Sevilla Online 23/09/14: Tres Barrios

Las tres barriadas que componen Tres Barrios constituyen uno de los núcleos residenciales más degradados y abandonados de la ciudad. Gregorio Verdugo y servidor, en nombre de sevilla report, estuvimos en Sevilla Web Radio para analizar el estado de esta zona en el Sevilla Online del martes 23 de septiembre. Este año ha comenzado la reconstrucción  —por el momento, sólo se ha acometido el derribo— de los primeros bloques de viviendas de Los Pajaritos. Sólo la primera de una larga lista de promesas incumplidas por una administración pública que mantiene al barrio abandonado a su suerte desde hace décadas.

Los cimientos de las corralas de Sevilla

Juanjo Cerero / Jesús Rodríguez / Gregorio Verdugo | En los últimos cuatro años se han disparado los números en «ejecuciones hipotecarias». La estadística comienza a mostrar el rostro terrorífico de una realidad que en buena parte aún permanece invisible para la sociedad. Sólo en el último cuatrienio se ingresaron en los juzgados 415.437 peticiones de desahucio, un 413% más que en el período de 2003 a 2007. En la actualidad se llevan a cabo una media de 312 lanzamientos al día. Una barbaridad que arrastra a su paso a miles de familias que ven toda su vida tirada por un ventanal en cuestión de horas.

Andalucía se lleva la palma en este drama, igual que ocurre con otro que está en su misma génesis: la lacra del paro. En dicho espacio de tiempo se ejecutaron en la comunidad andaluza 81.732 desahucios y sólo en el partido judicial de Sevilla, que integran la capital y aquellos municipios cercanos que carecen de juzgados, se producen una media de entre 1.300 y 1.400 cada año.

Toñi, de la Corrala La Utopía

La sentencia emitida por el Tribunal de Justicia de la UE sobre la legislación hipotecaria española ha puesto de manifiesto la nula atención que los grandes partidos han prestado a una normativa que favorece de manera brutal a los intereses de la banca. Cómo se entiende si no que una directiva europea de obligado cumplimiento desde 1993 haya sido ignorada de manera sistemática.

En la ciudad de Sevilla, la respuesta ciudadana a esta cruel realidad se ha articulado alrededor del movimiento conocido como las Corralas, “edificios residenciales ocupados por personas afectadas por el problema de la vivienda con el apoyo de activistas”. Hasta hoy se han constituido once corralas de las que dos han sido desalojadas: La Alegría, sita en la calle Feria, y Conde-Quintana, emplazada entre las calles Conde de Torrejón y Quintana.

Inma, de la Corrala La Liberación

El alcalde de la ciudad, Juan Ignacio Zoido, ha manifestado su rechazo a este tipo de actuaciones. El Ayuntamiento tampoco considera de utilidad adherirse al Fondo Social de Viviendas para desahuciados, una iniciativa que permitirá el acceso a miles de casas ahora en poder de la banca a cambio de un alquiler social. Sólo en la capital son 43 los inmuebles que están listos para ser ocupados de manera inmediata. La excusa que argumenta el alcalde es que su equipo “está estudiando otras medidas”, aunque nadie sabe hasta ahora cuáles.

Mientras tanto, el número de corralas ha ido in crescendo; de hecho, éstas ya son una referencia informativa internacional y cada vez son más las personas que se acercan a los PIVEs (Puntos de Información de Vivienda y encuentro) constituidos por el movimiento 15M en los barrios de la ciudad en busca de auxilio ante una situación dramática que los conduce hacia la desesperación.

Ibán Díaz, profesor de geografía social de la Universidad de Sevilla y activista del movimiento de la vivienda sevillano, cuenta que en la actualidad es la Intercomisión de Vivienda del 15M la encargada de coordinar el trabajo de las diferentes asambleas. Allí confluyen desde el primer momento activistas “que tienen más rodaje y que trabajan aspectos concretos de la vivienda”. Son personas “que vienen de la Asociación Pro Derechos Humanos, la Liga de Inquilinos o plataformas vecinales como la Federación de Entidades de Alcosa”.

La Intercomisión es “el principal espacio de coordinación dentro del movimiento por la vivienda en Sevilla, se ha vuelto bastante visible y está teniendo bastante repercusión social”, afirma Ibán. Su crecimiento en los últimos dos años ha sido considerable. Abarca todas las asambleas que abordan este ámbito, los PIVEs que están funcionando en la ciudad y los grupos de afectados que se van generando a través de éstos y de las corralas, el fenómeno más visible de todos.

Aun así reconoce que el movimiento es bastante más amplio y la diversidad de sus trabajos muy variada. “Hay grupos de gente que trata el tema de la vivienda, sobre todo la rehabilitación de barriadas, que no están coordinados, aunque sí existe comunicación”, asegura. Los grupos de afectados también funcionan de manera independiente en torno a los PIVEs y hay que sumar la gente de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) de Sevilla “que trata exclusivamente casos de personas que intentan que no les desahucien”.

Además, el movimiento está en un momento expansivo y han surgido corralas en otras provincias. “En Huelva hay una ocupación masiva de 164 viviendas en Almonte que no se autodenomina corrala, pero con la que hay comunicación”, dice Ibán. Otra ha surgido en Málaga y se mantiene comunicación fluida con las plataformas de Stop Desahucios de Córdoba y Granada y con la PAH de Málaga.

María, activista que desarrolla su labor en el PIVE de Mairena del Aljarafe, lo describe como un lugar en el que “lo que pretendemos es tener un punto en el que todo el mundo que tenga cualquier tipo de problema con la vivienda pueda acudir para entre todos buscar soluciones a cada uno de los casos”. No sólo se trata de asesorar legalmente a través de un abogado y una chica “que entiende de leyes”, sino del empoderamiento del ciudadano después de acudir allí por primera vez. “El primer día vienen llorando y desesperados —cuenta— y ahora los ves y están contentos y tienen ganas de luchar y de seguir adelante”.

En el PIVE de Mairena del Aljarafe trabajan ahora mismo entre diez y doce personas de manera permanente, más los afectados que se integran y ayudan a los demás. “Es un trabajo muy completo que no se queda en decirles qué pasos tienen que seguir legalmente para resolver un poco la situación, sino que hace que la gente adquiera confianza en sí misma para lo que sea”.

En Mairena, como en muchos de los pueblos de los alrededores de la capital, la gente no vive allí, no se siente del lugar y no quiere luchar por el pueblo, lo que hace mucho más difícil la labor y que los logros cuesten más trabajo. “Al principio fue un boom y teníamos asambleas de 200 personas, pero poco a poco cada uno se ha ido yendo a su vida”, lamenta María.

Antes de poner este PIVE en funcionamiento acudieron a la Intercomisión de Vivienda del 15M y a otros Puntos de Información, como el de Triana, para asesorarse. Fue allí donde se inspiraron para trazar un plan de acción. “Nosotros no queríamos funcionar como una consulta de abogados, sino como un grupo de gente buscando soluciones conjuntas”. Desde sus inicios no han podido volver a ir a las asambleas por falta de personal, pero ahora “que ya empezamos a tener a más gente que está viniendo a echarnos una mano” están tratando de fortalecer la interconexión, porque “siempre hemos estado un poco aislados en Mairena”.

Por ahora no tienen casos de desahucios. Predomina la dación en pago, porque uno de los problemas que les acucian es que “la gente acude a nosotros bastante tarde, aunque siempre hemos intentado solucionarlo antes del desahucio”. María reconoce que hay gente a la que han echado, pero antes se ha negociado la dación en pago. “La mayoría de ellos vuelven a hacinarse con sus familiares”, afirma.

Desconocen el número de viviendas que hay en el pueblo, aunque están seguros de que “son muchísimas”, y no tienen comunicación alguna con el Ayuntamiento. Sí colaboran con Asuntos Sociales, que les desvía los casos de vivienda que le van llegando, pero ellos tampoco están bien con el consistorio, porque “el Ayuntamiento de Mairena es azul, muy azul”.

Arasay, de la Corrala Conde-Quintana

Para Ibán Díaz, el primer obstáculo al que se enfrentan las corralas es “que no se desalojen inmediatamente, lo que, si se hace bien, hay bastantes posibilidades de que se tenga que seguir un proceso legal que permita un período de tiempo para buscar algunas soluciones”. Además está el problema de la luz y del agua, que hace que “en algunos casos la gente de las corralas lleve hasta diez meses sin suministro, lo que complica bastante las cosas”. Es lo que ocurre en la corrala La Utopía, con 36 viviendas ubicadas en un bloque de cuatro plantas, al que la empresa municipal de aguas, Emasesa, cortó el suministro en al menos dos ocasiones (una y dos). Hoy, “subir el agua a las casas es una situación complicada”.

Por otra parte, surgen los problemas lógicos derivados de las dinámicas de convivencia, “aunque hay activistas trabajando permanentemente con ellos este tipo de cuestiones”. Ibán cree que “el mayor obstáculo es plantear una solución, ver qué salida se le da a esa ocupación”. Por lo general se busca una solución negociada con los propietarios que permita dar estabilidad a las corralas y conseguir agua y luz de forma legal. Se están haciendo algunos avances: hay procesos de negociación abiertos y algunos parecen que van a llegar a buen término.

Cuando se le pregunta por qué no han intentado ocupar las antiguas viviendas del parque social de OTAINSA, desmantelado en septiembre de 2011 por el Gobierno de Zoido, Díaz responde que “algunas no están rehabilitadas y no reúnen las condiciones mínimamente dignas, por lo tanto no se pueden meter familias allí”. Otras, como las del Corral de la Encarnación, en Pagés del Corro, están en proceso de ser utilizadas, “por lo que en caso de ocuparlas crearíamos un conflicto con otra familia que también tiene derecho a tener acceso a una”. También argumenta que hay otras casas en diferentes edificaciones que tampoco reúnen las condiciones para hacer una corrala, “pero si nos enteramos de que hay un bloque que está vacío y de que son viviendas del Ayuntamiento sin adjudicar lo ocupamos seguro”, afirma.

La oposición de los poderes públicos a este movimiento ha sido constante desde su inicio. Además de torpedear el acceso a servicios básicos como agua y luz, incluso durante una ola de calor y usando a la Policía para impedir llenar garrafas en fuentes públicas, la amenaza de un desalojo ha estado planeando sobre las familias que comenzaron a instalarse en estos edificios hace ya casi un año. El empeño de la Corrala Conde-Quintana, ubicada cerca de La Alameda, ha sido la segunda y, por el momento, la última víctima de una cruzada contra una realidad inexorable por parte de un rey menudo pero valiente que sigue estando desnudo. Ante la inmovilidad del legislador, la ciudadanía ha asumido que la solución debe provenir de su propio esfuerzo continuado. Desde el pasado miércoles 13 de marzo, la última corrala, bautizada como La Unidad, se erige en El Cerro del Águila.

“Donde no hay una experiencia social acumulada y compartida, están todos atomizados”

Jesús Rodriguez / Gregorio Verdugo | Guillermo Barbarov es un tipo que adora la tranquilidad. Este argentino, que lleva siete años en España y no duda al reconocer que vive aquí más tranquilo que en su país, envuelve con su hablar pausado y reflexivo, cadente como una melodía suave y enternecedora. Como si estuviera meciendo las palabras en vez de pronunciarlas.

Licenciado en Comunicación Audiovisual, se gana la vida sirviendo copas en un bar de la Alameda de Hércules y reparte el resto de su tiempo entre la producción audiovisual y el departir con los amigos. Guillermo difumina su mirada en el vacío cuando le preguntan por algo, como si sólo en la contemplación pausada de la nada se encontrase la respuesta adecuada. Además, tiene la fea costumbre de reflexionar antes de ofrecer una respuesta definitiva.

El día que quedamos para hacer la entrevista del reportaje “Miradas argentinas sobre la crisis española”, publicado en sevilla report, lo hicimos por la tarde, desafiando el impresionante calor de la siesta sevillana en el Habanilla, el mítico local de la Alameda. Allí, bajo las aspas agonizantes de un ventilador asmático, Guillermo fue desgranando una a una las respuestas sobre cuál había sido su experiencia durante la crisis del corralito en su tierra y cómo está viviendo la que actualmente padecemos en este país. La reproducimos aquí completa porque creemos que merece la perna.

¿Cómo describiría la crisis que padece España actualmente?

Vaya pregunta. Yo no tengo herramientas para describir una crisis. Sí para decir cómo la sufro, entonces la describo como una situación lamentable provocada por ineficiencia o tal vez voluntad y como toda crisis durísima y apenado, supongo.

¿Se parece a la que sufrió tu país en 2001?

Entre las dos crisis creo que sí se pueden establecer paralelismos desde el punto de vista de que las dos, a mi entender, son el resultado del agotamiento de un modelo económico, de un modelo de acumulación, que son bien diferentes pero que los dos en este punto han llegado a su culminación. Como ha sucedido históricamente, toda crisis es en definitiva el agotamiento de un modelo de acumulación. En qué se parecen; Argentina tuvo un proceso bastante parecido, a mi entender, al español en el sentido de que Argentina utilizó durante diez años una moneda muy devaluada con la que fue la culminación de un proceso de neoliberalismo en el que uno de los objetivos era someter la economía argentina a las imposiciones del crecimiento para hacer buenos negocios para el capital internacional. El paralelismo que veo con España es que después de pasar de la peseta al euro, España al perder su control de cambios y utilizar una moneda que está un poco por encima de la capacidad de producción del país, era un modelo que a largo plazo podía no funcionar y está visto que no funcionó tampoco. Por eso digo que si hay un paralelismo es que se aplicaron recetas similares con resultados similares.

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La crisis española vista con ojos argentinos

A medida que la crisis que nos sacude la vida se ha ido apuntando asaltos, la incertidumbre se incrementa con cada noticia de un nuevo recorte que nos retrotrae aún más a un tiempo remoto del que preferiríamos no volver a acordarnos.

Los sucesivos mensajes con los que nos han ido bombardeando desde los atriles del poder, más que tranquilizarnos, han conseguido sumirnos cada vez más en un espasmo de desesperanza y pesadumbre que conduce inevitablemente al desánimo y al abandono de toda ilusión. Esta crisis letal no sólo nos está degradando la calidad de vida. También está dilapidando o defenestrando sin remedio nuestro derecho natural a la esperanza.

En sevilla report nos preocupa sobremanera la forma en que está viviendo en su día a día la gente de a pie esta batería de bofetones alevosos con que nos regalan tras la conclusión del Consejo de Ministros de cada fin de semana y qué podíamos hacer como periodistas que tuviera alguna utilidad, al margen de la puramente informativa, para alguien a la hora de afrontar estos difíciles momentos.

Fue entonces cuando se nos ocurrió la idea de que quizá el narrar las experiencias vividas de otras personas en situaciones más o menos similares pudiera ser una terapia positiva que ayudase a comprender mejor, y por tanto a afrontar con más garantías, lo que está sucediendo.

Así, nos dedicamos a buscar argentinos que hubiesen vivido en sus propias carnes el corralito de su país en 2001 y ahora residen en Sevilla, para que nos contaran sus experiencias y cómo están afrontando esta nueva crisis en un país de acogida. El resultado es ‘Miradas argentinas sobre la crisis española‘, un trabajo realizado por Gregorio Verdugo, Juanjo Cerero, Gabriel Mancera y servidor, y que abre la nueva temporada de publicaciones tras el parón estival. Esperamos que sea de vuestro agrado.

Sevilla hierve, y no sólo por la calor

sevilla report | Movilizarse en Sevilla al mismo tiempo que una ola de calor africano derrite sus calles milenarias debe ser lo más parecido a la antesala del infierno que se conoce. Ayer, con la ciudad bajo los efectos de una flama realmente insoportable y convocados por las centrales sindicales mayoritarias CCOO y UGT bajo el lema “Quieren arruinar al país, hay que impedirlo, somos más”, miles de sevillanos se lanzaron a las calles para expresar su protesta ante los últimos recortes aprobados por el Gobierno de Mariano Rajoy.

Como cada vez que se produce un acto de este tipo, la guerra de cifras no faltó a su cita con los manifestantes, si bien la Delegación del Gobierno se negó a dar datos en esta ocasión y los ofrecidos por los convocantes oscilaban, según la fuente consultada, entre los cincuenta y cien mil asistentes. Lo cierto es que la afluencia fue masiva, con las riadas de personas que fluían a través de las avenidas que rodean al casco histórico de la ciudad desde mucho antes de la hora de inicio.

Este medio, que es dado por norma a dejar las cifras para quienes interesadamente hacen de ellas armamento pesado para la lucha política, sí está en condiciones de afirmar que nos encontramos ante una de las movilizaciones más multitudinarias de las acaecidas en Sevilla en los últimos tiempos.

La crónica completa, con muchas fotos y vídeos, en sevilla report.

La Junta sigue sin pagar las ayudas a la dependencia

sevilla report | Ha pasado casi un mes desde que la Asociación Sevillana de Unidades de Estancia Diurna (ASUED) comenzó el pasado 18 de junio sus protestas frente a la sede de la Agencia de Servicios Sociales y Dependencia de la Junta de Andalucía en la avenida de Hytasa de Sevilla. En este tiempo, las 20 empresas y cooperativas que componen han visto cómo otras de distintos puntos de Andalucía se les han ido sumando hasta que en la mañana de ayer se concentraron unas 150 personas de Sevilla, Huelva, Córdoba, Málaga y algunos puntos de Cádiz frente a la sede de la Agencia.

La situación de impago que sufren las unidades de día y las residencias, de la que ya informó en exclusiva sevilla report, se prolonga con los días, a pesar de que desde hace mes y medio los responsables de la Agencia y de la antigua Consejería de Igualdad y Bienestar Social, ahora integrada en la de Sanidad, han incumplido semana tras semana las continuas promesas de que el pago se iba a realizar en los siete días siguientes. A pesar de que hace algo más de un mes se efectuaron los pagos del mes de marzo, la deuda aún asciende a tres meses (abril, mayo y junio), mientras que en el caso del programa de fin de semana para las unidades de día, el cual no está incluido en la Ley de Dependencia sino que es un programa aparte, los impagos se remontan al mes de enero.

La información completa, en sevilla report.

Los impagos en dependencia también afectan a las residencias de Sevilla

sevilla report | Dos cerezos frondosos de hojas cárdenas flanquean la entrada de la Residencia de Mayores Siglo XXI. “Son franceses», nos cuenta Javier Granado, el director, «dan cerezas cada tres años, y están muy buenas”. Por delante, un amplio y cuidado jardín de casi 40.000 metros cuadrados se ofrece al paseo por entre una amplia variedad de árboles y plantas.

“Ahora tenemos una invasión de abejas», nos dice mientras nos acompaña al cobijo de las sombra. «Hay dos fincas cercanas que tienen panales y no les ponen el agua que necesitan y cuando regamos el césped y los árboles nos invaden. Hemos puesto un barreño allí, para que se concentren en un solo lugar y no estén por todo el jardín con los abuelos paseando. Es muy peligroso”.

Javier nos señala un barreño de cinc colocado bajo la sombra de uno de los pinos a cuyo alrededor revolotean cientos de abejas que se posan para tomar el agua que necesitan y marchase de nuevo al panal del que provienen. “Hemos ido al Seprona y al Ayuntamiento para que nos den una solución, pero han hecho oídos sordos a nuestras peticiones y hemos tenido que improvisar lo del barreño”.

La Residencia de Mayores Siglo XXI está ubicada en el kilómetro 160 de la carretera de Alcalá de Guadaira a Utrera, en Sevilla. Javier se queja de que la misma desidia que se ha encontrado por parte de la administración con el problema de las abejas se repite con la deuda que la Junta de Andalucía tiene contraída con ellos.

El complejo cuenta con 50 plazas de las que 40 son concertadas. Desde marzo de este año la administración andaluza no les abona las mensualidades, lo que supone ya un montante de deuda de más de 70.000 euros, a unos 25.000 euros por liquidación, ya que la instalación tiene unos gastos fijos mensuales de 35.000 euros. A pesar de ello “a los trabajadores no se les debe nada actualmente, aunque ya hemos mantenido una reunión con ellos para que sean conscientes de la situación que estamos atravesando”.

El resto de la información, en sevilla report.

Amenazas de cierre en las unidades de estancia diurna de Sevilla

sevilla report | Sevilla no es una metrópolis habitual, acaso ni siquiera una gran ciudad. Es más bien un pueblo grande, como dicen los mismos sevillanos, y esto tiene sus defectos, y también sus ventajas. A falta de un barrio chino, uno de esos elementos comunes que hacen de las grandes urbes entes más o menos homogéneos, la ciudad tiene en el barrio de Sevilla Este su propio Lejano Oriente. Por eso uno no debe extrañarse de que en una de las entradas al mayor de los sectores hispalenses esté la calle Marathon, como símbolo macabro de la caminata que debe emprender quien quiera visitar esta zona de la ciudad, o de que en esa misma vía se encuentre una unidad de estancia diurna para mayores cuyo nombre, Alcira, hace referencia de forma inmediata e inevitable a otro oriente: el Levante español.

Es media mañana y en la puerta trasera, resguardados del sol que ya escuece en la piel bajo unos soportales, hay dos hombres hablando por teléfono, cada uno en su móvil de espaldas al otro, cual dúo despechado a lo Pimpinela. Son el director de la unidad, Rafael Cueto, y su mano derecha, José Carlos Marqués, director de Macaghe, una empresa externa que proporciona los servicios de distintos tipos de profesionales: psicólogos, trabajadores sociales y fisioterapeutas.

La Unidad de Estancia Diurna (U.E.D.) Alcira, como muchos centros de este tipo, está sufriendo las consecuencias del impago de varios meses por parte de la Junta de Andalucía, con quien tiene concertada la prestación del servicio de atención a mayores. A pesar de que en los últimos días «recibimos un pago», cuenta Rafael, «ahora mismo nos deben tres meses», la misma cantidad que la administración adeuda a otras unidades de ASUED, la asociación a la que pertenece.

Alcira tiene disponibles plazas para 38 usuarios. Sin embargo, desde que la unidad abrió sus puertas en 2008, «realmente nunca hemos conseguido pasar de 14», admite Rafael, al tiempo que asegura que «la situación está bastante difícil» con ese número de ancianos, pues no todos están concertados y, además, «tenemos gente que hemos cogido como si tuviéramos la plaza concertada, sin tenerla, estamos cobrándoles el copago, la parte proporcional de su pensión, como si fuera con plaza concertada», por lo que «encima de que son pocos, la ganancia es mínima».

Desbordado por las deudas, acosado por los préstamos y agobiado por el hecho de que el dueño del local ya lo ha llevado ante los juzgados por no abonar el alquiler -una nueva denuncia supondrá una orden de desahucio inmediata-, Rafael lamenta que todos estos problemas están «causados por los impagos de la Junta de Andalucía». Sentado en una de las mesas de su unidad, con ojeras bajo una mirada que delata un tremendo hastío, confiesa que «nos está costando mucho esfuerzo y ya estamos pensando en echar el cerrojazo y atrincherarnos en la vivienda para que no nos la quiten».

Tanto Rafael como su socia, Ana Caballero, invirtieron más de 300.000 euros para poner en marcha la unidad. Cuatro años más tarde, con ésta abocada a la quiebra por los impagos de la administración, están no sólo a punto de perder el negocio al que han dedicado tantísimo tiempo, dinero, esfuerzo e ilusión, sino lo que establecieron como aval ante el banco a fin de que éste les concediera un préstamo: «casas familiares, de mis padres y de los suyos». Entre todas las angustias que lo atenazan está la de que «si mi padre ha apostado por mí, yo no puedo perder la vivienda de mis padres, pero tampoco puedo perder la vivienda de los padres de mi socia». Al final, también Rafael recita esa horrible sentencia que, en pocas palabras, refleja la realidad oculta de esta crisis: «es que se quedan familias en la calle».

La información completa, en sevilla report.