Sevilla en los cables de Wikileaks

El cablegate también pasó por Sevilla, como lo hicieron los americanos por Villar del Río en la inolvidable Bienvenido Mr. Marshall de Berlanga. La única diferencia es que aquí, al contrario que en la película, los americanos sí se detuvieron. Y como bloguero de Sevilla vuestro que soy os debo una explicación, y esa explicación os la voy a dar porque os la debo.

Sucedió el 3 de junio de 2004, durante la visita de un día a la ciudad que realizó el por entonces embajador de los Estados Unidos, George L. Argyros, dentro de su programa de viajes regulares a las 17 comunidades autónomas de España.

Durante su estancia, se entrevistó con el entonces Presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, con el Delegado del Gobierno en Andalucía, José Antonio Viera, hoy secretario general del PSOE de Sevilla, y con representantes de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA).

En el cable que Argyros remitió a sus superiores seis días después, el embajador pone de manifiesto que se había estudiado a fondo la tarea. Empezando ya desde el principio por el título del cable, “Ambassador’s visit to Seville, socialist heartland”  (La visita del embajador a Sevilla, corazón del socialismo).

A continuación detalla su visión de Andalucía como “bastión socialista” y hace hincapié en que es la región más grande y poblada de España y también “una de las más pobres”. Para Argyros, en Andalucía, “decenas de miles de habitantes rurales viven de la asistencia social (conocida como PER) destinada a las temporadas de los trabajadores agrícolas. El Gobierno socialista distribuye los beneficios a nivel local y este patrocinio les proporciona un sólido conglomerado de votantes”.

De su encuentro con Manuel Chaves informa sobre la insistencia de éste en justificar la derrota del Partido Popular en las recientes elecciones de Marzo de 2004 no como consecuencia de los atentados del 11M en Madrid, sino en exclusiva por el hecho de que Aznar involucrara a España en la guerra de Irak. Lo que justificaría que Zapatero retirara las tropas españolas a su llegada al poder.

Sin embargo, más adelante relata que Chaves reitera la intención del Gobierno español de “normalizar y fortalecer” las relaciones con Estados Unidos, ya que a juicio de Chaves “el vínculo trasatlántico es esencial” y “de hecho es la pieza clave del orden mundial”.

Argyros no desaprovechó el encuentro para defender los intereses de su país y recordó al Presidente de la Junta que “las compañías de Estados Unidos han invertido más de 50.000 millones de dólares en España en los últimos cinco años” y que “la confianza de los inversores fue clave para mantener esa tendencia”. A esto, Chaves respondió que “no había razón para que los empresarios estuvieran preocupados” porque “el gobierno no cambiará los principios fundamentales” de la política económica reciente.

Durante el almuerzo que siguió a su reunión con los líderes de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), estos le manifestaron su preocupación por un  posible boicot de los consumidores estadounidenses por la retirada de las tropas de Irak y por la posibilidad de una “pérdida de disciplina presupuestaria” con el gobierno de Zapatero, a pesar de que el Ministro de Economía, Pedro Solbes, les produce un “gran respeto”, pero se cuestionan si Solbes podrá “prevalecer sobre otros que no compartan su filosofía” dentro del gobierno.

La otra persona con la que mantuvo un encuentro fue con el actual secretario general de los socialistas sevillanos, José Antonio Viera, por entonces Delegado del Gobierno en Andalucía, tras su última etapa como Consejero de Trabajo y Tecnología en el anterior gabinete de Manuel Chaves.

Además de las inminentes elecciones al Parlamento Europeo y de algunas cuestiones relacionadas con la Unión, Viera transmitió al embajador su temor por “la capacidad de los terroristas para mezclarse” entre los alrededor de 2,7 millones de marroquíes que iban a atravesar España ese verano con sus familias durante su viaje de vacaciones a través del Estrecho de Gibraltar. Al respecto, Viera prometió que España “añadiría más patrullas aéreas en los próximos meses para mejorar la eficiencia” del sistema de monitoreo electrónico que vigilaba las costas andaluzas.

A pesar de esta explicación que, como bloguero de Sevilla vuestro que soy, os he dado, la escena final no fue tan diferente a la de la película de Berlanga. Si en esta tierra se detuvieron, el único rastro que también dejaron a su paso fue una inmensa nube de polvo que cubrió como un fino manto nuestras caras de lelos.

Artículo realizado por Gregorio Verdugo y el que esto escribe.