La rimbombancia de Zoido

A Juan Ignacio Zoido le apremia el reloj. No ése suizo como el que dijo que iba a funcionar Sevilla, cosa que nunca ocurrió, sino el que lleva en la muñeca y le marca los escasos veinte días que le quedan antes de las elecciones municipales. Dos semanas largas en las que el alcalde tendrá que pasearse por los barrios de nuevo con un traje de candidato-loseta que a estas alturas aún no se ha enfundado.

A Zoido se le ve nervioso últimamente. Estos cuatro largos años al frente de la Corporación no le han reportado frutos suficientes que poder presentar ante los sevillanos. Ni siquiera disponiendo del rodillo de una mayoría absolutísima de veinte concejales, la mayor de la historia de la ciudad, ha sido capaz de sacar adelante proyectos con los que maquillar una gestión parca.

Zoido inaugura una pista de petanca en el Parque Amate
Zoido inaugura una pista de petanca en el Parque Amate

A falta de nada, el regidor enarbola como su mayor éxito el saneamiento de las cuentas, una obra magna pero de difícil venta electoral. El resto, al parecer, lo confía a la propaganda partidista disfrazada de publicidad institucional y pagada, cómo no, con dinero público. La Junta Electoral de Zona ya le ha obligado a retirar tres campañas, tres. Ante el último varapalo de este órgano, Curro Pérez, el portavoz del PP, ha respondido que «es época de hacer balance de todo» y que «no voy a parar de trabajar por las elecciones». Es comprensible. No cabe duda de que buscar motivos para sacar pecho ante el electorado debe de ser una tarea hercúlea para el primer edil y su equipo, sobre todo cuando se recurre a artimañas ilegales.

En su carrera por encontrar un logro que enarbolar como estandarte antes de la escabechina que las encuestas le auguran para el 24 de mayo, Zoido ha sacado a pasear su rimbombancia con una de esas promesas a los que tanto bombo da él mismo como la prensa afín: plantar 8.000 árboles. Algo que recuerda a la incumplida promesa de 1.000 VPO anuales. En su programa para 2011, el regidor ya se comprometió a llevar a cabo una «plantación masiva de árboles» y a que cada alcorque estuviera ocupado por un ejemplar, en lugar de tapiado.

Dos objetivos cuyo cumplimiento ha quedado bastante lejos. Sobre todo si tenemos en cuenta un nimio detalle: los centenares de árboles que el Gobierno municipal ha talado, algunos sin justificación, como los plátanos de Almirante Lobo. Ha sido muy conveniente que a la prensa hispalense se le haya olvidado hacer la correspondiente resta para ver cuántos de los nuevos ejemplares irán destinados a suplantar a los desaparecidos.

Podas salvajes

Es de suponer que los cronistas andaban ocupados tomando nota de las más de 180.000 podas que, según Zoido, se han efectuado en estos cuatro años por obra y gracia del sacrosanto macrocontrato de zonas verdes. La cifra ha sido reproducida como si per se tuviera algún significado o fuera reflejo de algo. Al contrario: la realidad oculta tras la grandilocuencia de ese dato es una ciudad privada de sombra y llena de árboles muertos por culpa de podas indiscriminadas que, según los jardineros municipales, permiten los técnicos de Parques y Jardines.

Los trabajadores de este departamento municipal, epicentro de un Caso Madeja que ha manchado hasta al propio PP de Zoido —muy esmerado siempre por mostrarse inmaculado—, llevan años denunciado la connivencia de sus jefes y algunos mandos intermedios con las malas prácticas de las empresas concesionarias del servicio, a cambio de presuntas dádivas.

El caso más notable y conocido es el de Fitonovo y sus empresas pantalla, Conversa y Bremacons. Tres empresas implicadas —siempre presuntamente— en uno de las mayores tramas de corrupción de la ciudad, con dádivas —también presuntas— de todo tipo a cambio de contratos, han sido —y siguen siendo, en el caso de las dos filiales— responsables de las innumerables podas. No es algo que induzca a la confianza. Todo se torna más negro si se tiene en cuenta que tales podas salvajes le han costado a la ciudad más de 48 millones de euros, y que ello, además, ha supuesto que el dinero dedicado a privatizar Parques y Jardines haya aumentado nada menos que un 138% desde 2011.

No tanta austeridad

En los últimos años es más que palpable el enfado de la ciudadanía con unos representantes políticos más preocupados por mantener sus privilegios que por gobernar para la gente. Una cuestión que estos días, con la votación de investidura en el Parlamento de Andalucía y el acuerdo entre Susana Díaz y Ciudadanos, está más presente que nunca. Zoido, que no pierde una oportunidad para sacar provecho mediático a su mayor logro, el de sanear las cuentas, aprovechó la coyuntura y se colgó el pasado domingo la medalla de haber puesto fin a los «privilegios» de los políticos en el Ayuntamiento de Sevilla.

El primer edil sostuvo que «me los cargué todos» cuando accedió a la alcaldía gracias a iniciativas como bajar el sueldo de los concejales —él entre ellos—, eliminar las dietas en empresas públicas o reducir el número de vehículos oficiales. Sin embargo, otras medidas que ha señalado, como la de la bajada de impuestos, no se ajustan tanto a la realidad. Empezando por que ésta poco tiene que ver con los privilegios. Es cierto que Zoido bajó los impuestos en 2013, pero después de haber ordenado una notable subida de numerosas tasas municipales y tarifas públicas —IMD, Tussam— el año anterior.

Tampoco puede tomarse como verdad absoluta que haya reducido los cargos de libre designación. Es complicado conocer el número y el sueldo reales de estas personas, sobre todo teniendo en cuenta el afán de transparencia de este Gobierno. Valga como muestra el botón de los presupuestos municipales de 2015, presentados en la web como un PDF escaneado. Una foto, a efectos prácticos. Un documento totalmente inútil si uno quiere extraer los datos que contiene y trabajar con ellos.

Las partidas presupuestarias dedicadas a los sueldos del personal del Ayuntamiento dejan en evidencia el esfuerzo de Zoido por promover la tan cacareada austeridad. En 2011, último presupuesto aprobado por la coalición de PSOE e IU, los cargos directivos de los distintos departamentos —sin incluir las empresas municipales— cobraron algo más de 983.000 euros. Bajo el Gobierno del PP esta cifra ha crecido cada año hasta alcanzar 1,43 millones en 2015, lo que supone un incremento del 45,31%.

El alcalde de la bulla

De sobra es conocida —en gran medida gracias al torrente sentimentaloide que se desborda en su cuenta de Twitter cada primavera— la devoción cofrade de Juan Ignacio Zoido. Pero esta Semana Santa de calor repentino, de pleno de hermandades en la calle y una Madrugá que ha vuelto a parecerse a los Sanfermines, ha debido de tocar de manera especial la fibra sensible del alcalde de Sevilla. Hasta el punto de que le ha entrado la bulla. Pero no la del Domingo de Ramos, sino la de aquél que siente que le coge el toro.

Entrevista con Juan Ignacio Zoido en el Diario de Sevilla, publicada el 5 de abril de 2015
Entrevista con Juan Ignacio Zoido en el Diario de Sevilla, publicada el 5 de abril de 2015

En una entrevista publicada el domingo en el Diario de Sevilla, el primer edil asegura que «me ha faltado tiempo» para llevar a cabo todo su programa.  Tras las elecciones de mayo de 2011, afirmó que iba a poner la ciudad a funcionar como un reloj, pero ahora desea que las agujas se paren en seco. La metáfora temporal de Zoido ha sido una paradoja en sí misma desde antes mismo de los comicios, merced a un programa electoral que se antojaba irrealizable a todas luces. En realidad, la propuesta del entonces candidato era una colección de medidas concretas que, sin embargo, no constituía un modelo de ciudad, un plan estratégico para sacar a Sevilla de un estancamiento que en los últimos años ha dejado evidentes signos de decadencia.

Zoido, que no tenía mucha capacidad para prometer, lo hizo hasta el exceso. A nadie escapa que la ruinosa situación en que el Gobierno del PSOE e IU dejó las arcas municipales no permitía mucho margen de maniobra, pero estas circunstancias ya eran de sobra conocidas antes de la última llamada a las urnas. La apuesta electoral del PP, que aparentaba ser tan imprudente que el PSOE creó un cronómetro de promesas incumplidas, estaba hipotecada de antemano. El regidor siempre ha defendido con firmeza que ha cumplido un alto porcentaje de su programa. En mayo de 2013 presentó su autobalance de mitad de mandato, un ejemplar de propaganda partidista pagado con fondos públicos y presentado con el sello municipal. Algo que ha intentado reeditar con la nueva campaña, #túhacesSevilla, que la Junta Electoral de Zona ha prohibido.

Hace dos años ya aseguró haber llevado a cabo más del 60% de sus promesas, aunque los principales logros que vendía eran una cuestionable bajada de tasas, un contrato de zonas verdes que se ha convertido en el epicentro del Caso Madeja o los nuevos locales de ensayo para las bandas de música. Aunque en la entrevista del domingo vuelva a insistir en que ha efectuado el 80% de sus medidas, que el alcalde reconozca ahora que «me ha faltado tiempo» deja en clara evidencia no sólo la vehemente defensa que ha hecho de su propio compromiso sino, sobre todo, el fracaso de su gestión: lo que prometió para 2015 no estará si no gobierna otros cuatro años.

Presentación del balance de dos años de gobierno de Zoido en el Ayuntamiento de Sevilla, en mayo de 2013
Presentación del balance de dos años de gobierno de Zoido en el Ayuntamiento de Sevilla, en mayo de 2013

 Zoido ha malgastado buena parte de su mandato en otros menesteres.  Prometió trabajar por Sevilla las 24 horas del día pero se embargó en aventuras tan lejanas de este objetivo como presidir la FEMP y el PP-A, además de ser portavoz del Grupo Popular en el Parlamento de las Cinco Llagas. Cuando estos cargos le han dejado tiempo, el alcalde ha basado su gestión municipal en quejarse de la herencia recibida, un lamento que aún hoy saca a pasear cuando tiene que enfrentar la dura realidad de sus promesas incumplidas. La primera medida del regidor, derogar el plan de tráfico en el Centro, simboliza como ninguna otra su manera de gobernar: desmantelar —en la medida de lo posible— todo lo que oliera a la Corporación encabezada por Monteseirín y Torrijos y dejar el estado de cosas previo, sin presentar soluciones alternativas a los problemas.

La falta de recursos —que siempre ha sido responsabilidad de la coalición de izquierdas, nunca del plan de ajuste impuesto por Rajoy a los ayuntamientos— ha constituido un obstáculo importante, aunque cabe preguntarse si tanto como para sumir en la parálisis al Gobierno municipal con la mayoría más amplia de la historia democrática hispalense. En varios proyectos de peso, el alcalde ha demostrado una alarmante pasividad y laissez-faire que los ha postergado sine die, cuando no condenado a muerte.

Ya se vio cuando Decathlon se cansó de pagar por unos terrenos y de esperar un cambio del PGOU mientras el Ayuntamiento jugaba a dos bandas para ver si construía un pabellón de baloncesto en esa misma parcela. Al final, la empresa declinó crear 150 empleos con una tienda en La Cartuja. Luego Zoido quiso enmendar el entuerto pero fue tarde. Tampoco hay fecha para el Ikea de San Nicolás Oeste, que espera desde hace más de un lustro en parte por la desidia del Consistorio. El Plan Integral de Tres Barrios sigue sin aplicarse y la rehabilitación de Los Pajaritos no se finalizará hasta el siguiente mandato. No se ha puesto un solo ladrillo de las 4.000 VPO —1.000 por año— prometidas para este cuatrienio. Y el Centro Pompidou que Zoido anunció a bombo y platillo para las Naves del Barranco se lo ha llevado Málaga sin hacer ruido. Ahora La Lonja no es un museo sino un mercado gourmet, igual que el de la Puerta de la Carne. Apenas son algunos ejemplos.

Antes que reconocer que  su Gobierno es incapaz de valerse de una mayoría absolutísima para sacar adelante estas iniciativas, Zoido ha preferido escudarse en que «la Junta no me deja» (sic) y mantener una confrontación claramente partidista con la administración autonómica. Es su pretexto para argumentar la renuncia del Consistorio a apostar por proyectos laborales y formativos cofinanciados, como las escuelas-taller, y sobre todo para explicar el estancamiento de numerosos proyectos urbanísticos cuya realización pasa por subvertir el PGOU aprobado en 2006. Valgan como muestra el aparcamiento subterráneo de La Alameda, la venta de la antigua comisaría de La Gavidia para construir un centro comercial, el convenio para dedicar Altadis a fines similares o la conversión de la pasarela peatonal de la Torre Cajasol en vía para tráfico rodado. En los dos últimos casos, el secretario del Ayuntamiento advirtió de la actuación claramente irregular de la Delegación de Urbanismo.

El olvido institucional sigue golpeando a Tres Barrios
El olvido institucional sigue golpeando a Tres Barrios

Los macroproyectos han constituido la verdadera seña de identidad de esta Corporación. El candidato-loseta que rechazó las grandes aventuras urbanísticas y vendió la micropolítica como la vía para levantar una Sevilla exhausta y desordenada no tardó en esfumarse para dar paso a un regidor obsesionado con la grandilocuencia: eventos de masas —Copa Davis, Mundial de Baloncesto—, enormes espacios y edificios a disposición de empresas —mercados gourmet, Sevilla Park, Altadis—, grandes superficies comerciales como única medida para crear empleo y macrocontratos como el de zonas verdes, con 48 millones dedicados a privatizar Parques y Jardines para poder pregonar muchas podas, aunque estén mal efectuadas.

El empeño del primer edil por asociar la creación de trabajo al urbanismo megalómano lo ha llevado a desahogar también en la Junta de Andalucía su frustración por no poder pasar a la historia como el alcalde del empleo, sino sólo como el hombre que soñó serlo. Su más repetida y rimbombante promesa había sido ésta, pero a día de hoy, y a pesar de los datos de leve mejoría a los que todas las administraciones se agarran como a un clavo ardiendo, en Sevilla hay 8.800 parados más que hace cuatro años. Incluso peligra la condición de gran capital, al descender por debajo de 700.000 los empadronados.

En contraste con su cachaza en otros ámbitos, Zoido ha destacado por su entusiasmo y velocidad para anunciar la creación de miles de empleos en la ciudad cada vez que tenía ocasión para ello. Un arrojo que le ha jugado malas pasadas, como cuando prometió la contratación de millares de sevillanos para el rodaje de Juego de Tronos, un extremo desmentido de inmediato por la productora de la serie. O cuando superó las previsiones del mismísimo Puerto de Sevilla y dijo que el dragado del Guadalquivir supondría 20.000 empleos. Una obra que, a pesar de la enconada defensa del alcalde hispalense, yace muerta en el fondo del río. Algo similar le ocurrió cuando anunció en Twitter el establecimiento de nuevas líneas aéreas basándose en una información errónea del ABC. Una metedura de pata que dejó al regidor en ridículo y con una imagen de gobernante que se entera por la prensa de lo que pasa en la ciudad que administra.

Los cuatro años de mandato de Zoido apenas le han dado para poder presumir de haber cumplido algunas de las principales promesas de su programa y casi ninguna de las que hizo sobre la marcha como primer edil. Y eso que algunos de sus logros los ha alcanzado con trampa, como en el caso del Brico Depôt del Higuerón Sur, su buque insignia en la creación de empleo, con 130 puestos de trabajo. El alcalde inauguró esta superficie de 7.100 m² cuando aún no contaba con todas las licencias que exige la Gerencia de Urbanismo.

Tampoco parece haberle cundido todo este tiempo para ofrecer a los sevillanos una explicación razonable sobre el Caso Madeja, los trapicheos sin control en Parques y Jardines, los sobresueldos que presuntamente le pagó Luis Bárcenas, las cuentas de la APPES, el enchufismo en los distritos o la contratación de filiales de Azvi, empresa propiedad de la familia del gerente de Emvisesa y que fue donante irregular del PP.

A mes y medio para someterse al implacable juicio de las urnas, Zoido no puede vender más que su impotencia, aparte de presentarse, en un intento de salvar los muebles, como el alcalde que saneó las cuentas municipales. Una tarea magna, es cierto, pero muy lejana de cualquier otra de la que se hubiera propuesto presumir, no tanto en términos de gestión como electorales, que es lo que apremia a estas alturas. En la entrevista del domingo, como ya hizo en su autobalance de mayo de 2013, el regidor sigue pidiendo paciencia y apoyo porque «lo mejor está por venir». También lo estaba hace dos años. Queda por ver si los sevillanos están ya demasiado cansados de esperar una tierra prometida que no parece cercana por más años que pasen.

Post scriptum

La encuesta de SIGMA DOS que publica hoy EL MUNDO, sobre intención de voto en el las elecciones municipales de Sevilla, revela que, efectivamente, casi la mitad de los que confiaron en Zoido en 2011 están cansados de esperar.

Encuesta de SIGMA2 para EL MUNDO, sobre intención de voto en las elecciones municipales de mayo de 2015 en el Ayuntamiento de Sevilla
Encuesta de SIGMA2 para EL MUNDO, sobre intención de voto en las elecciones municipales de mayo de 2015 en el Ayuntamiento de Sevilla

La cara azul del Caso Madeja

Joaquín Guillermo Peña Blanco y Carlos Alfonso Lozano Pastrana son viejos amigos. La política forjó una relación que se remonta al año 1990, cuando ambos formaban parte de la Junta Municipal del Distrito Sur de Sevilla en representación del Partido Popular. En junio de 2011 Juan Ignacio Zoido se hizo cargo del Gobierno hispalense y nombró a Peña director del Área de Medio Ambiente, de la que depende el servicio de Parques y Jardines. Por entonces, su amigo Lozano llevaba ya un año trabajando como comercial en la empresa de jardinería Albaba SL, a las órdenes directas de su dueño, Juan Antonio Salas Romero de la Osa.

Más de dos décadas después del inicio de su amistad los dos figuran en la relación de imputados de las diligencias del Caso Madeja, en el que la jueza Mercedes Alaya investiga presuntos tratos de favor de políticos y funcionarios sevillanos a diversas empresas en las adjudicaciones de contratos a cambio de mordidas. A Peña le achacan los presuntos delitos de prevaricación, cohecho, malversaciones de caudales públicos y tráfico de influencias y a Lozano del último de ellos más alteración de precios en concurso público.

Extracto de la información publicada en sevilla report el 14 de enero de 2015. Pincha aquí para leer el resto.

Poca luz, taquígrafos averiados

En el tan cacareado portal de transparencia del que Juan Ignacio Zoido ha dotado a la web del Ayuntamiento de Sevilla parece haber un agujero por el que se escapan la luz y los taquígrafos. Entre otros datos —minucias, no cabe duda—, uno echará en falta las empresas que son invitadas (o la razón por la que son invitadas) a los procedimientos de contratación negociados sin publicidad. Tampoco encontrará las valoraciones técnicas de los funcionarios municipales mediante las cuales se decide a quién se le adjudica un contrato. Menos mal que, al menos, sí hay una relación —resumida en medio folio— de los principales adjudicatarios y proveedores del Ayuntamiento. Eso sí, sólo entre enero y junio de 2014, una acotación que impide que aparezcan empresas como Fitonovo o sus filiales. Qué mala suerte, chato.

Lista de proveedores del Ayuntamiento de Sevilla entre enero y junio de 2014, en el portal de transparencia municipal
Lista de proveedores del Ayuntamiento de Sevilla entre enero y junio de 2014

Sevilla Online 23/09/14: Tres Barrios

Las tres barriadas que componen Tres Barrios constituyen uno de los núcleos residenciales más degradados y abandonados de la ciudad. Gregorio Verdugo y servidor, en nombre de sevilla report, estuvimos en Sevilla Web Radio para analizar el estado de esta zona en el Sevilla Online del martes 23 de septiembre. Este año ha comenzado la reconstrucción  —por el momento, sólo se ha acometido el derribo— de los primeros bloques de viviendas de Los Pajaritos. Sólo la primera de una larga lista de promesas incumplidas por una administración pública que mantiene al barrio abandonado a su suerte desde hace décadas.

Sevilla Online 16/09/14: gestión de zonas verdes en Sevilla

El pasado martes 16 estuve en Sevilla Web Radio con mi compañero Gregorio Verdugo para, en nombre de sevilla report, llenar la primera hora del magacín Sevilla Online con un monográfico sobre la gestión de las zonas verdes en la ciudad. La actualidad de las recientes talas masivas en la calle Almirante Lobo y otros barrios nos hace retrotraernos a otras épocas. En especial a los inicios de un proceso de privatización creciente, iniciado por Alfredo Sánchez Monteseirín y expandido por Juan Ignacio Zoido, y que, lejos de solucionar los problemas de los parques y jardines de Sevilla, ha tenido efectos nefastos sobre la gestión las zonas verdes.

Elogio de la tramoya

[Artículo publicado en sevilla report]

Sevilla es un oasis en mitad del desierto de una provincia asolada por el paro. Los datos correspondientes al mes de junio, anunciados esta semana, evidencian que en el conjunto de los municipios hay 308 trabajadores más inscritos en las oficinas del SAE, mientras que en la capital hay 611 menos.

Las aguas de mayo de las fiestas primaverales han dejado el mejor dato de los últimos once años pero se han evaporado apenas un mes después. En la ciudad ha quedado un charquito del que algunos parados beben, aunque los sindicatos advierten del espejismo de la temporalidad de fiestas y eventos como la Semana Santa o la Feria. Una industria asentada es, en su opinión, el manantial más duradero.

Como si Sevilla fuera la árida Dorne de la Canción de Hielo y Fuego de George R. R. Martin, Zoido ha debido recibir cual caudaloso río el vaso de agua de los datos del paro. Han pasado tres años desde aquel 2011 triunfal y le queda poco tiempo para evitar pasar a la historia como el hombre que soñó ser el alcalde del empleo. Mal bagaje para afrontar una campaña electoral que se le viene encima y que le coge con el pie cambiado, sin apenas logros palpables que vender.

Escombros en el Puerto de Sevilla

Consciente de que el juego de tronos municipal se disputa en los barrios, Zoido ha salido a reencontrarse con unos vecinos de los que se rodeó como candidato y a los que ha abandonado como alcalde. Summer is coming, y el alcalde aprovecha los últimos meses de calma chicha estival antes de los próximos comicios para volver a levantar barrios enteros curiosamente, los mismos donde arrecian las protestas contra la zona azul con obras. La clásica estampa de muchos pueblos andaluces, ahora en versión de gran urbe.

El que iba a ser el alcalde de la micropolítica ha acabado como (otro) regidor de grandes proyectos. Ante el hecho de que el reloj suizo que iba a hacer de la ciudad está más bien parado y de que los acontecimientos rimbombantes han propiciado más problemas que cambio a mejor, lo único que queda es poner la ciudad bonita.

Por ello no es extraño, por poner un simple ejemplo, escuchar a Maximiliano Vílchez llenándose la boca con un montón de cifras sobre cuánto han aumentado las podas en la ciudad desde hace tres años. Aunque esas podas, que han costado casi 50 millones de euros, estén tan mal efectuadas que traigan como consecuencia la muerte de cientos de árboles, mientras los funcionarios de Parques y Jardines mantienen casi sin medios ni personal parques como los de Amate, Los Príncipes o incluso el centenario de María Luisa.

La crisis asola Los Pajaritos

Lo importante no es cómo ni para qué, sino hacer algo. En sentido absoluto. Que los sevillanos perciban que, aunque ninguno de los grandes problemas se haya solucionado —incluso se han agravado—, algo se mueve y escapa a la parálisis que desde hace tiempo, y más en verano, atenaza a la ciudad. Que el muerto luzca guapo, aunque se descomponga por dentro.

La Sevilla Eterna de los próceres hispalenses es un teatro de las apariencias donde la tramoya se yergue sin remedio para ocultar las grietas de su verdadero ser. En su empeñado camuflaje —una manera de negarse a sí misma—, Sevilla ya no será Sevilla, sino Dorne. Dicen que es el escenario soñado por los seguidores de Juego de Tronos. Quizá porque, como en el desierto de la saga fantástica, en la ciudad no faltan espejismos.

Zoido, como de costumbre, ha prometido miles de empleos y muchos millones a cuenta del rodaje. Ver a Sevilla en la pequeña pantalla no sólo satisfará al chovinismo local sino que atraerá a una avalancha de turistas interesados en conocer la localización de la quinta temporada de la serie, como en Malta, Irlanda o Croacia.

Vallas ante el puente del Alamillo en Sevilla

Sevilla es, en palabras del alcalde, “un plató ideal”. Una maqueta de madera con pequeños artificios que dan la ilusión de movimiento, como en la introducción de Juego de Tronos. Un decorado de cartón piedra que adorna un gigantesco parque temático para guiris con calcetines blancos bajo las sandalias.

Mientras presenta las 80 obras de su plan estrella de emergencia para el distrito Sur, el primer edil sonríe satisfecho por saberse ficticio rey de la árida Dorne. La invicta Sevilla abre sus puertas de par en par y se rinde ante todo forastero que, como el equipo de HBO, quiera venir a dejar su maná de ida y vuelta.

Zoido parece nadar distraído en el charquito de los datos del paro como si fuera una piscina, a la espera de miles de empleos que pasarán tan pronto como las lluvias de primavera. El agua de mayo brilla borrosa en el horizonte, como un espejismo. Por delante queda un invierno que se antoja largo y seco.

Un dragado a contracorriente

Artículo publicado en sevilla report

Puerto de Sevilla

Sevilla, en ocasiones, parece esforzarse por consumar esa cualidad de urbe eterna que el chovinismo local insiste en inculcarle. De ahí que en no pocos asuntos la principal y casi única noticia es, precisamente, que no hay noticia. Quizá por su vínculo de siglos con la ciudad, el Puerto de Sevilla se ve arrastrado sin remedio hacia esta tesitura estática. Su principal proyecto, el dragado de profundización del Guadalquivir, languidece varado en unas aguas estancadas en las que desde hace demasiado tiempo flotan intertes las mismas novedades.

Durante sus 16 largos años al frente de la Autoridad Portuaria, Manuel Fernández intentó persuadir a la opinión pública de la “necesidad” de dragar el estuario del río a golpe de declaraciones que, por conveniencia, reprodujo la prensa hispalense. Su discurso se tornó un bumerán y un torrente de voces discordantes barrió sus argumentos. Fernández se fue pero el ente portuario no deja de recibir buenas dosis de su misma medicina. Más que nada porque Carmen Castreño, la nueva presidenta y otrora compañera de su predecesor, se empeña en mantener esta obstinada cruzada contra el peor de los enemigos: la realidad.

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Balance 2011-2013: Mareando al personal

Balance 2011-2013: dos años de Zoido

Juanjo Cerero / Jesús Rodríguez / Gregorio Verdugo | La gestión interna del Ayuntamiento de Sevilla consumió la mayor parte de los presupuestos municipales en los tres últimos años, en torno a 450 millones de euros para cada ejercicio. Las cantidades totales en este área son similares. El recorte entre 2011 y 2012 fue de 3,6 millones (un 0,8% menos), mientras que en 2013 hay una pequeña subida de 2 millones (un 0,4%) respecto al año anterior.

La clave de este capítulo está en dónde se gasta el dinero. A pesar del sostenimiento de las cuentas totales, numerosas partidas experimentan importantes incrementos y surgen otras tantas con una cuantiosa asignación. Otras, especialmente las empresas municipales o los recursos humanos, sufren severos recortes. Dentro de los sueldos del personal también se produce esta dinámica: unos ganan menos para pagar las subidas en las retribuciones de otros.

La austeridad es una constante en el programa electoral de Juan Ignacio Zoido. A ella dedica una de sus principales promesas durante toda la campaña: reducir el gasto municipal y la carga fiscal para el ciudadano. Los dos términos están incumplidos. Los presupuestos crecen de forma progresiva hasta alcanzar los 776 millones en 2013, un aumento del 11,3% frente a los 698 de 2013. Además, en 2013 un número superior a 20 tasas municipales subieron un 3% y otras lo hicieron aún más, como en el caso de los precios públicos de las instalaciones del IMD, un 7%, la grúa municipal y la zona azul, un 6%, y las tarifas de Tussam, una media del 5%.

Zoido también se comprometió a reducir el número de áreas de gobierno de once a ocho, algo que ha cumplido, aunque ha mantenido los mismos departamentos con una simple reordenación que ha conllevado que algunos delegados municipales, como Gregorio Serrano, titular de Economía, Empleo y Fiestas Mayores, ostenten una notable concentración de poder dentro de la corporación municipal.

El Ayuntamiento de Sevilla

También fue rotundo el regidor al asegurar que reduciría el número de cargos de confianza. En el pleno del 28 de junio de 2011, medio mes después de tomar posesión el nuevo gobierno, dijo que se aplicaría un recorte del 20%, de 81 a 58, con un ahorro de 1,2 millones. La página Sueldos Públicos ya informó el pasado 19 de diciembre de que en el Boletín Oficial de la Provincia de Sevilla de 10 de septiembre de 2012 se recogían 106 cargos de confianza.

El 7 de mayo, tras publicar la prensa local que Zoido supera a Alfredo Sánchez Monteseirín en el número de cargos de libre designación, el Ayuntamiento respondió que sólo hay 120, menos que entonces y con menos sueldo. De cualquier manera, los que ahora reconoce el gabinete de comunicación de Laredo son más del doble que los que el alcalde prometió hace dos años.

El caso más llamativo es el de Juan José Cortés, padre de Mari Luz Cortés y asesor municipal en la Delegación de Servicios Sociales, que fue imputado en marzo por delitos de tentativa de homicidio y tenencia ilícita de armas tras participar en un tiroteo en septiembre de 2011. Al PP no le bastan estos antecedentes y ha afirmado que no decidirá sobre la situación de Cortés hasta que la Justicia se pronuncie de manera definitiva.

En su obsesión teórica por mantener a raya el gasto municipal, Zoido llegó a calificar de “fundamental” la existencia de una Oficina de Control Presupuestario “que garantice que el dinero que está presupuestado se ejecute en su totalidad con un seguimiento semanal”. Dos años después, el control de las cuentas municipales sigue siendo brillando por su ausencia.

Los números que mecen la cuna

Un análisis pormenorizado de los distintos capítulos que componen Gobierno Interior muestra el mismo patrón que en el presupuesto general del área: las cantidades totales apenas se ven recortadas, pero es en el reparto y la cuantía de las partidas donde se producen los cambios estructurales más significativos. Como decía aquel viejo refrán, el diablo está en los detalles.

Un ejemplo ilustrativo es el apartado de Recursos Humanos, en el que se incluyen los sueldos del personal del Ayuntamiento de Sevilla. Entre 2011 y 2013, el presupuesto desciende más de 6 millones, un 2,34%. No obstante, lo interesante es comprobar que en los dos años de gobierno de Zoido, especialmente en 2013, los recortes se producen por sistema en los sueldos de funcionarios de la categoría C-2, la más baja, a la que se asigna a quienes sólo cuentan con el título de Secundaria. Estas bajadas, además de cumplir con la tasa de reposición cero, sirven para compensar subidas de sueldos para cargos directivos, algunos de nueva creación, y altos funcionarios.

Variaciones en los sueldos de los funcionarios y el personal del Ayuntamiento de Sevilla entre 2011 y 2013
Variaciones en los sueldos de los funcionarios y el personal del Ayuntamiento de Sevilla entre 2011 y 2013

Aunque durante la campaña electoral y en sus primeros meses de Gobierno el alcalde enarboló la bandera del recorte en puestos de confianza y altos cargos, la realidad que muestran los presupuestos municipales es que en estos dos años el gasto en personal directivo ha crecido más de un 36%, desde los 983.000 euros de 2011 hasta los 1.338.000 de este año.

Un ejemplo ilustrativo de lo anterior es lo ocurrido en la Administración General de Participación Ciudadana, donde el sueldo destinado a personal directivo se incrementa más del doble en 2013 con respecto a 2011, pasando de 70.324 a 152.690 euros. Otro detalle significativo es que en 2013 la partida para productividad del funcionariado alcanza los 17,6 millones de euros, cuando ese concepto no aparece en los dos años anteriores.

Por otro lado, en 2013 las asignaciones para las partidas de complementos y antigüedad se reubican en las catalogadas como “otras retribuciones”, que crecen hasta triplicarse en la mayoría de los grupos de funcionarios y de personal laboral. La práctica de aunar varias partidas detalladas en un solo e impreciso concepto, más difícil de escudriñar por el ojo público, se ha convertido en una práctica habitual en los presupuestos de esta Corporación. De hecho, la nota que Transparency International otorga al consistorio hispalense en transparencia económico-financiera en 2012 es de 21,4 sobre 100 frente al 79 de 2010.

La austeridad galopante impuesta por Juan Ignacio Zoido con el recorte de 6 millones de euros en los sueldos del Ayuntamiento responde al plan de ajuste impuesto por el Ministerio de Hacienda. Este plan también incluye una reestructuración del sector público que en los presupuestos de 2013 cuenta con una financiación de 7,2 millones en concepto de gastos diversos. Paradójicamente, la austeridad le cuesta a Sevilla 13 millones de euros.

En otros capítulos del área se producen bajadas significativas. Es el caso de Relaciones Institucionales, a las que en 2011 se asignaron 1,3 millones de euros y que en 2012 fueron eliminadas. Entre éstas se encontraban dos transferencias a la Agrupación de Interés Económico (ahora denominada Corporación de Empresas Municipales de Sevilla, un cambio de nombre que no afecta en nada a las funciones del ente) por valor de 940.000 euros y otros 184.320 dedicados a intervenciones relacionadas con la población inmigrante y otras minorías.

Entre las empresas municipales, Tussam percibe un 3,2% más en 2013 respecto a 2011, si bien en el último ejercicio la asignación baja un 1,2% frente a 2012. Lipasam corre peor suerte. Deja de recibir 18 millones de euros en los dos años de gobierno de Zoido, lo que supone un recorte del 17%.

En cambio, también hay notorios incrementos de presupuesto. El principal es el de 10,5 millones en Conservación de Edificios Municipales, un 117% más entre 2011 y 2013. Gran parte de este dinero se asigna a inversiones de reposición de edificios en colegios por valor de 3,2 y 4,3 millones en 2012 y 2013, respectivamente, mientras que otros 2,8 millones se destinan a inversión de rehabilitación de edificios y otras construcciones, dentro del apartado de Gestión del Patrimonio.

En este mismo capítulo hay otros cuantiosos gastos, todos en los presupuestos de 2013, como los 478.000 euros del Parque Infantil de Tráfico, los 150.000 euros de la rehabilitación del Convento de Santa Clara o las escandalosas subidas del gasto en la Administración General de Edificios Municipales. Entre 2011 y 2013, el suministro de luz sube un 50%, el de agua lo hace un 736,2% y el de gas asciende un 240%. Además, se abonan atrasos de luz y gas por valor de 519.000 y 153.000 euros, respectivamente.

Algunas partidas de Innovación Tecnológica también aumentan su asignación. El apartado de Desarrollo y Producción Informática recibe 1,2 millones de euros más en 2013, una subida del 181% respecto a 2011. Los dos conceptos que se reparten este incremento son los de mantenimiento de equipos informáticos, con 260.000 euros más en estos dos años, y la partida de aplicaciones informáticas y licencias de uso de programas, existente sólo en el último ejercicio y a la que se dedican 980.000 euros. Además, Desarrollo y Producción Informática, una sección de nueva creación con el actual gobierno, recibe en 2012 y 2013 sendas partidas de 590.312 y 1.110.000 euros.

Órganos de Gobierno, dentro del capítulo de Presidencia, experimenta un descenso de 700.000 euros menos, un 37%, en 2012 frente al año anterior, pero en 2013 vuelve a crecer un 82%, hasta los 2,2 millones. El motivo es que en 2013 se incluye una partida destinada a la Oficina de Relaciones Externas para la liquidación del millón de euros que costó a la ciudad la celebración de la final de la Copa Davis de 2011.

Otros gastos significativos, dentro del apartado de Gobierno Interior, son los del suministro de vestuario de la Policía Local, que asciende un 48% en los dos años del actual gobierno, y el de servicio de imprenta municipal, que duplica su asignación desde los 106.000 de 2011 hasta los 215.500 de dos años más tarde. Los grupos municipales no se quedan atrás y suben un 9% las transferencias por representación en el Ayuntamiento.

Dispendio y opacidad

Parafraseando a Zoido, en materia de austeridad “hay que predicar con el ejemplo”. Pero el alcalde no aplica esta máxima a su gestión, puesto que si no se imparte con criterios equitativo, pasa de ser una necesidad justificada a convertirse en una manifiesta injusticia. Una condena al pobre a ser cada vez más pobre.

A la tasa de reposición cero se suma una determinada manera de distribuir un presupuesto que se mantiene estable en su cuantía de forma que se encubre una estrategia de adelgazamiento y elitización del sector público bajo unos supuestos parámetro de profesionalidad y eficiencia que, hasta la fecha, son bastante cuestionables. Esto se ve favorecido por los constantes bailes de partidas y cambios de denominación sin otro objeto aparente que el de dificultar la fiscalización de las cuentas municipales.

La tan cacareada austeridad ha acabado suponiendo una ola de recortes por doquier que, sin embargo, no han impedido ciertos dispendios como el incremento del número de directivos y cargos de confianza y que el funcionariado de alta cualificación sea el que menos se vea afectado por los ajustes. En esto, como en la vida misma, la peor parte también se la lleva el más débil.

Balance 2011-2013: A vueltas con el lastre de la deuda

Balance 2011-2013: dos años de Zoido

Juanjo Cerero / Jesús Rodríguez / Gregorio Verdugo | El área de Hacienda es de las que mayor peso específico han adquirido desde que Juan Ignacio Zoido llegó a la Plaza Nueva. Su propósito de fiscalizar las cuentas municipales y de aplicar la austeridad ha coincidido con una subida del 57,73% en la asignación presupuestaria para este área entre 2011 y 2013, hasta llegar a 18,3 millones de euros.

El incremento del presupuesto en algunos capítulos es especialmente evidente. La dirección y administración recibe en 2013 3,2 millones de euros, un 329,4% más con respecto a 2011, mientras que el gasto en la Tesorería ha subido entre estos dos años un 174,3% hasta alcanzar los 1,8 millones. En cambio, la partida para la Agencia Tributaria desciende un 26,7% entre 2011 y 2013.

Una asignación que contribuye de forma notable a engrosar el presupuesto general de Hacienda son los 6,13 millones del Fondo de Contingencia, dentro del capítulo de Imprevistos y Funciones No Clasificadas. Esta partida, que sólo existe en 2013, tiene su origen en el Plan de Ajuste impuesto por el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas en mayo de 2012 y sustituye a las partidas destinadas a abono de sentencias.

El área de Hacienda del Ayuntamiento de Sevilla tuvo que hacer frente a una abultada deuda tras las elecciones de 2011
El área de Hacienda del Ayuntamiento de Sevilla tuvo que hacer frente a una abultada deuda tras las elecciones de 2011 | Foto: Avij / Wikimedia

En la memoria del Presupuesto Municipal para 2013 se explica que el fondo tiene como fin “atender necesidades de carácter no discrecional y no previstas en el presupuesto, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 31 de la Ley Orgánica 2/2012 de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera”.

En el citado artículo se explica que “la cuantía y las condiciones de aplicación de dicha dotación será determinada por cada Administración Pública en el ámbito de sus respectivas competencias”. Que el Ayuntamiento y la normativa se pasen uno a otro la responsabilidad de establecer su aplicación implica que el fondo de contingencia no cuenta con un mecanismo de control establecido para su gestión.

El pago de la deuda es otro de los grandes aumentos presupuestarios durante los dos primeros años de gobierno de Zoido. En 2012, el incremento es del 190%, desde los 24 millones hasta los 89,6. En el capítulo dedicado al pago de intereses llama la atención la subida del 41% en 2012 debida, básicamente, al incremento de la refinanciación del préstamo contraído en 2008 con BBVA, Dexia-Sabadell y BCL.

En 2013 se produce otro incremento del 27% respecto al año anterior como consecuencia del abono de los intereses de los préstamos contraídos con el Instituto de Crédito Oficial (ICO) en 2012 dentro del plan de pago a proveedores del Gobierno central. El presupuesto total para este fin llega a los 4 millones de euros.

Por otro lado, en el capítulo de amortizaciones destaca el pago de varios préstamos invertidos en 2010, por importe de 15,1 millones de euros en 2012 y de 17 en el año siguiente. También se incluyen las retenciones de la Participación en los Ingresos del Estado que el Ministerio de Hacienda aplicó al Ayuntamiento en 2008 y 2009, y que supone que en 2012 y 2013 la ciudad ha perdido 22,3 y 6,4 millones, respectivamente, por este motivo.

Además, en 2013 existe una partida por la que se dedican al pago de la deuda 28,4 millones de euros excedentes del techo de gasto impuesto por el Ministerio de Hacienda a las administraciones locales, como se recoge en el apartado 5º del artículo 12 de la Ley 2/2012.

Mención aparte merece el capítulo de impuestos y tasas municipales. En los dos años de Gobierno de Juan Ignacio Zoido se aprecia una recaudación total menor a la de 2011. El año pasado se produjo un descenso del 31,7% respecto al anterior, mientras que en 2013 hay una subida de más del 30% frente al ejercicio previo.

Sin embargo, la evolución de los ingresos según su tipo no es homogénea. Mientras que los directos experimentan un crecimiento en los dos años hasta alcanzar un 5,9% más en 2013 respecto a 2011, los impuestos indirectos, entre los que se incluye el IVA, sufren un descenso continuo que en 2013 es del 22,81% respecto a dos años antes. Esta bajada es achacable a la persistencia de la crisis y el desplome del consumo, uno de sus síntomas más evidentes. Los ingresos por tasas municipales, por su parte, caen un 62% en 2012 pero vuelven a repuntar con una subida del 98% un año más tarde.

Zoido llegó a calificar de “obligación ineludible de cualquier gobernante responsable” la bajada de impuestos municipales. En las ordenanzas fiscales de 2013 quedaron congelados los cinco impuestos directos, pero más de 20 tasas se encarecieron en torno al 3%, mientras que otras lo hicieron aún más. Los casos más llamativos fueron los de los precios de las instalaciones del Instituto Municipal de Deportes (un 7% más), la zona azul y la grúa (aumento del 6%) o las tarifas de Tussam (subida media del 5%).

También en este área el alcalde de Sevilla ha faltado a su programa y a sus principios. Su pretensión de bajar los impuestos, aplicada durante el primer año de mandato, ha chocado con la cruda realidad de las cuentas municipales. De ahí que en el ejercicio siguiente se viera obligado a aparcar su ideología para cuadrar los presupuestos a golpe de tasas.

Además, la intención de reducir el gasto se ha visto truncada por la imposición del Gobierno de Rajoy a través del plan de ajuste de las administraciones públicas. De los alrededor de 80 millones de euros de incremento en el presupuesto de 2013 frente al de 2011, más de la mitad ha sido destinado al pago de deuda. Mientras que las partidas destinadas al pago de intereses crecen de forma escalonada, las de amortizaciones de créditos se disparan en los dos últimos años.