Unidades de día de Sevilla denuncian varios meses de impago por parte de la Junta

sevilla report | Varias unidades de estancia diurna concertadas protestan contra los impagos de las ayudas a la dependencia por parte de la Junta de Andalucía desde hace tres meses. El próximo lunes inician un calendario de movilizaciones y distintas acciones con el fin de solucionar la situación.

En la fachada de la Unidad de Estancia Diurna Buhaira, en la calle del Pueblo Saharaui de Sevilla, hay dos ventanas con sendas rejas blancas. Y en medio de esas ventanas, colgando de dos cordeles, está sujeta una sábana. Su blanco no es inmaculado como el de las rejas. Está manchado con un grito desesperado: «la Junta no nos paga, nos llevan a la ruina».

Es ya el tercer mes que esta unidad de día está prestando un servicio sin haber cobrado las ayudas a la dependencia que la Junta de Andalucía destina a los centros concertados, algo que es imprescindible para la atención a los mayores. Mari Ángeles Valverde, psicóloga y una de las responsables de la gestión de la unidad, admite que «llevamos tres meses sin cobrar, tanto la unidad como los trabajadores». Concretamente, los meses que les adeuda la Junta son los de marzo, abril y mayo.

No obstante, Mari Ángeles reconoce que «nunca hemos tenido estos problemas hasta ahora», ya que antes de darse la situación actual «nos han estado pagando de forma regular, a los 30 días». Es la misma explicación que da María Jesús Rodríguez, directora de la U.E.D. Jovial, en la calle Galicia del Cerro del Águila. «Hasta hace un año pagaban puntualmente, tardaban entre 30 y 40 días en abonar la liquidación», explica, «pero a partir del verano pasado comenzó a dilatarse el plazo y empezamos a tener retrasos en los pagos».

La información completa, en sevilla report.

El 15M avanza con paso firme tras cumplir un año

sevilla report | La Sevilla eternamente barroca, la que implanta la carrera oficial en su Semana Santa, la que canoniza a San Fernando y lo hace patrón de la ciudad, aquella que se decanta, ante las disputas entre franciscanos y dominicos, por las Inmaculadas de Martínez Montañés y de Murillo, es un dicho recurrente en boca de quienes la adulan.

Pero a los motivos históricos y de tradición artística, monumental, propiamente urbana, hay que añadirle otros más intrínsecos al alma y al ser profundo de una ciudad que sólo conoce quien la vive o la sufre, que es otra manera de sentirla y, por tanto, de amarla. Así es el alma sevillana: siempre cerrándose sobre sí misma en círculos cada vez más concéntricos. Más que por las tallas de imagen, por los frontispicios de las iglesias y los palacios, más que por ese carácter magnificente de la ciudad que llega al nivel de lo exagerado o por ese claroscuro continuo que sume al paseante en una infinita sorpresa, Sevilla es barroca por sus singulares habitantes, expertos en la tradición de convertir la más rizada de las volutas en una mera anécdota y, al mismo tiempo, escenificar una pose hasta el histrionismo y convertir la tramoya, el puro artificio, en la más genuina y auténtica de las realidades. Sevilla siempre en sí misma, pero nunca para sí misma.

El 27 de marzo del año 2011, tras casi cuatro años de retraso, el entonces alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, inauguró el Metropol Parasol (las conocidas como “setas” de la Encarnación) entre expectativas, tanto oficiales como entre los propios sevillanos, de que la nueva Plaza Mayor se convirtiera en el flamante epicentro de la vida callejera de la ciudad.

Lo que tardó cuatro años más de la cuenta en levantarse y costó bastantes millones de euros más de lo previsto, un símbolo del dispendio de los años de grandes proyectos y la megalomanía que enladrillaron este país, se convirtió finalmente en el corazón de la urbe gracias a los miles de sevillanos que, tarde sí y tarde también durante casi un mes, abarrotaron la plaza y las escalinatas, aunque no precisamente en la forma y con el objetivo que más hubieran querido los gobernantes hispalenses.

Igual que en aquella Sevilla del siglo XVII que menospreció a la corte para alabanza de los aldeanos, de pronto y sin aviso previo, decenas de miles de sevillanos se lanzaron a la calle la tórrida tarde del 15 mayo de 2011, al compás de otras muchas ciudades de España, y ocuparon las escalinatas y todo el entorno urbano del fastuoso Metropol Parasol. La plaza fue bautizada “Plaza de Mayo” por quienes hicieron de ella su casa, como símbolo inequívoco de conquista popular. Les bastó para ello tapar una ere sobrante e intermediar la preposición “de” entre las dos palabras que conforman su nombre.

Como hongos bajo las setas que tardaron años en izarse, miles de moradores de la ciudad brotaron de la nada para, clamando por su dignidad y contra esta crisis que consideran una estafa, echar abajo el sambenito impuesto por cierto columnista local, que persiste en tachar a Sevilla de ciudad “tragona” y “cobarde”.

Al igual que cuando el nacimiento del barroco, la ciudad y todo el país estaban sumidas en una profunda crisis, que luego ahondaría con el transcurso del tiempo, y que desembocaría entonces en el motín de la calle Feria, en 1652, por la escasez y el alto precio del pan y ahora en el renacer de un movimiento ciudadano que exige más democracia y participación en las decisiones que gobiernan sus vidas, ante la manifiesta e interesada ineptitud de sus dirigentes políticos.

El reportaje completo, en sevilla report.

Los vecinos de la Corrala La Utopía protestan contra los cortes de agua y luz

sevilla report | Los vecinos de la Corrala La Utopía, en San Lázaro, vieron en la mañana de ayer vieron cómo la empresa municipal de aguas, Emasesa, les cortaba el suministro, una semana después de que Endesa hiciera lo propio con la luz. En la tarde de ayer, a las 20.00 h., unas 200 personas se concentraron en la puerta del bloque y fueron hasta el Parlamento Andaluz para protestar contra el Ayuntamiento.

Tras las huellas de una mina para desenterrar voces

sevilla report | Es mañana de domingo en la Ruta de la Plata, la autovía que parte desde Andalucía hacia Extremadura. El campo está pletórico en un mes de mayo que ya atisba el disparo de las temperaturas que sobrevienen con el verano. Corre una ligera y fresca brisa procedente del norte que alivia la insistencia de los rigores del sol sobre los cuerpos. Nos dirigimos a Las Minas del Castillo, una pequeña aldea próxima a El Castillo de las Guardas, al noroeste de Sevilla, donde hemos quedado con algunos integrantes de una asociación local de defensa de los caminos y senderos de titularidad pública que nos van a guiar hasta la mina de Peñas Altas, el lugar mítico donde se refugiaron 23 mineros tras el estallido de la Guerra Civil y permanecieron más de un año parapetados en sus oscuras concavidades.

A las nueve de la mañana pasadas, el sol pega de costado en el vehículo que conduce uno de los miembros del equipo. No hemos desayunado todavía y, tal y como llevamos el cumplimiento de la agenda prevista, es más que probable que no podamos hacerlo en toda la mañana. La carretera se sucede a sí misma delante del parabrisas delantero del coche, como un compás de espera que se eterniza, mientras una música suave y sexy invade el habitáculo impelida por el silencio reinante entre sus moradores. Estamos cansados, muy cansados, pero con unas ganas enormes de llegar y meternos en faena. Este trabajo, sobre todo este de salir a encontrarte con gente que no conoces, que nunca has visto, y que te lleven a lugares escondidos, casi inaccesibles, y que te cuenten historias tras cuyo rastro llevas semanas y semanas es fascinante. A ello se debe probablemente el silencio, a que cada uno elucubra mejor dentro de sí mismo lo que le espera en una jornada como ésta, las experiencias, las emociones que le gustaría vivir en lo que viene a partir de ahora. Como si pensándolo antes uno pudiera modelar a su gusto el futuro venidero.

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Juan Torres: «El 15M debe ir a la gente, no esperar en las plazas a que ésta venga»

sevilla report | El pasado 15 de mayo, día del aniversario del movimiento 15M, entrevistamos al catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla, Juan Torres, en las setas de la Encarnación, el bastión emblemático de los indignados en Sevilla. En una breve charla nos habló de la evolución del movimiento en este primer año, de los retos que éste tiene por delante y de la situación por la que atraviesan España y Europa en estos momentos.

22M: los estudiantes piden paso

sevilla report | Las siete de una tarde de 22 de mayo en Sevilla, cuando mayo se empeña en ser mayo, no presenta demasiadas diferencias de la más tórrida tarde de uno de los veranos ardientes habituales de la capital hispalense. En esas circunstancias, con la calina empujando hacia el asfalto a punto de ebullición, se desarrolló ayer la manifestación en protesta por los recortes en Educación implantados por el Gobierno de Mariano Rajoy, quizás la más multitudinaria de las acaecidas en las capital del Guadalquivir de las celebradas recientemente.

La protesta partió del mismo lugar en el que se inician las convocatorias del 15M y, como si de un homenaje simbólico se tratara, un guiño solapado, recorrió todos y cada uno de los lugares emblemáticos del movimiento ciudadano, incluidas las propias “setas” de la Encarnación.

La gente se agolpaba ya bastante antes de la hora prevista en la Plaza de España, custodiada por una fuerte presencia policial, justo al lado de la torre donde se ubica  la Delegación del Gobierno en la capital. Los estudiantes calentaban motores megáfono en mano, mientra que la manifestación sindical establecía su punto de partida un poco más adelante, en la glorieta del Cid.

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Veinte familias ocupan un edificio de viviendas en San Lázaro

sevilla report | A las 5 de la mañana del día de hoy, una veintena de familias pertenecientes al colectivo Corrala de Vecinas La Utopía, apoyadas por la intercomisión de vivienda del 15M en Sevilla, han ocupado un edificio de 32 viviendas en la avenida de las Juventudes Musicales, entre las glorietas Olímpica y de San Lázaro, que se encuentra vacío desde que terminó de construirse hace dos años.

Entre las 20 familias hay personas desempleadas, que han sido desahuciadas y que no pueden acceder a una vivienda, según una de las mujeres que se encuentra en el piso, cuya identidad no ha querido revelar. Algunas de las familias que han participado en la ocupación, según esta fuente, «vivían en condiciones de insalubridad y de inhabitabilidad».

Las intenciones de las 20 familias, después de «haber recorrido todas las oficinas» de la administración, son «dialogar con el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía» con el fin de conseguir viviendas dignas adaptadas a las condiciones laborales y personales. «Ésta es nuestra casa, nosotros vivimos aquí», remarca.

A las 19 horas, medio centenar de personas se reunieron junto al edificio para apoyar a las familias, que desplegaron dos pancartas reivindicativas en uno de los balcones. Según Juanjo, un portavoz de la intercomisión, «hay personas del 15M y otras a título particular, aunque hacemos un llamamiento a todos los que quieran venir a apoyar».

En esos momentos, otro pequeño grupo de cinco o seis personas de La Bachillera mostró su intención de unirse a la ocupación junto a las 20 familias ya alojadas, algo que contó con la oposición de la comisión de vivienda del 15M. «Si os metéis vais a perjudicar a mucha gente que lleva dos meses trabajando para preparar la ocupación», dijo Antonio Buenavida, uno de los miembros de la comisión, a estas personas. Ante la objeción de uno de ellos -«ninguna ocupación triunfa», replicó-, Buenavida respondió que «si ésta no se estropea, triunfará».

Las familias cuentan con enseres con los que acondicionar los pisos. La intercomisión de vivienda ha hecho una llamada para permanecer durante la noche junto al edificio como apoyo externo. Mientras, en el blog de la Corrala de Vecinas La Utopía se ha publicado un comunicado con las razones para realizar la ocupación, las cuales pueden verse además en este vídeo.

Dependientes de las nóminas

sevilla report | Los trabajadores de la residencia de mayores Manuel Ridruejo Muñoz, en Sevilla, acuden cada día a su puesto de trabajo cargados con la losa de no haber cobrado las nóminas de los dos últimos meses y otras tres de 2011. Enmarañados en la retahíla de excusas de la asociación que gestiona la residencia, viven con la incertidumbre de no saber hasta cuándo sobrevivirán mientras emplean sus diezmadas fuerzas en no dejar desamparados, a pesar de los impagos, a los ancianos residentes del centro.

Daniel Martínez es uno de esos cientos de miles de jóvenes sevillanos arrollados por el vendaval de una crisis que no les ha dado ni una mísera oportunidad de anticiparse o sobreponerse y que los ha dejado desguarnecidos en medio de una tormenta que no amaina, desnortados, sin saber muy bien quién son ni dónde están o en qué lugar se encuentra el camino por el que se sale de esta nada.

Cuando conversas con Daniel, el tono de su voz, su mirada dispersa y a veces cabizbaja, su relato preñado de silencios, todo él se convierte en un gran interrogante que encierra un implacable “por qué” en sus entrañas. A sus treinta años, continúa viviendo con sus padres. “Siempre he vivido con ellos, excepto cuando estuve independizado durante un año, hace cuatro, con mi novia”. Lo dice con el regusto amargo de la nostalgia en los labios.

Ambos adquirieron una casa en Albaida del Aljarafe (Sevilla), con el correspondiente préstamo adjunto para poder pagarla. Cuando la relación entre ellos se quebró, la hipoteca quedó dividida entre los dos de una forma salomónica, pero ahora, tras siete años cargando con ella, Daniel apenas puede afrontar el pago. “Llevo ya dos meses sin pagar, y estoy pensando en dejar de hacerlo porque no puedo; sé que me puede traer consecuencias gravísimas, como ser moroso el resto de mi vida, pero es que no tengo para pagarla”.

A pesar de todo, Daniel se puede considerar en cierta manera afortunado de no pertenecer a ese trágico 31% de jóvenes entre 16 y 30 años -1,6 millones en total- que se encuentran en paro. Él sí tiene empleo. Trabaja desde hace tres años como educador social en la residencia de mayores Manuel Ridruejo Muñoz de Sevilla. No obstante, tanto él como sus cerca de 70 compañeros llevan sin cobrar dos meses (marzo y abril), además de otros tres que les adeudan desde el año pasado (febrero, marzo y la paga especial de junio).

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#12M15M: una tarde hablando sobre economía

sevilla report | A las seis de la tarde, con el calor cayendo a plomo sobre el pavimento grisáceo de las setas y con apenas sombras bajo las que refugiarse, se celebró ayer la charla debate sobre economía organizada dentro de los actos del primer aniversario del Movimiento 15M. Los ponentes: Juan Torres López, Carlos Martínez, Lina Gálvez y Juan Moreno Yagüe.

Lo que comenzó siendo una charla entre amigos concluyó con un auditorio estoico formado por más de doscientas personas, entre ellas muchos transeúntes que detenían su paseo, escuchaban y buscaban una sombra desde la que atender a las cuestiones que allí estaban planteándose.

Con un equipo de megafonía básico y prestado, la gente se agolpaba sentada en el suelo ante la mesa precaria y sin adornos, presidida por una de las pancartas que se pasearon durante la manifestación del sábado, desde donde los ponentes lanzaban sus propuestas. Un miembro del 15M retransmitía el evento por streaming con una pequeña cámara de vídeo y una chica asperjaba agua sobre la gente con un pequeño pulverizador de plástico.

El turno de intervenciones lo abrió Juan Torres López, que afirmó que España es uno de los países que menos dinero dedica al gasto social y que la deuda no es resultado del exceso de gasto. Según el profesor, España ha pagado 122.000 millones de euros sólo en pagar deuda durante esta crisis y las políticas de austeridad que se están aplicando no han sacado nunca a ningún país de la crisis. Es una mentira más que interesada. “Sólo conseguirán empeorar la situación”, sostuvo.

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Las pancartas del #12M15M en Sevilla

sevilla report | Temeridad es, como mínimo, la principal cualidad de todo aquel que se decide a salir a la calle en Sevilla antes de las 20.00 cuando a partir de mayo empieza a apretar la calor y los 4o grados no remiten hasta entrada la noche.

Quizá mucha gente los llame temerarios, no sólo por haberse reunido en la tarde de ayer desde las cinco de la tarde al pie de las setas para preparar las pancartas de la manifestación de hoy, sino por llevar un año al pie del cañón del 15M, organizando y llevando a cabo acciones, protestas y planes de futuro un año después de la eclosión espontánea del movimiento, como las mismas setas.

Lo primero que sentimos al llegar fue la necesidad de preguntar a alguien por qué habían quedado tan temprano, con tanta calor. «Eso digo yo», nos respondió uno de los voluntarios. Sin embargo, cuatro horas después, a las nueve de la noche, todavía quedaban por terminar varias pancartas, precisamente las mayores.

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