Agripina Cabello: «Se dice que voy a gobernar igual que Carlos Ufano, pero siempre en sentido negativo»

Agripina Cabello, candidata del PSOE a la alcaldía de Almensilla, habla sobre el pueblo y sobre sus propuestas para gobernar su Ayuntamiento en esta entrevista, la última de la serie sobre las elecciones municipales del 22 de mayo.

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¿Necesita presentación Agripina Cabello?

Sí, claro, tengo que presnetarme. Ten en cuenta que Almensilla es un pueblo muy grande, aunque llevo ocho años trabajando en unas áreas específicas, con lo cual las personas que suelen venir a esas áreas sí me conocen, y soy muy conocida en ciertos sectores, pero hay otros muchos en las que no. De hecho, cuando el alcalde estuvo de vacaciones el verano pasado, venían vecinos a hablar con él para temas que nada tenían que ver con los míos, por lo cual había muchos vecinos que yo no conocía. Aparte, tengo que presentarme porque yo hasta ahora he sido concejala y así me han conocido, así que tengo que presentarme como alcaldesa, que nada tiene que ver.

¿Y qué les diría a esas personas sobre usted?

Yo me presentaría de una manera muy sencilla. Soy una vecina de Almensilla, vivo aquí, mis hijas están en el colegio, quiero construir una Almensilla cada vez mejor y estoy a disposición de mis vecinos. Ten en cuenta que la mejor actitud que un alcalde, concejal o cargo público cualquiera puede tener es la de servicio. A nosotros no se nos puede olvidar que estamos al servicio de los ciudadanos. Con lo cual, eso es lo que yo les diría: estoy a vuestro servicio.

En estos ocho años que lleva en el Ayuntamiento, ¿qué ha aprendido?

Muchísimo. Aparte de lo que se puede aprender a nivel técnico, he aprendido de la gente, relaciones sociales, cómo las personas pueden comportarse en circunstancias distintas de manera muy distinta. Y he aprendido cómo esas personas necesitan ser comprendidos. Los políticos no podamos ir imponiendo modelos ni diciendo “así se arregla Almensilla”. Nosotros debemos ir viendo y conociendo las necesidades de las personas y, sobre todo, ir viendo la actitud de las personas, por qué hoy te dicen blanco y mañana te dicen negro. Y si sigues observándolas y escuchándolas, las vas a entender, siempre, porque al final hay una coherencia, una necesidad de las personas, y las circunstancias en las que vive cada uno son las que justifican su actuación. Por tanto, aunque los políticos estamos acostumbrados a que nos digan guapos y feos y de todo, si intentas escuchar al ciudadano verás que siempre lleva su parte de razón, y explicándole bien las cosas y deteniéndote y dándole a cada uno el tiempo que se merece, al final acaban entendiéndolo.

Esa parte tópica de la política que quema mucho, es verdad que quema pero es que para eso estás, para escuchar a la gente y para recibir sus quejas, para intentar solucionárselas y, si no se las puedes solucionar, para decirles “hasta aquí puedo llegar, no puedo darte más, pero aquí estoy cada vez que quieras venir”. Y muchas veces somos psicólogos, entre comillas, de la desesperación de los ciudadanos, porque muchos, y sobre todo en esta época, vienen desesperados. Simplemente con que se te siente ahí y te diga: “Porque sois esto, porque sois lo otro, porque mira lo que me pasa…”, al final termina justificando por qué te ha dicho eso, porque me pasa esto y necesito decírtelo. Y una vez que te lo ha dicho y tú lo has escuchado, la persona se siente mejor, porque ya sabe que su frustración no queda en su casa, sino que el político ya lo ha escuchado. Otra cosa es que el problema se le pueda solucionar o no.

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