.500 habitantes, y eso no ha ido creciendo paralelamente al crecimiento de población. Tres municipales para una población de 6.000 habitantes es algo desfasado. Tenemos un pediatra media jornada, unas veces por la mañana y otras por la tarde… Es vivir con los servicios de 1.000 habitantes con una población de 6.000, y lo veo atrasado y económicamente mal, entrampado en años. Incluso con el mismo dinero procedente de una buena organización administrativa por parte del Ayuntamiento mejoraríamos mucho los servicios.

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