«Todo el mundo está muy ilusionado con el Entreolivos Festival y me dicen que por fin se hace algo»

De pie, junto a una mesa en un café de la Plaza de la Iglesia, rodeado de mayores que charlan en un tropel de conversaciones, Jesús Díaz repasa una pequeña agenda roja con visible agobio. Pasa las páginas de tres en tres y hace anotaciones al vuelo aquí y allí. Él es el organizador del Entreolivos Festival, el «loco» que concibió esta idea que este sábado 15 por fin verá la luz en Almensilla, y de la cual nos habla en esta entrevista.
En vuestro blog habláis de la historia del festival y de su nacimiento como “una rave como nunca antes habían vivido los olivos centenarios que nos rodean”. Háblanos de aquella historia.
Esa historia, como dice en el blog, viene del cumpleaños de un infame y de la despedida de otro. Pues el infame del cumpleaños soy yo y el otro es el director del corto que vamos a estrenar. Yo mi cumpleaños nunca lo he celebrado, porque es el 13 de septiembre y siempre me ha cogido de exámenes o trabajando en el campo. Entonces, el año pasado me eché otros amigos y quise celebrarlo. Coincidió, además, que me tiré todo el año de festivales y quisimos montar algo así, de modo que trajimos un generador eléctrico, un portátil y una luz para alumbrar. Empezamos a las 2 de la tarde y duramos hasta las 4 de la tarde del día siguiente, y como estábamos muy a gusto, le decía a un amigo, en broma: “Quillo, el año que viene voy a traer grupos, voy a montar un escenario y vamos a hacer un festival”. Era de coña, pero al final mi hermano me echó cuenta y me dijo que sí. Pero eso fue porque no sabía lo que valía, si no a ver si me dice que sí.

¿Habéis tenido que poner dinero de vuestro bolsillo?

Más de 12.000 euros, casi 13.000. Mi hermano ha puesto ahorros suyos que tenía para cuando se comprara una casa. Los ha puesto a fondo perdido e intentará recuperarlos.

¿Quiénes sois los locos que habéis llevado a cabo esta obra?

Hay mucha gente metida, porque, evidentemente, eso no lo puede hacer una persona sola ni dos, ni diez. Hablé con Izquierda Unida Joven de Almensilla, donde conozco gente, y ellos lo vieron bien y querían hacerlo, y ya se metieron. También muchos voluntarios de Sevilla, de gente que yo conozco de mi facultad y gente que vinieron a la fiesta del año pasado. El tema de la publicidad se ha hecho en plan: “toma tú estos carteles y los repartes; tú pones estos otros en la Pablo de Olavide; tú vas a salir esta noche, así que llévate este taco de flyers…”. Y, sobre todo, el boca a boca.

¿Habéis recibido mucho apoyo de la gente de Almensilla? ¿Habéis notado que se han movido o más bien ha sido gente de otros sitios?

Sí, de Almensilla claro. Como ya te digo, la gente de Izquierda Unida Joven, y ahora mismo estamos en la nave montando la electricidad, que también tenemos que ponerla nosotros, y quienes están allí echando una mano son gente del pueblo. Los chavales de la escuela-taller han montado el escenario y las vallas. El Ayuntamiento no ha dado dinero porque no tiene un duro, pero sí nos ha ofrecido materiales: si te hace falta una canaleta, yo tengo una canaleta; las vallas, o hablar con el Consorcio de Transportes, con Gobernación, o me hace falta que me limpies esto…

Aparte de la ayuda de los voluntarios y del Ayuntamiento, ¿os ha costado mucho encontrar financiación externa?Sí, hemos conseguido muy poca. Aparte del dinero que ha puesto mi hermano, han colaborado algunos locales del pueblo, como por ejemplo el Bar Placita o el Restaurante Sabores. Pero en total habremos recogido 600 ó 700 euros.¿A cuántas personas pensáis reunir en el recinto ferial?

Desde el principio, cuando me reunía con el alcalde, decía que esperaba de 2.000 a 4.000 personas, pero claro, eso contando con el servicio especial de autobuses que hemos conseguido. Este pueblo tiene 5.000 habitantes y aquí nunca se hace nada. ¿No van a venir siquiera 600 ó 700 personas? Me parece muy poco. Después hay que tener en cuenta que un evento de estas características no se ha hecho nunca ni en éste ni en los pueblos de alrededor. Lo único similar ha sido un festival que se hace en Coria, que se llama ‘El Esturión’ y que este año ha llegado a la tercera edición. La entrada valía 5 euros y contaba con 3 grupos. El nuestro vale 3 euros y tiene 10 grupos más el corto. El autobús puede traer mucha gente de Sevilla, y el boca a boca y el Facebook están funcionando muy bien, mejor de lo que yo esperaba. Va a venir gente de Los Palacios, de Cádiz, de Madrid, de Barcelona… Ya veremos al final.

Viendo el cartel, se nota una apuesta por la diversida de estilos. ¿No teméis que esa mezcla pueda chocar con lo estancado que se encuentra el gusto musical de la mayoría del público joven en el mainstream?

A la gente a la que le guste el reggaeton, el break beat y lo comercial no le va a gustar este cartel. Este festival no está hecho para esas personas. Si te fijas, traemos powerpop, ska mezclado con punk, rock-rumba, rap con reggae, pop alternativo… A los que no salen de sota, caballo y rey pues no les va a gustar, pero contamos con que hay mucha gente a la que sí. Piensa que este año no ha habido ‘Alamedeando’, que lo había todos los años e iba un montón de gente. Era como la bienvenida de la gente de La Alameda, que vuelve de las vacaciones y se encuentra el festival. Eso tampoco lo hay. También contamos con la gente que va a ir a la manifestación de Democracia Real Ya y va a repartir publicidad.

¿Cuánto público crees que puede haber en Almensilla que pueda sentirse atraído por este cartel?

Muy poquita gente. Es que la mayoría de estos grupos no los conoce la mayoría de la gente. Tienes que estar metido como me pasa a mí, que me meto en muchos conciertos y en muchos bares. Canijos Sin Fronteras, por ejemplo, sí son más conocidos, tocan por España, por el extranjero. O Ion Din Anina, que cerró el Festival ‘Al Rumbo’, en el que también tocaron Los Delinqüentes. Claro, no son conocidos en el pueblo, pero lo que hay que hacer es que la gente escuche otro tipo de música, mostrarles que hay más cosas más allá del reggaeton, del pop comercial, del break beat. Se puede pinchar música electrónica sin que sea nu skool.

Todos los artistas son de Sevilla o de Cádiz. ¿Barriendo para casa?No es eso. Los grupos que hemos contratado se llevan, entre todos, 750 euros. He tirado también de colegas a los que les he dicho: “Quillo, aquí tenéis que venir a tocar”, y me han hecho ese favor. De los que hay en el cartel, los cuatro primeros grupos vienen gratis, y del resto cobran todos, pero también me han rebajado el precio. También he hablado con otros grupos más conocidos que me han llegado a pedir 5.000, y al decirles yo que ese dinero no lo tengo yo ni para todos los grupos me han rebajado 1.500 ó 2.000 euros, pero seguíamos sin tener dinero.¿Cuáles son sus impresiones acerca de Entre Olivos Festival?

Ellos están muy entusiasmados y contentos. La gente en general, con todo el que hablo, está muy animada y muy feliz, porque es que no hay nada. Ya no sólo la gente de Almensilla, que lo dicen: “Hombre, hay algo en el pueblo”. Por ejemplo, en Almensilla hay mucha gente a la que no le gusta la música pero que va a ir porque no hay nada, porque se está montando algo gordo. Tú vas, estás un rato, según seas más o menos tolerantes con la música, pero si tú entras sin complejos para escuchar, que son grupos buenos, la música que escuchas está guapa…

Las actividades que habéis programado por la mañana tienen como objetivo divulgar la historia de la música en Sevilla. ¿Creéis que es posible contirbuir a crear una cultura musical más allá del mainstream o lo comercial ha ganado la batalla?

Yo creo que lo comercial no ha ganado la batalla, para nada. Es que depende de los círculos en los que te muevas. Hay un libro de Richard Bach que se llama Juan Salvador Gaviota, que habla de una gaviota que, en vez de pescar para comer, intentaba volar cada vez más alto y hacer piruetas, hasta que la expulsan del grupo y se va por ahí y busca nuevas gaviotas hasta que encuentra otras como ella y se da cuenta de que no es la única. Yo, en el tiempo que llevo por el mundo, me he dado cuenta de que hay mucha gente a la que le gusta este tipo de festivales y este tipo de música, pero lo que pasa es que no hay oferta. La gente lo que necesita es que le des algo, y ellos te apoyan. Nosotros en el Facebook tenemos un montón de mensajes de apoyo de la gente, diciendo que va a venir, deseándonos suerte. Lo comercial no ha ganado la batalla, pero es como preguntarse si han ganado la batalla el PSOE y el PP. No la han ganado, porque siempre va a haber gente que esté en contra. Pues esto es lo mismo: siempre habrá gente a la que no le gusta este tipo de música.

El festival también se sale de la música y acoge talleres y puestos de artesanía. ¿Es un guiño a quien no se sienta tan atraído por la música y, sobre todo, al público no tan joven?

Es un intento de que sea lo más multicultural posible, por eso también hemos querido incluir el corto, que es algo distinto que nunca he visto en un festival, y además un corto de personas que van precisamente a ese festival. Hemos querido que no sea lo típico de un festival (música, beber…) sino que por la mañana haya charlas y otras cosas. Al final sólo hemos podido poner un taller porque, la verdad, esto llevamos poco tiempo organizándolo. Al año que viene lo haremos mejor, si no perdemos un dineral, que yo espero que no (risas). El taller es de pintura. Tenemos un amigo que se dedica a pintarle la cara a la gente, para que ellos vayan decorados durante el festival. Y puestos de artesanía no sabemos cuántos va a haber, porque tenemos problemas con todo, especialmente con el tema de la luz, que tenemos que tirar nosotros los cables, aunque el Ayuntamiento nos ha dejado cables y cuatro focos de 70 vatios, pero el resto lo tenemos que poner. Si hay puestos y ellos no tienen luz propia, tenemos nosotros que ponérsela.

Has dicho que el corto narra un viaje hacia el Entreolivos Festival. ¿Tiene algo de autobiográfico?

No, no hay nada autobiográfico. Yo me he leído el guión y he visto los primeros ocho minutos sin montar, y los tráilers que ha visto todo el mundo, pero desde luego mío no hay nada autobiográfico. Pero bueno, el protagonista del corto, por ejemplo, interpreta a un personaje al que lo ha dejado la novia, y al actor, en la realidad, también lo había dejado la novia. Cuando él leyó el guión, miró al director y le dijo: “Quillo, Pablo, ¿qué es esto?”, y el otro le dijo: “Bueno, así lo haces mejor, lo vas a clavar, vas a estar con la pena”. Pero no, yo tenía a este amigo y le propuse que hiciera un corto y le dije que se inventara lo que le diera la gana.

¿Crees que alguien puede vivir una odisea similar intentando llegar a Almensilla?

Pues podría, podría. No está bien señalizada. Todo el mundo se pierde. Yo, de hecho, cuando celebramos mi cumpleaños el año pasado, tuve que ir varias veces a buscar gente. De hecho, una de las veces tuve un porrazo con el coche. No pasó nada, todos estábamos bien, sólo se abolló el coche un poco por delante y seguimos con la fiesta como si no hubiera pasado nada.

¿Habéis preparado más sorpresas que no hayáis desvelado pero de las que puedas dar algún detalle?

Hombre, sorpresas… Más bien son cosas que surgen improvisadas, gente que te llama de motu propio y te propone algo. Un colega que tengo que hace malabares me llamó y me preguntó que si se llevaba los palos de fuego, y yo les dije que claro que sí. Otros van a colgarse de unos arneses y van a hacer un espectáculo. Pero tampoco ha dado tiempo a más.

¿Sois conscientes de que el festival tendrá que “luchar” contra el partido del Betis con el Madrid y la manifestación de Democracia Real Ya convocada para ese mismo día?

Sí, pero el Betis juega en Madrid, que no es lo mismo que si lo hiciera en Sevilla. Y la manifestación empieza a las 18.00 y no va a durar hasta las 3 de la mañana. ¿Qué va a durar, hasta las 21 o las 22? Hay metro hasta las 2 y autobuses hasta la 1 hacia Almensilla. Contamos con que gente que va a la manifestación va a repartir octavillas, y también que algunos que iban a ir al final no van a acudir por venir al festival. Lo que buscamos es que la gente salga de la manifestación y se venga al festival.

Entreolivos Festival es la primera apuesta firme por que en Almensilla -y en buena parte del Aljarafe- exista un referente cultural y de ocio para los jóvenes. ¿Os pesa la responsabilidad de ir abriendo camino?

No. Yo tengo claro que el sábado, seguramente, me voy a hartar de llorar. No sé a qué hora del día, pero lo haré, porque es muy fuerte. El hecho mismo de haberlo organizado es un éxito sin precedentes. Ya respondabilidad… poca. Verás, esas cosas me las tomo con más filosofía, las relativizo más. Me siento responsable de que, tras haber montado esto, yo quiero que salga bien. Y, además, esto es algo que tiene un montón de problemas por los que puede salir mal, que puede fallar cualquier cosa porque, evidentemente, no tenemos dinero para contratar gente profesional, sino que dependemos de la voluntad de la gente, y tú no sabes hasta qué punto te pueden responder ni sabes cuántos vas a necesitar. Pueden venir 1.000 personas, pero imagina que vienen 4.000. Todas esas personas ahí pidiendo comida y bebida… Responsabilidad… Qué va, al revés. Eso es como si yo jugara en la selección española y me convocaran para jugar un Mundial. Yo tendría la responsabilidad de ganar el Mundial porque han venido por detrás otros que lo han ganado. Pero yo no tengo ese problema, porque nadie ha hecho nunca algo como esto. Todo lo que saque será positivo, a menos que haya algún muerto o unos pocos heridos, cosa que no creo que ocurra, porque además la música que tenemos no atre a gente que provoca ese tipo de incidentes, sino que atrae a gente que viene a pasárselo bien, que si se choca pide perdón. La única responsabilidad que creo que tengo es que esto salga bien, que la gente esté a gusto y que se lo pase bien. Pero no pienso en cómo vamos a quedar, porque sé que vamos a quedar bien, porque no se ha hecho antes algo así ni en Almensilla, ni en Coria, ni en Bollullos, ni en Mairena, ni en San Juan…

Si, con el tiempo, veis que el festival tiene éxito, ¿pensáis llevar a cabo iniciativas similares en otros pueblos del Aljarafe?

De momento, el proyecto va solo hacia delante. Cuando termine el festival, nos tomaremos un par de semanas de descanso y empezaremos a arreglar los papeles para convertir esto en una fundación o asociación, lo que nos convenga más legalmente. Y a partir de ahí, a lanzarnos a hacer más proyectos. Es que sin hacer el primero tampoco sabemos qué va a pasar. A lo mejor sale tan bien que cojo yo con mi hermano y nos dedicamos a hacer festivales y eventos. No sé, todo puede pasar. Pero por ahora vamos pensando en seguir creciendo poco a poco, en coger dinero este año para que al que viene mi hermano no tenga que soltar 12.000 euros de su bolsillo. Si podemos conseguir eso, pues al año que viene hacemos dos días, a lo mejor no tantas horas, que empiecen más tarde los conciertos, y habilitar una zona de acampada, para que la gente se quede en Almensilla, que pasee por el pueblo, que entren en los negocios. Lo que me gustaría hacer es una cosa como el Etnosur de Alcalá la Real: disponer diferentes sitios con ofertas diversas en cada uno de ellos y que la gente se moviera por el pueblo, que lo conociera, que comprara en los sitios, que comiera en los bares… También me gustaría es unirnos con otros pueblos, juntarnos con más gente y hacer algo más grande. Si puedes traer mejores grupos, puedes cobrar más la entrada y sacar más dinero, y así sucesivamente. Si con este cartel viene toda esta gente, ya si te traigo un cabeza de cartel que sea bien conocido en España, sólo con eso ya vienen otras 3.000 personas cada día. Mira, si a mí me tocaran las quinielas te montaba un tinglado aquí que lo flipas, pero claro, yo tengo muchas ideas pero hace falta dinero.

Publicado por

Jesús Rodríguez

Periodista, fotógrafo, locutor de radio y escritor de Sevilla. He trabajado para más de veinte medios en distintos soportes. Estoy especializado en política, datos, temas sociales y música electrónica.