Mónica Oltra: «El voto más útil es aquél que te satisface»

Mónica Oltra, diputada de la coalición Compromís en las Cortes Valencianas, visitó Sevilla el pasado 23 de marzo para apoyar al candidato de Equo a la presidencia de la Junta de Andalucía, Esteban de Manuel, y para participar junto a él en la conferencia ‘Juventud: educación, empleo y democracia’, que se celebró en la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Sevilla, en el patio de cuyo rectorado se grabó esta entrevista para sevilla!report.

Hablando de política y redes sociales con Equo

Gregorio Verdugo / Jesús Rodríguez. Ayer asistimos a un debate sobre política y redes sociales organizado por Equo Sevilla bajo el hashtag #EquoRRSS. Se celebró en un local hostelero de la calle San Fernando de Sevilla, justo frente al rectorado de la Universidad Hispalense, y aunque no estuvo demasiado concurrido sí fue de lo más interesante.

Curiosamente no fue un debate a la usanza tradicional, donde el político de turno se coloca en la cabecera de la mesa y se convierte en el epicentro del mismo, acaparando toda la atención y el grueso del turno de palabra.

No, el de ayer fue algo diferente y el político de marras, en este caso el candidato de la formación ecologista a la presidencia de la Junta de Andalucía, Esteban de Manuel  (@estebandemanuel), se sentó como uno más entre los asistentes a escuchar con atención lo que tenían que decir los integrantes de la mesa, Sonia Contero (@soniconp), Ángel Vilches (@7vueltas) y Sergio Marín (@kuikailer), conducidos en la moderación por Germán Jiménez (@potoma).

Como repetir aquí un debate que se prolongó casi hasta las dos horas resultaría de lo más aburrido, os dejamos aquí la condensación extrema de lo que sacamos del mismo en un solo párrafo que pretende aglutinar las ideas más importantes que allí se barajaron.

Llegamos a la conclusión de que, quienes apostamos por una mayor participación ciudadana, debemos seguir desarrollando estos canales alternativos de comunicación en que se han convertido las redes sociales. Su papel en la política actual cada vez tiene mayor importancia, aunque aún está bastante por potenciar este aspecto sobre todo por los políticos profesionales, debido a la importancia que tiene para la ciudadanía la escucha activa y el poder intercambiar información y opiniones con los sujetos políticos sin intermediarios. Esta interacción entre los políticos y las redes de intereses de ciudadanos se adivina como la base sobre la que se edificará la política futura, ya que la creación de comunidad es la función básica de las redes sociales en el campo político. Aunque hubo alguna voz discordante (@Trisco la lió equivocándose de término para definir el concepto que quería -no lo hagáis en casa, niños- al reivindicar la “elitización de las redes contra los imbéciles” y dando hasta nombres de algunos de ellos), todos parecíamos estar de acuerdo en que estas herramientas proporcionan un altavoz importante a la ciudadanía antes del todo inexistente. La nueva democracia se va a definir por las redes sociales, porque no hay nada más democrático que una red social, cuya jerarquización se efectúa a base del prestigio que se va ganado el individuo por sus interacciones en la propia red.

También, cómo no, fue interesante lo que el propio Esteban nos contó sobre su experiencia en la web, que comenzó con Facebook, una red que “me ha permitido crear redes 1.0”. Esteban contó su experiencia actual en su blog, Letras Emergentes, y destacó la repercusión y la “difusión muy grande que le da el blog a lo que escribo”, aunque “eso escapa a mi control muchas veces”, afirmó, casi con la misma sorpresa con la que en ocasiones “veo que gente me responde o que se ha rebotado” por lo que comenta en Twitter, al cual “aún no me acostumbro; yo, que me enrollo como una persiana, poner un mensaje en 140 caracteres…”. Tiempo tiene de cogerle la medida a los tuiteos, teniendo por delante “cuatro años para trabajar y mejorar”, como apuntó Sonia.

Para la próxima quedamos en realizar entre todos una tesis doctoral sobre “el amor debido a los trolls” como especie sin la cual la red deja de tener sentido. Pero ése será otro post y, probablemente, bastante más largo.

Mucho ruido y pocas nueces: la comunicación política en la campaña electoral del 20-N

Internet se ha convertido en el nuevo escenario en el que los partidos políticos tradicionales están transmitiendo sus mensajes, aunque con más error que acierto. Algo que se traduce en un retumbante ruido y en las ideas ciudadanas que, a pesar de éste, surgen y devienen en alternativas políticas y un sano debate que fortalece la sociedad y la democracia.

Es noviembre de 2011. El día 11, para ser más exacto y simbólico. Un tiempo con una nueva rutina, en el caso de que uno sea periodista. Ya no hay que dar un paseo hasta el quiosco y dejarse los cuartos en periódicos y revistas, ni ojearlos y mancharse las manos de tinta entre el olor a café y tostadas.

Hoy todo es desayunar delante de la pantalla y revisar las portadas de las webs de los diarios —y también la de las ediciones de papel, pero en kiosko.net. Y luego las redes sociales: algo de Twitter, un par de listas —de periodistas y políticos que sueltan eslóganes en forma de hashtags— y, por último, un poco de Facebook, no tanto por oficio, más bien por distracción.

En los titulares aparece una foto que alguien ha hecho con el móvil y ha colgado de inmediato. Hay una bolsita de un color azul llamativo, con el eslogan y el logotipo del Partido Popular. Dentro del paquetito, un surtido de frutos secos. Encabeza la publicación una crítica a este método de propaganda junto a una declaración en defensa del género humano como especie distinta de los monos. Bajo la foto, 16 comentarios de críticas, no sólo al PP, sino a todos los partidos.

Más allá de la crítica a las formas y a lo que se deriva de ellas —“lo criticable es que hagan esto con nuestro dinero y no con las aportaciones de sus afiliados”, decía un comentarista—, lo que más está dejando en evidencia esta campaña electoral es la mediocridad del discurso de los partidos tradicionales, inmersos, más a modo de remolino que de chapuzón con salto del ángel, en la vorágine de las redes sociales en las que su mensaje mitinero y unidireccional queda encallado ante las playas de conversación de usuarios de la Red.

Internet es conversación, y ahora más que nunca. Es una fuente inagotable de información y de canalización de la opinión pública libre y sin barreras. Es la utopía, hecha casi realidad, de la democratización de la expresión de la voz de todos y cada una de las personas. Es un altavoz gigantesco, libre, gratuito, cómodo y —aún no del todo, pero sí potencialmente— universal. Las redes sociales, y antes que éstas los blogs, han contribuido a que la gente de a pie, las masas que hace un siglo eran receptoras pasivas de los mensajes de los media, sean ahora quienes producen un torrente de información, con la paradoja de que esos pocos medios elitistas son quienes se interesan por lo que los usuarios dicen o pueden decir.

Pero, aludiendo al tópico —que siempre tiene algo de cierto—, hay cosas que nunca cambian. Cuesta que los partidos tradicionales alteren sus rutinas, tanto como que desaparezca ese ruido inherente al canal, que ya anticipó Shannon en 1948. Ese preciso carácter abierto que produce el milagro de elevar la red a medio universal la condena a un ruido en el mensaje, en la misma escala exponencial. Hablar de ruido en la Red nos puede traer a la cabeza la natural masificación del canal. Pero ruido en Internet es también el uso que los partidos, voluntaria o involuntariamente, hacen de esta herramienta.

Ustedes lo han visto, como han visto los debates televisivos entre los dos principales candidatos, Rajoy y Rubalcaba, primero, y cinco representantes de los cinco partidos con más representación en el Congreso —PSOE, PP, CiU, PNV e IU—, dos días más tarde. En esas dos citas, especialmente en la primera, Twitter era un hervidero de mensajes sobre el debate, canalizado a través de hashtags diversos que hacían referencia al mismo debate (#debate, #eldebate, etc.), al tiempo que surgían otros de origen y significado ambiguos, como fueron los de #rajoygana o #rubalcabaconvence, que llegaron a ser trending topics y fueron utilizados por el PP y el PSOE, respectivamente, como muestra de que sus candidatos tenían el apoyo de los electores en las redes sociales.

Nada más lejos de la realidad: el ridículo de los equipos de comunicación de los dos partidos fue mayúsculo. Esta interpretación de las etiquetas evidenció que los partidos en absoluto tienen idea de cómo funciona Twitter, de cómo se genera un tag, de cómo llega a ser trending topic y de lo que ello supone. Y, sobre todo, de que detrás de #rajoygana o #rubalcabaconvence puede haber tantas personas mofándose de los candidatos como tuiteros mofándose de los equipos de comunicación del PP y el PSOE a causa del uso triunfalista de estos TT.

Dice mi padre que “detrás de toda mentira siempre hay un poco de verdad”. Y como la mentira es una de las principales armas de la comunicación política, no podemos engañarnos —sería paradójico y cínico— al analizar estos mensajes en las redes sociales. Por eso estamos obligados a tener en cuenta que, tras cada uno de los hashtags con propaganda de uno y otro partido que resuenan en Twitter hay miles de militantes, simpatizantes y fanboys reproduciendo el mismo mensaje con la única intención de que llegue a trending topic y sea lo más visible posible.

Internet es ruido, y lo es más en medio de una campaña política. Es ruido porque los partidos políticos no se han adaptado al canal como debieran, y siguen haciendo una campaña basada en dar voces como en un mitin. Sólo que ahora no están en un estadio sino en una cueva gigante, de proporciones inabarcables, donde cualquier voz es susceptible de multiplicarse en un eco que rebote por todos los rincones, o bien ahogarse sin remedio en una sima a kilómetros bajo tierra y no ser oído jamás. Y es ruido porque la cueva está llena de millones de usuario que retroalimentan este diálogo de trogloditas con el mismo código de grito y, a veces, insulto e infamia. Gente que recibe los mensajes pero no los decodifica en ideas.

Internet es ruido por eso mismo: porque el ruido llama al ruido, y a pesar de éste y de su omnipresencia, la Red es un espacio de ideas y, sobre todo, conversación. Y eso es precisamente lo que los partidos tradicionales no están aportando, no sólo a la campaña, tampoco a la sociedad, que es más importante. No es que los partidos no se hayan adaptado al nuevo canal, que es evidente, sino que están dejando claro que no podían haberse adaptado, porque su mensaje es un montón de fuegos de artificio tras los que no queda más que humo.

Y en Internet todo eso está más que visto. Aquí se discute y se debate, que es lo que quieren los ciudadanos con resaca de escuchar una y otra vez discursos que les llegan por otros siete canales distintos, amén de las bolsas de frutos secos variados. Los tuiteros se organizan para convocar a los candidatos a fin de debatir con ellos, siempre que quieran. Y algunos quieren. Pero los del PP y el PSOE no, pues no es ése el guión del que les han hablado, y no quieren conversar. Lo suyo es el mitin. No piense, aplauda.

Pero Internet no es un mitin: es un ágora en el que las ideas se elevan por encima del mundanal ruido de la inmensa polis global que es la Red. Y en esa polis hay pillaje en forma de comunicación viral, hay pícaros en forma de sátira y humor —negro y blanco— y hay pregones y boca a boca para quien no tiene voz en la Ecclesía. Es lo que ha hecho Equo con su vídeo de campaña: difundirlo a través de Internet, con la ayuda de blogueros y usuarios de redes sociales simpatizantes y voluntarios, ante la imposibilidad de emitirlo en una RTVE controlada por el establishment político del Cretácico Anterior.

Internet es pensamiento colectivo, y es normal que los partidos estén cada vez más perdidos en el mundo virtual, porque los ciudadanos están viendo que su campaña no es más que eslóganes vacíos, imágenes cargadas de marketing y propaganda barata. No hay contenido, ideas o debate, y tampoco ganas de que exista algo de esto. Y de ahí viene no sólo el hastío, también las nuevas formas políticas, como el citado Equo, con un programa hecho de forma abierta exclusivamente en la Red, o los movimientos ciudadanos que han confluido en el 15M o han nacido al albor de éste.

Internet es ideas y también barullo, siempre. Y sí, es verdad que en estos días el griterío es mayor, pero sólo por la campaña. No teman, que es pasajero. Es todo un efecto de los partidos tradicionales lanzados a la búsqueda desesperada del voto, de la única forma que saben y, vista su falta de planteamientos, pueden hacerlo: con mucho ruido y —salvando las de las bolsitas del PP— pocas nueces.

Esteban de Manuel: “Nuestro objetivo es hacer la segunda transición democrática”

Profesor titular del Departamento de Expresión Gráfica Arquitectónica de la Facultad de Arquitectura de Sevilla, Esteban de Manuel, candidato al Congreso de los Diputados por Equo Sevilla, aterriza en la política desde el movimiento asociativo, tras participar en la creación de la plataforma La Sevilla que queremos y la promoción e impulso de diferentes iniciativas sociales más. Este profesor barcelonés de 47 años se siente como un indignado más desde mucho antes de que se iniciara el Movimiento 15-M y esa indignación es la que le ha empujado a dar el paso decisivo de participar en la vida política.

Entrevista realizada por Gregorio Verdugo y quien esto escribe en los jardines del Prado de San Sebastián.

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Parte 3